Un hombre mira de cerca pantallas de negociación bursátil.

Un hombre mira de cerca pantallas de negociación bursátil. Pixabay

Mercados

El supervisor de Wall Street pone la lupa en las recompras de acciones, el último fetiche de las cotizadas españolas

La Comisión de Bolsa y Valores de EEUU ha lanzado una consulta pública con el fin de endurecer las exigencias de estos programas.

24 diciembre, 2021 05:30

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La fórmula favorita de retribución al accionista de las cotizadas estadounidenses está bajo la lupa. El vigilante de Wall Street está decidido a reforzar la transparencia que exige en los programas de recompra de acciones. Una fórmula que en los últimos tiempos es cada vez más empleada también por las empresas de la bolsa española.

El objetivo de la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés) es restar discrecionalidad a la forma en la que las empresas aplican estos programas. Una vía mediante la cual se pretende “reducir las asimetrías de información entre emisores e inversores”, según ha explicado el presidente de la institución encargada de la supervisión de Wall Street, Gary Gensler.

La propuesta de la SEC, que ahora está en proceso de consulta pública hasta finales de enero del año que viene, quiere imponer obligaciones como un recuento diario de las transacciones con acciones que se lleven a cabo en el marco de estos programas. Así se quieren evitar posibles conductas de manejo de información privilegiada y de manipulación de precios.

Tendencia al alza

Si la reforma iniciada termina por imponerse, las exigencias de información periódica -casi puntual- sobre el devenir de estas recompras se colocarán entre las más rígidas de todo el mundo. Y es que, como Gensler ha señalado, “se han convertido en un componente importante de cómo los emisores de valores [cotizados en mercados estadounidenses] retornan capital a los accionistas”.

Esta apreciación lleva años siendo aplicable para Wall Street, donde las cotizadas incluso recurren a esta fórmula con mucha más asiduidad que al reparto tradicional de dividendos. No obstante, de un tiempo a esta parte, cada vez son más también las cotizadas españolas que se apuntan a este sistema para impulsar su retribución al accionista y contribuir al repunte de precio de sus títulos en bolsa.

El Informe de Mercado 2021 de BME publicado hace solo unos días da cuenta de este fenómeno. La sociedad rectora de las bolsas españolas señala que “esta modalidad, con mucha tradición en EEUU, está experimentando un alto crecimiento en Europa”. Y aún señala que en el caso español es una de las fórmulas de retribución al accionista que “más ha crecido este año”.

En concreto, hasta el cierre de noviembre, se contabilizó un volumen de amortización de acciones propias procedentes de la recompra por 3.233 millones de euros correspondientes a 375 millones de títulos de un total de 13 empresas cotizadas. Unas cifras que desde BME se espera que vayan en aumento hasta alcanzar “un importe cercano a los 4.000 millones de euros” antes de que acabe el próximo mes de marzo.

Nuevas exigencias

Con este telón de fondo, ya en enero de 2020 fue la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) quien endureció las normas de operaciones con autocartera para ceñirse a los supuestos señalados en la normativa europea. Con el fin de evitar situaciones de abuso de mercado, dos de las prácticas que resultaron indultadas fueron el establecimiento de planes de recompra de acciones para su amortización o para su entrega a empleados.

En ambos casos, se confirmaba la exigencia de que sus términos -volúmenes, plazos, precios a asumir, etc- hubieran quedado establecidos y difundidos por las cotizadas siempre con anterioridad a su puesta en marcha. Por aquel entonces, hasta una decena de empresas del parqué tenían en curso programas de este tipo.

Lo que ahora plantea la SEC es que las cotizadas en mercados estadounidenses tengan la obligación de publicar “antes del final del primer día hábil siguiente al día en que el emisor ejecuta una recompra” detalles como la clase de valores comprados -pues conviene recordar que en EEUU también es común la existencia de distintos tipos de acciones en una misma sociedad-, el monto total comprado, el precio promedio pagado, así como el monto total agregado comprado en el mercado abierto.

Además, y en línea con lo que ya rige en Europa, se exigirá que siempre que una cotizada estadounidense proceda a la puesta en marcha de un programa así tenga que especificar “el objetivo o razón de ser” de las mismas. Y, además, “el proceso o criterio usado para determinar los montos”, así como cualquier otra política que afecte a estas adquisiciones, según recoge el borrador difundido por el supervisor americano.

También 'blue chips'

Unas exigencias que, en este caso, ya son el pan de cada día de las cotizadas europeas que, cada vez con más frecuencia, se decantan por esta fórmula. Sirva como ejemplo de esta tendencia que solo en la última semana Acerinox y Prosegur Cash han anunciado planes en esta línea. Y son casi una decena los que están en vigor actualmente.

A lo largo de este año, en el que los primeros cálculos sugieren que en Wall Street se han amortizado acciones recompradas por el triple de volumen que en 2020, también pesos pesados de la bolsa española han recurrido a esta fórmula. Banco Santander cerró un programa a finales de noviembre y BBVA mantiene abierto todavía el suyo, dotado con un montante total de 3.500 millones de euros.