El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, interviene durante la presentación del ‘Estudio Económico de España’.

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, interviene durante la presentación del ‘Estudio Económico de España’. Europa Press

Macroeconomía

La OCDE alerta: la IA impulsa la economía mundial pero las tecnológicas pueden sufrir un desplome en bolsa

La institución mantiene la previsión de PIB global en el 3,2% para 2025 pero cree que los aranceles y la inflación frenarán el crecimiento en 2026 y 2027.

Más información: La OCDE alza al 2,9% la subida del PIB en 2025 pero pide elevar el periodo de cómputo para la pensión y reducir más el déficit

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Las claves

La OCDE destaca que la inteligencia artificial impulsa el crecimiento económico mundial, pero advierte sobre el riesgo de un desplome bursátil en grandes tecnológicas.

El PIB global crecerá un 3,2% en 2025, moderándose al 2,9% en 2026, debido al impacto de aranceles e inflación.

Las inversiones en IA han evitado una desaceleración mayor, especialmente en Estados Unidos, donde la construcción de centros de datos y adquisición de software han sido clave.

Un posible pinchazo bursátil en tecnológicas podría frenar la inversión productiva y afectar la estabilidad financiera global.

La OCDE dibuja un mundo que hoy crece gracias a la inteligencia artificial (IA), pero apoyado en un suelo inestable: un rally bursátil concentrado en unas pocas tecnológicas que podría darse la vuelta de forma abrupta.

La institución mantiene que el PIB global avanzará un 3,2% en 2025, pero avisa de que los aranceles y la inflación moderarán el crecimiento al 2,9% en 2026 y solo permitirán una ligera mejora al 3,1% en 2027.​

El Economic Outlook publicado este martes por la institución, subraya que la inversión en tecnología y el comercio ligado a la IA han sido “los pilares que han evitado una desaceleración económica mayor en 2025”.

La OCDE resalta que el comercio de bienes necesarios para la IA ya es estructural. Estima que “el comercio relacionado con la IA constituye alrededor del 15,5% del comercio mundial total de mercancías, con dos tercios de ese total originándose en Asia”.​

La organización destaca “el fuerte aumento de la inversión relacionada con la IA”, sobre todo en Estados Unidos, donde “la inversión real en la construcción de centros de datos aumentó a una tasa anualizada del 21% en la primera mitad de 2025”.

También señala que “la inversión en equipos y software contribuyó fuertemente al crecimiento del PIB real en Estados Unidos”, evitando una desaceleración mayor en un contexto de tipos aún altos y tensiones comerciales.

En su visión, la IA está actuando como un estímulo global: impulsa la productividad potencial, sostiene la inversión privada y genera un comercio de bienes de capital y componentes que compensa la debilidad de otros sectores.​

Pero la importancia de la IA tiene un reverso tenebroso en los mercados financieros: un posible desplome bursátil de las compañías más expuestas a esta tecnología.

Así lo advierte la OCDE: “las altas valoraciones de activos basadas en expectativas optimistas de beneficios corporativos impulsados por la IA plantean un riesgo de correcciones de precios potencialmente bruscas”.

Wall Street, donde cotizan gran parte de esas compañías, sube con fuerza en 2025, pero con un liderazgo muy concentrado precisamente en los gigantes tecnológicos relacionados con la IA.

Es en la Bolsa de Nueva York, alerta la OCDE, donde “las valoraciones precio‑beneficio se acercan a niveles vistos por última vez a finales de la década de 1990, en el pico de la burbuja de las puntocom”.

Esa similitud no implica que el desenlace tenga que ser idéntico, pero sí que las valoraciones descansan en un escenario muy exigente de beneficios futuros ligados a la IA.​

El informe recuerda además que, en 2024, las llamadas Siete Magníficas -Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla- representaron el 60% de los gastos de capital de las empresas de tecnología de IA cotizadas.

¿Y si estalla la burbuja?

La OCDE detalla las posibles consecuencias de un pinchazo bursátil.

En primer lugar, sobre la economía real: “una reevaluación a la baja de los rendimientos esperados de la IA podría suavizar o incluso detener la inversión en centros de datos”, advierte.

Es decir, un desplome bursátil no sería solo una corrección financiera, sino un golpe directo a la inversión productiva.​

En segundo lugar, el informe recuerda que estas compañías no están exentas de riesgos de balance.

“A pesar de su creciente dependencia de la financiación mediante acciones, las empresas de tecnología de IA cotizadas han acumulado una deuda sustancial”, subraya.

Una caída abrupta en el precio de sus títulos complicaría la refinanciación y podría forzar recortes de gasto y empleo.​

Por último, la OCDE avisa del posible contagio a la estabilidad financiera. Una corrección fuerte podría “ser amplificada por ventas forzadas de activos por parte de intermediarios financieros no bancarios (NBFIs) altamente apalancados”, como algunos fondos o vehículos de inversión alternativos.

En un contexto de tipos reales todavía positivos, esas ventas forzadas podrían trasladar las tensiones a otros mercados de crédito y a la financiación de la economía.​

Crecimiento mundial

El boom de la IA es uno de los factores que ha llevado a la OCDE a mantener su previsión de crecimiento mundial en el 3,2% para 2025.

La institución también subraya que, ante el anuncio de subidas de aranceles, empresas de todo el mundo “se apresuraron a producir y exportar mercancías” en la primera mitad del año para evitar las nuevas tasas, inflando artificialmente las cifras de comercio y PIB de 2025.

Para 2026, la OCDE proyecta que el crecimiento global se modere al 2,9%, al desaparecer los impulsos temporales y sentirse de lleno los efectos negativos de los aranceles.

La OCDE prevé que el aumento del comercio mundial pase del 4,2% en 2025 al 2,3% en 2026, un frenazo que arrastra al PIB global.

“Los aranceles más elevados se van trasladando gradualmente a los precios”, lo que encarece los bienes de consumo y de inversión, reduce el poder adquisitivo de los hogares y enfría los planes empresariales.

Con ese telón de fondo, la economía mundial sólo recuperaría algo de terreno en 2027, al crecer al 3,1%, cuando “el impacto inicial de los aranceles se desvanece” y las políticas monetarias sean menos restrictivas.​

Según el informe, la ligera mejora de 2027 –es la primera vez que da previsiones para ese ejercicio – llegará porque los bancos centrales habrán recortado los tipos de interés una vez que la inflación haya retrocedido hacia los niveles objetivos marcados por estas instituciones.

Aun así, la OCDE insiste en que el perfil del crecimiento global es de “resiliencia hoy, freno mañana”, con más riesgos a la baja que al alza.​

EEUU, China y la eurozona

El comportamiento de las dos mayores economías del mundo –Estados Unidos (EEUU) y China– explican buena parte de la desaceleración.

Para EEUU, la OCDE ha mejorado dos décimas su estimación para este año y el siguiente. Proyecta ahora un crecimiento del 2% en 2025, que se reducirá al 1,7% en 2026 antes de subir al 1,9% en 2027.

A su vez, la OCDE ha elevado una décima el cálculo de este ejercicio para China y mantenido el del siguiente. La previsión es de un 5% de crecimiento en 2025, que bajará al 4,4% en 2026 y al 4,3% en 2027. Por tanto,

La institución liderada por Mathias Cormann espera una recuperación lenta y desigual en la eurozona.

El conjunto del bloque del euro crecerá un 1,3% en 2025 -una décima más que en septiembre-, un 1,2% en 2026 -una décima menos- y un 1,4% en 2027.

Dentro del bloque, el contraste es fuerte.​ España se mantiene como una de las economías más dinámicas. El organismo prevé que el PIB avance un 2,9% en 2025, un 2,2% en 2026 y un 1,8% en 2027.

Alemania apenas crecerá un 0,3% en 2025, pero acelerará hasta el 1,0% en 2026 y el 1,5% en 2027.

Francia se verá lastrada por la incertidumbre política y el ajuste fiscal, con tasas del 0,8% en 2025 y del 1,0% tanto en 2026 como en 2027.

Italia presenta el perfil más débil: 0,5% en 2025, 0,6% en 2026 y 0,7% en 2027.