Sede del grupo Prisa.

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Mercados La lupa de Bolinches

¿Dónde está el techo para Prisa tras subir un 21% con la oferta de Blas Herrero?

Las acciones de Prisa se disparan tras abrir sesión después de cuatro horas y media suspendidas y con fuertes volúmenes de negociación.

19 noviembre, 2020 18:16

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Las acciones de Prisa han vivido este jueves una sesión de vértigo. La sesión empezaba para ellas a las 13:30 horas, después de cuatro y media de suspensión, y terminaba con alzas del 21% y un volumen de negociación más de cinco veces su media anual diaria.

El grupo de medios ha cerrado en los 0,87 euros por acción tras conocerse los términos de la oferta que por sus activos de prensa y radio ha lanzado el empresario Blas Herrero con otros inversores. Más de 1,5 millones de acciones han cambiado de manos, si bien la puja que se filtró ayer en la noche no es por estos títulos.

Si nos atenemos a la capitalización de la empresa en bolsa, esta era de 509.519.494 euros a precios del cierre de ayer, mientras que el grupo de inversores capitaneados por Blas Herrero ofrecen 200 millones por los negocios de radio y prensa

Esto significa que están dispuestos a poner encima de la mesa casi el 40% de su valor en bolsa a cambio de un negocio que representa en el grupo casi también el 40% de sus ingresos. Concretamente, un 38,31% de sus ingresos según el último informe trimestral de sus resultados que recoge los ingresos acumulados desde inicio de año. 

Y aquí nos encontramos con uno de los primeros problemas para que los actuales accionistas acepten la oferta, sobre la que previsiblemente se tendrían que pronunciar en una junta. Y no es otra que un pago a priori demasiado bajo para los activos que se pretenden comprar. 

Así han abierto las acciones de Prisa hoy tras la suspensión Eduardo Bolinches

En condiciones normales, se suelen pagar dos veces los ingresos anuales para hacerse con los activos de otra empresa. Y en este caso que nos atañe, puesto que los ingresos de estas dos unidades de negocio del Grupo Prisa son de 236 millones de euros en los primeros nueve meses de este año, ni siquiera se paga los ingresos que generan en un año. 

Realmente, esto ocurre porque estas divisiones de negocios han generado en los primeros nueve meses del año unas pérdidas antes de impuestos y amortizaciones de 23,2 millones de euros. 

La operación sería redonda para los compradores porque podrían entrar casi inmediatamente en beneficio ajustando costes mientras que aparentemente para los actuales dueños no tiene ningún aliciente. 

Sin embargo, las posiciones de partida no son tan sencillas realmente. No podemos olvidar que la empresa mantiene deudas con las entidades bancarias por valor de 1.324 millones de euros y este hecho es una patata caliente que va venido cotizando a la baja a lo largo de los años en su cotización. De hecho, operaciones de venta como la reciente venta de Santillana España obedecen a un intento de relajar esa tensión de deuda que acumula la empresa. 

Dos opciones

Por lo tanto, no es descabellado que los actuales accionistas acepten la oferta que han puesto encima de la mesa los inversores encabezados por Blas Herrero cansados de ampliaciones de capital y pérdidas que parece que seguirán tanto en prensa como en radio por la caída de la publicidad. 

Como en todo negocio, unos intentan aprovecharse de la debilidad de la otra parte. Pero la pregunta a hacerse es qué puede pasar con la acción

Desde el punto de vista técnico hay una zona clave en torno a los 0,77 euros. Eran los máximos del pasado mes de junio y suponían la base para marcar una posible explosión de los precios. 

En caso de ver cotizaciones sostenidas por encima de los 0,77 euros, tendríamos un objetivo de los 1,05 euros, donde se sitúa el hueco que se quedó abierto en plena caída del pasado mes de marzo.

Javier Monzón, presidente del Grupo Prisa.

Javier Monzón, presidente del Grupo Prisa.

No obstante, no podemos olvidar que la realidad es que hay una oferta por importe inferior a los ingresos de lo que se pretende comprar y por lo tanto su aceptación a una oferta tan baja no está tan clara. 

Los accionistas de referencia han puesto mucho dinero en la empresa vía ampliaciones y cuesta creer que estén por la labor de deshacerse de estos activos a no ser que los bancos acreedores se vayan inclinando a favor de la venta con el objetivo de rebajar deuda. 

En el escenario de un rechazo a la oferta de compra, se podrían dar consecuencias positivas para la acción. En este sentido, el mercado podría empezar a apostar por un incremento en el importe de la oferta.