Una instalación de autoconsumo fotovoltaico.

Una instalación de autoconsumo fotovoltaico.

Observatorio de la Energía

El sector del autoconsumo busca alternativas para recuperar el negocio tras el estallido de la burbuja

El almacenamiento energético, el mercado offsite y el autoconsumo compartido, entre las potenciales soluciones a la contracción del sector.

Más información: El sector solar empuja la regulación de las comunidades energéticas: autonomía, IVA reducido y subastas propias

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La época dorada del autoconsumo fotovoltaico ha quedado atrás. El sector vive un momento de fuerte contracción marcado por el cierre de empresas que se sobredimensionaron al calor de la crisis energética y de las ayudas públicas.

La "burbuja", como muchos dicen, estalló. Sin embargo, también hay compañías que están logrando esquivar la tempestad gracias a la reinvención y diversificación de su negocio. La integración de almacenamiento energético, el autoconsumo compartido o el mercado de off-site... El sector explora distintas fórmulas para crecer tras un 2024 en el que las instalaciones a nivel nacional cayeron un 31%.

"Hasta hace poco, los profesionales del sector sabíamos que el almacenamiento energético era el siguiente paso, pero el consumidor medio aún no lo tenía en cuenta. Sin embargo, ahora cada vez más clientes empiezan a preguntar sobre ello", explica Manuel de Castro, Executive Partner de Opengy, a EL ESPAÑOL-Invertia. 

Opengy, centrada en autoconsumo industrial y comercial, está experimentando un notable aumento de consultas sobre almacenamiento en baterías. Y llegan, por ejemplo, "de empresas que cierran los fines de semana y no pueden verter su excedente a la red porque no tienen punto de conexión", dice de Castro. 

Si bien incorporar almacenamiento a una instalación de autoconsumo incrementa el coste inicial, "ya comienza a ser rentable incluso sin ayudas", asegura. Se trata de una solución que podría ser clave para el autoconsumo industrial y comercial. De hecho, Opengy ya cuenta con instalación fotovoltaica de autoconsumo con almacenamiento operativa en la planta de Albada, filial de Urbaser, en Nostián (La Coruña).

"Antes, con el autoconsumo, simplemente consumías la energía que generabas y lo que sobraba se vertía a la red. Con el almacenamiento, en cambio, las posibilidades se multiplican", explica. "Se puede realizar arbitraje energético (almacenando energía cuando es más barata y usándola cuando es más cara), gestionar la demanda de potencia, optimizar el consumo y participar en mercados de ajuste. En el futuro, esto permitirá que los agregadores de demanda gestionen la energía almacenada para equilibrar la red de manera más eficiente", añade.

Para los clientes industriales, la clave está en los plazos. "Generalmente, buscan paybacks de entre cinco y siete años, rara vez más de diez. Algunos están invirtiendo en almacenamiento como proyectos piloto, para entender cómo funciona y qué beneficios puede aportarles", dice el Executive Partner de Opengy, quien asegura que los early adopters ya están empezando a apostar por esta tecnología.

En el mercado residencial, "el precio de una batería de 5 kilovatios hora (kWh) ha caído un 28% desde 2021", dice un reciente informe de Otovo. Según el mismo estudio, los hogares en España con paneles solares pero sin almacenamiento en baterías siguen consumiendo de la red aproximadamente 3.090 kWh/año, mientras que los equipados con batería sólo consumen en torno a 525 kWh de la red al año.

Asimismo, desde Otovo apuntan que después de 25 años, los hogares españoles con almacenamiento en batería ahorran aproximadamente 37.621 euros, en comparación con los 28.585 euros que pueden llegar a ahorrar aquellos sin batería.

El mercado off-site

El autoconsumo off-site se refiere a un modelo en el que la generación de energía renovable se realiza en una ubicación diferente al punto de consumo, pero ambos están conectados a través de la red eléctrica de transporte o distribución.

Este modelo es útil cuando las condiciones en el punto de consumo no son las más adecuadas para la instalación de paneles solares, como limitaciones de espacio, potencia, baja radiación solar o múltiples puntos de consumo.

En lugar de generar energía en el lugar de consumo, se establece una planta de generación en una ubicación con mejores condiciones, como mayor radiación solar y mayor espacio disponible.

"Creo que potenciar este segmento ayudaría muchísimo al autoconsumo, porque, al ritmo actual y con los programas existentes, no vamos a alcanzar los 19 gigavatios que se proyectan", defiende Manuel de Castro.

Opengy también ha comenzado a desarrollar plantas conectadas a la red en suelo, aunque siempre dentro de un enfoque de generación distribuida. "A veces se considera generación distribuida sólo lo que está en la propia empresa o industria, pero una planta de cinco megavatios junto a un polígono industrial o un pueblo también lo es", dice.

Además, este enfoque genera sinergias. "Por ejemplo, en una de las plantas pequeñas que hemos construido, una empresa del polígono industrial cercano nos contactó directamente para preguntarnos si podíamos venderle energía. Con un simple cableado, se puede conectar y aprovechar la energía generada", afirma.

Autoconsumo colectivo

El autoconsumo colectivo permite que varios usuarios compartan la energía generada por una planta fotovoltaica situada en un lugar próximo al de consumo y asociada al mismo. Esta opción es clave para quienes no pueden instalar paneles solares debido a limitaciones de espacio o capacidad.

Sin embargo, enfrenta un obstáculo regulatorio: "la ampliación del límite de 500 metros a dos kilómetros sólo se aplica si la planta está en suelo urbano o industrial", de Castro.

Para el experto, esto dificulta el acceso a este modelo, ya que muchas instalaciones solares se sitúan en terrenos rústicos o en las afueras de los polígonos industriales, donde hay más espacio disponible. "Esta restricción limita el potencial de crecimiento del autoconsumo compartido y podría frenar su expansión", advierte.

Precisamente, el autoconsumo colectivo y las comunidades energéticas han sido temas clave para la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que ha destacado el enorme potencial sin explotar en los tejados de los edificios, donde vive más de dos tercios de la población.

Para ello, la organización ha propuesto medidas como la eliminación de la obligatoriedad de instalar un contador de generación neta en ciertos casos, donde no sería necesario si el objetivo es compartir excedentes y no generar energía. Además, ha abogado por el desarrollo de la figura del gestor de autoconsumo colectivo, lo que facilitaría los trámites relacionados con este modelo.

Por otro lado, la patronal fotovoltaica también ha reclamado avances para permitir que las comunidades energéticas, un sujeto ya definido en la legislación, puedan operar de manera más eficiente. Así, ha reclamado al Gobierno un marco normativo específico para garantizar la transparencia y asegurar la participación de actores no tradicionales en el sistema eléctrico.