Así lo indican los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que recogen las ventas de los comercios minoristas. Unos datos que indican que, en el caso de alimentación, la evolución de los ingresos de las tiendas es prácticamente la misma en lo que va de año.

En lo que llevamos de 2023, las ventas minoristas de alimentos han subido sólo un 0,8% respecto al año pasado. Un parón que contrasta con la evolución del resto de los sectores. De hecho, la facturación de los comercios españoles por productos para el consumo personal o para el hogar se ha elevado un 15%. 

En términos anuales también se observa el contraste. En julio, las ventas de productos alimenticios aumentaron un 1,8% respecto al año pasado, muy lejos de la media del comercio minorista, cuyo crecimiento fue del 7,3%. 

Todo ello en un mes en el que los precios de los comestibles subieron un 10,3%, conservando la tendencia de los últimos meses. A tenor de estos datos, parece claro que los comercios no se están embolsando las subidas de precios. 

Mejora

Pese a ello, la evolución de este 2023 es más positiva que la del año pasado. Hasta julio, la facturación de los comercios por las ventas de alimentos estaban en negativo (un -1,2%). 

Los datos del INE también apuntan a las grandes diferencias que hay en la evolución de las ventas minoristas dependiendo del tipo de comercio. En este 2023 (hasta julio), las cadenas comerciales registran incrementos de facturación del 10%. 

En cambio, los pequeños comercios y las grandes superficies (extremos de una misma cuerda comercial, por así decirlo) experimentan una subida mucho más leve, del entorno del 4%. 

¿Qué se espera para lo que queda de año? En términos generales, el estancamiento va a ser la nota predominante. Según las previsiones del Banco de España, la incertidumbre económica va a afectar las decisiones de consumo y gasto de los hogares españoles. 

[Las familias retiran 19.500 millones de los bancos en lo que va de año, un 2% de sus depósitos]

Esto se va a traducir en una mayor ralentización del consumo, algo que va a afectar a todas las ventas (no sólo a las de alimentos). A esto hay que sumar, además, que las subidas de tipos que también están limitando y encareciendo los préstamos y créditos para el consumo. 

Con todo, y pese a ello, los créditos de las familias destinados al consumo crecieron en junio un 2,2% en tasa interanual, hasta los 97.061 millones de euros. Con todo, los efectos de las subidas de tipos serán especialmente notables en la segunda mitad del año.