Varias pantallas de la Bolsa de Nueva York muestran una rueda de prensa del presidente de la Fed, Jerome Powell.

Varias pantallas de la Bolsa de Nueva York muestran una rueda de prensa del presidente de la Fed, Jerome Powell. Reuters

Bancos centrales

¿Y si la Fed no baja los tipos? Las tecnológicas de Wall Street serán el epicentro de un terremoto bursátil mundial

El mercado descuenta un recorte de 25 puntos básicos en el encuentro que el banco central estadounidense celebrará el 10 de diciembre.

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Las claves

La posible decisión de la Fed de no bajar los tipos de interés podría desencadenar fuertes caídas en las tecnológicas de Wall Street, especialmente en el Nasdaq 100, con repercusiones globales.

Los analistas destacan el enfriamiento de la economía estadounidense y la moderación de la inflación como argumentos para un recorte, aunque persisten dudas por la debilidad reciente del mercado laboral y datos económicos contradictorios.

Si la Fed mantiene los tipos, se espera una reacción negativa en las bolsas, un aumento de la volatilidad, un encarecimiento de la deuda corporativa y un fortalecimiento del dólar frente al euro y divisas emergentes.

El impacto de una decisión de la Fed se extendería más allá de Wall Street, afectando a mercados europeos, bonos, materias primas y criptomonedas, con potenciales ventas y ajustes en valoraciones.

La reunión de diciembre de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha marcado el rumbo de las bolsas. Cuando el mercado ha pensado que la institución no recortará los tipos, la renta variable ha sufrido.

Las caídas, advierten los analistas, serán mayores si finalmente el banco central estadounidense decide no tocar las tasas. Las tecnológicas de Wall Street serán el epicentro de un terremoto bursátil que se extenderá por todo el mundo.

Según datos de LSEG, el mercado confía en que la Fed opte por recortar las tasas 25 puntos básicos. Los futuros dan ahora una probabilidad de algo más del 80%. Hace sólo unos días el porcentaje era del 30%.

Los analistas ven razones para un recorte en diciembre. La economía estadounidense muestra señales de enfriamiento y el mercado laboral ya no está tan fuerte.

A su vez, la inflación, aunque todavía algo alta, parece seguir moderándose.

Antonio Castelo, analista de iBroker, plantea un escenario base en el que la Fed bajará los tipos 25 puntos básicos el próximo 10 de diciembre, dejando las tasas en el rango de entre el 3,5% y el 3,75%.

Juan José Fernández-Figares, de Link Securities, apunta a que el cierre del Gobierno Federal de Estados Unidos puede pesar en la decisión de la Fed.

Resalta “el impacto negativo” que puede haber tenido el conocido como shutdown “tanto en el crecimiento económico como en el mercado laboral” estadounidense.

En este contexto, considera que “la Fed optará por darle mayor relevancia a la debilidad del mercado de trabajo que a la inflación”, afirma.

Desde Metagestión no descartan que la institución presidida por Jerome Powell deje los tipos sin cambios. No lo ven “del todo claro”, admiten, y recuerdan que “los datos de empleo recientes han sido contradictorios” y que “persiste cierta incertidumbre respecto a la evolución de la inflación”.

Así, avisan de que “en un entorno donde prima la inmediatez, es probable que las bolsas reaccionen inicialmente con caídas, especialmente en tecnológicas y compañías con valoraciones más exigentes”.

El hecho de que la Fed no bajase los tipos “generaría una fuerte volatilidad en los mercados. Los principales índices bursátiles sufrirían, especialmente en el caso del tecnológico Nasdaq 100”, afirma Manuel Pinto, analista de XTB.

Explica que “por un lado, aumentaría el coste del capital y por el otro, se descontarían sus beneficios futuros a una tasa mayor, ofreciendo una valoración inferior”.​

Pinto lanza una pregunta que muchos inversores se hacen: “Si no recorta ahora, ¿qué motivo hay para hacerlo más adelante?”.​

Castelo cree que el matiz del mensaje será clave. “No sería lo mismo ‘no recortamos y quizá no recortemos en un tiempo’, que ‘no recortamos hoy, pero vemos probable empezar a recortar en enero/marzo’”, resume.

En su opinión, el primer caso “supondría un choque fuerte para los mercados”.

En el segundo “seguramente habría una decepción inicial, pero una reacción más contenida”, porque el mercado seguiría confiando en un ciclo de bajadas más adelante.​

Más allá de Wall Street

La caída de fichas de dominó que provocaría el inmovilismo de la Fed llegaría hasta Europa, ya que los mercados del Viejo Continente suelen seguir los movimientos de Wall Street.

Desde Metagestión apuntan que “los mercados europeos tienden a replicar los movimientos de Wall Street, a veces con fundamento y otras de manera menos justificada”.

Pinto añade que “Wall Street es la principal plaza financiera y, por tanto, contagiará positiva o negativamente al resto de índices globales”.​

El seísmo se sentiría más allá de las bolsas. En renta fija, la primera afectada sería la deuda a corto plazo. Para Castelo, el “gran termómetro” serían los bonos estadounidenses a dos años, que podrían subir entre 10 y 25 puntos básicos si la bajada que descuenta el mercado no se produce.

Pinto coincide en que “los tramos más cortos de la curva sí deberían subir en su rentabilidad o al menos mantenerse en niveles cercanos a lo actual”.

La deuda corporativa también acusaría el cambio de guión. Castelo anticipa “una ampliación de spreads, sobre todo high yield, porque el mensaje para las empresas es ‘financiación algo más cara durante más tiempo’”.

Para las compañías más endeudadas, tanto en Estados Unidos como en Europa, un retraso en el inicio de las bajadas complicaría refinanciaciones y planes de inversión.​

El dólar y otros activos también se verán afectados si la Fed no recorta los tipos.

Según Castelo, “el dólar se fortalecería frente a euro y divisas emergentes” porque los inversores cerrarían posiciones que apostaban por un ciclo de bajadas más agresivo en Estados Unidos.

En materias primas, el efecto sería desigual. Castelo cree que “petróleo y metales industriales podrían sufrir por el mensaje de menor apoyo al crecimiento global”.

En el caso del oro, habla de un comportamiento “más mixto”: primero, ventas por el impacto de tipos más altos y, después, “estabilización por efecto refugio”.​

Hasta los criptoactivos se verían arrastrados. “Un giro hawkish inesperado de la Fed suele traducirse en ventas en este segmento”, añade el experto de iBroker.