El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, y el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, y el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. Europa Press

Macroeconomía

La OCDE alza al 2,9% la subida del PIB en 2025 pero pide elevar el periodo de cómputo para la pensión y reducir más el déficit

También reclama mejorar la productividad y denuncia que la vivienda social en alquiler en España está "muy por debajo" de los promedios internacionales.

Más información: Los españoles son los europeos cuyo poder adquisitivo menos crece en los últimos 20 años: un 11%, la mitad que en la UE

Publicada
Actualizada

Las claves

La OCDE eleva su previsión de crecimiento del PIB de España al 2,9% para 2025 y al 2,2% para 2026, anticipando una desaceleración al 1,8% en 2027.

El organismo recomienda acelerar la reducción del déficit, detallar un plan fiscal a medio plazo y alinear las políticas con el nuevo marco fiscal europeo.

La OCDE alerta sobre el aumento del gasto en pensiones por el envejecimiento y sugiere ampliar el periodo de cómputo a 35 años y ajustar las pensiones por esperanza de vida.

Destaca la necesidad de impulsar la productividad de pymes, reducir cargas administrativas y facilitar el acceso a financiación, además de abordar los retos estructurales del mercado de la vivienda y el alquiler social.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha mejorado sus previsiones para España. El organismo espera ahora que la economía española crezca un 2,9% en 2025, un 2,2% en 2026 y un 1,8% en 2027.

A pesar de ello, ha reclamado algunas reformas como acelerar la reducción del déficit, ajustar las pensiones a la esperanza de vida elevando el periodo de cómputo, mejorar la productividad y facilitar el crecimiento de las pymes.

La previsión de crecimiento del 2,9% para este ejercicio es tres décimas superior a la publicada por el think tank a finales de septiembre.

Se trata de unas previsiones que coinciden con las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) y el propio Gobierno.

La OCDE también ha elevado dos décimas el pronóstico para 2026, situando ahora la expansión del producto interior bruto (PIB) en el mencionado 2,2%. La estimación es una décima inferior a la de Bruselas, pero está en línea con los cálculos del Ejecutivo.

Para 2027, la OCDE anticipa una ralentización del crecimiento a ese 1,8%. Es decir, se suma a la terna de organismos que esperan que el ritmo de expansión se reduzca de manera más acuciante dentro de dos años.

Como ejemplo, el Banco de España y Funcas esperan que el PIB suba un 1,7% en 2027, mientras que la Comisión Europea calcula un impulso del 2%.

Según indica el club de los países desarrollados en su último informe sobre nuestro país, “la demanda interna seguirá siendo el motor clave del crecimiento” español, “mientras se espera una leve consolidación fiscal en los próximos años”.

“La demanda interna apoyará el crecimiento. Los desembolsos de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) y las tasas de interés más bajas impulsarán la inversión”, añade la OCDE.

También anticipa que “el consumo se sustentará en un mercado laboral sólido y aumento de ingresos reales, con la inflación alcanzando el 2,3% en 2026 y el 1,8% en 2027”.

Sin embargo, “las crecientes tensiones geopolíticas, una mayor incertidumbre comercial y los aranceles han reducido la demanda externa y plantean riesgos a la baja para las perspectivas”.

Plan fiscal

La institución liderada por Mathias Cormann alaba la fortaleza de la economía española, pero también señala algunos problemas estructurales y demanda reformas que cree necesarias.

Así, considera que “las finanzas públicas de España han mejorado con la disminución de la deuda pública desde 2021”. A pesar de ello resalta que la deuda “se mantiene elevada”.

“De cara al futuro, se proyecta que las presiones fiscales a largo plazo aumenten, impulsadas principalmente por el envejecimiento de la población y el aumento del gasto en pensiones”, dice la OCDE.

A ello se suman “los gastos relacionados con el clima y el aumento del gasto en defensa”, reza el informe dedicado a España que ha sido presentado este miércoles.

Por tanto, el organismo considera que España “necesita un plan fiscal a medio plazo detallado y una priorización del gasto mejorada”.

La OCDE proyecta que el déficit se moderará al 2,5% en 2025 –desde el 3,2% de 2024– y al 2,3% en 2026 y 2027.

Estas proyecciones incluyen la extensión de subsidios de transporte público y un aumento del gasto en defensa hasta el 2% del PIB en este ejercicio y el siguiente.

Se aconseja acelerar el ritmo de reducción del déficit para fortalecer la sostenibilidad fiscal y reconstruir colchones” fiscales, señala la institución.

La OCDE recuerda que el Plan Fiscal y Estructural de Medio y Largo Plazo (PFEMLP), que el Gobierno presentó a finales de 2024 busca reducir el déficit al 0,8% y la deuda al 90,6% del PIB para 2031.

No obstante, señala que “el plan carece de detalles suficientes sobre las medidas concretas para alcanzar estos objetivos”.

Considera que “para mantener la deuda en una trayectoria firmemente descendente, se requiere una estrategia creíble a medio plazo con consolidación gradual y políticas que fomenten el crecimiento potencial”.

Y subraya que “el marco fiscal español debe alinearse con el nuevo marco fiscal de la Unión Europea (UE) para mejorar la credibilidad”.

Pensiones

El think tank también advierte de que “las presiones fiscales a largo plazo aumentarán debido al envejecimiento de la población, principalmente el gasto en pensiones, seguido de la atención sanitaria y los cuidados de larga duración”.

Al envejecimiento de la población hay que añadirle también “los costes de la transición verde y el aumento del gasto en defensa”.

La OCDE prevé que el gasto en pensiones aumente al 16,1% del PIB en 2050 desde el 12,9% registrado en 2023.

Asimismo, considera que, a largo plazo, la sostenibilidad del sistema de pensiones “está en riesgo debido a las presiones demográficas y la persistencia de una brecha de financiación”.

“El Gobierno debería considerar introducir un mecanismo de ajuste por esperanza de vida o ajustar las pensiones en función de la esperanza de vida”, apunta.

La OCDE sugiere que el período de referencia para el cálculo de la pensión, conocido popularmente como el periodo de cómputo, se extienda a 35 años para garantizar la sostenibilidad financiera.

Las pymes

Entre sus muchas consideraciones, también subraya que la productividad en España aún está a la zaga de los países con mejor desempeño de la OCDE.

“Si bien el crecimiento del empleo ha respaldado la producción en los últimos años, las ganancias en la productividad laboral han sido mínimas”, considera.

Por ello, cree que impulsar la productividad de las pequeñas y medianas empresas, las pymes, es clave para acelerar el crecimiento de la productividad en nuestro país.

En este sentido, destaca la importancia de las pymes para la economía española, al representar el 99% de todas las empresas y emplear a la mayor parte de la fuerza laboral.

“Tienden a ser significativamente menos productivas que las grandes empresas”, resalta la OCDE. Por ello, aconseja “mejorar su acceso a la financiación y reducir la carga administrativa para mejorar su crecimiento”.

En ese sentido, alerta de que “la complejidad regulatoria y los costes de cumplimiento fiscal afectan de manera desproporcionada a las empresas más pequeñas”.

Vivienda

Otro de los temas que trata la OCDE es el del mercado de la vivienda en España, que “enfrenta desafíos estructurales”.

La institución considera que “acelerar los procedimientos de desarrollo del suelo y expandir la inversión en vivienda social [...] podría ayudar a expandir la vivienda social más rápido y a un menor coste fiscal”.

Según la OCDE, entre 2022 y 2024 sólo se emitieron 345.000 permisos de construcción. La cifra está muy por debajo de la creación neta de hogares registrada en el mismo periodo, y que fue de 604.000.

La OCDE también resalta que “el mercado de alquiler está particularmente tensionado”.

“Tradicionalmente, la vivienda social en España se ha destinado a propietarios-ocupantes y la vivienda social en alquiler sigue siendo limitada, con sólo el 3% del parque de viviendas, muy por debajo de los promedios de la OCDE y la UE”, denuncia la institución.