La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo.

La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo. Junta de Andalucía

Economía

Carmen Crespo, consejera andaluza de Agricultura: "El Gobierno juega de forma irresponsable con la fresa"

La consejera cree que el agua será fundamental en el voto del 23-J.

3 junio, 2023 03:21

"Con las cosas de comer no se juega". La frase, aviso clásico en la infancia, sintetiza la posición de la titular de Agricultura de Andalucía, Carmen Crespo, cuando algún asunto que atañe a su ámbito es salpicado por la polémica. Y nada lo hace más estos días que la fresa de Huelva, de nuevo en medio del enfrentamiento entre la Junta y Moncloa. Camino de otra campaña electoral, en la que cree que las promesas de nuevas infraestructuras hídricas serán fundamentales, pide la intervención incluso del ministro de Agricultura para evitar una escalada como la vista antes de las municipales.

"El Gobierno, especialmente el ministro de Agricultura, que es el que representa los intereses de los españoles, tiene que parar esta fiebre, este desenfreno por parte de otros ministerios del Gobierno o del propio presidente del Gobierno". Crespo pronuncia la frase en su despacho en el Parlamento andaluz, donde concede una entrevista al EL ESPAÑOL-Invertia en la que no duda en adjudicar a Moncloa una actitud "irresponsable" en este asunto. 

No dirá el nombre de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a la que sí se menciona ese mismo día en la lista de comparecientes invitados a participar en la Comisión andaluza sobre la Ley que PP y Vox impulsan para la regulación de zonas de regadío en la comarca del Condado de Huelva, en el entorno de Doñana.

La ministra no acudirá; ha propuesto que en su lugar citen al presidente del Consejo de Participación de Doñana, Miguel Delibes de Castro, muy crítico con la norma.

Es el último 'raquetazo' en este partido que disputan Junta y Gobierno, y que tiene en medio al sector de la fresa -inquieto con el posible daño a su imagen reputacional, que vale 1.300 millones en exportaciones- y la protección de Doñana, que vigila atentamente Bruselas bajo advertencia de una sanción millonaria

La polémica marcó la precampaña de las municipales y después de conocerse el adelanto de las generales a julio resurgía a resultas de una campaña de la asociación alemana Campact para exigir a las cadenas de supermercados del país que no vendan fresas de España para no contribuir a la desecación del parque. Una acción que ha respaldado el propio Pedro Sánchez a través de redes sociales. Así que volvemos a hablar de fresas.

Ha anunciado que va a reunirse con las distribuidoras alemanas para aclarar cosas tras esta campaña. ¿Qué expectativas tiene?

Lo principal del encuentro es que no haya un estereotipo que nada tiene que ver con la fresa, que es un cultivo absolutamente sostenible que tenemos en Huelva, donde da muchísimos puestos de trabajo. No se puede demonizar. Ya me reuní en Berlín [durante la feria de Fuit Logistica] con Edeka, uno de los supermercados a los que conté cómo íbamos con las producciones más sostenibles, cómo estábamos utilizando el agua y lo que pretendo es hacer lo mismo: sentarme con ellos cuando me den esa reunión, espero que lo antes posible, y decirles que están estereotipando a un sector que está proveyendo de alimentos y salud al resto de Europa.

¿Le ha pedido el sector que tenga esta reunión?

No. Pero están de acuerdo. Lo que piden es que la contienda política no entre en el sector de las fresas y los frutos rojos, y eso es razonable. Es un sector económico al que hay que dejar trabajar, que está haciendo una labor para diversificar, están haciendo cultivos más sostenibles desde el punto hídrico también. Lo que no se puede hacer es desinformar al consumidor. Ahora mismo se está desinformando al consumidor.

¿Cree que la fresa puede convertirse en estrategia electoral?

No sé en qué se puede convertir. Creo que es una irresponsabilidad absoluta; con las cosas de comer no se juega. Creo que se está jugando, por parte del Gobierno, de forma muy irresponsable, con un sector económico vital para los intereses de España.

El Gobierno juega de forma irresponsable con la fresa, un sector económico vital para los intereses de España

Yo creo que ahí tiene que hilar más fino y como dice Interfresa dejar la contienda política para otras cosas. Me parece un error y una postura irresponsable, que es lo que más nos está preocupando. En alguna ocasión lo hemos podido hablar con el ministro [de Agricultura, Luis Planas] en alguna sectorial, de forma sucinta, pero nunca ha manifestado nada. Considero que el Gobierno de España, especialmente el ministro de Agricultura, que es el que representa los intereses de los españoles, tiene que parar esta fiebre, este desenfreno por parte de otros ministerios del Gobierno o del propio presidente del Gobierno.

Lo cierto es que el asunto marcó la precampaña a las municipales y al final el PP ha mejorado sus resultados en el entorno de la Corona Norte. Tiene un impacto.

Lo que ven en Huelva es que el Gobierno andaluz y especialmente el Partido Popular es coherente. La coherencia siempre es un punto a favor y hay algo importantísimo: el tema agrario tiene que salir fuera de la contienda política. Es una base económica, llegamos ya al 12 % del PIB. En estos momentos lo están pasando muy mal con la sequía y los costes de producción y no merecen que estemos cuestionando a un sector que es de vital importancia para el empleo de una provincia y de toda Andalucía. 

En la carrera al 28-M también surgió el debate de las obras hídricas. Alberto Núñez Feijóo se comprometió a llevar agua "a los lugares donde no la hay" si llega a ser presidente. ¿Será el agua una cuestión importante de cara al 23 de julio para los votantes andaluces?

Sin duda. El agua es para Andalucía lo que el gas es para Alemania. Somos eminentemente exportadores, nuestra base económica es la agricultura. También está el turismo, un sector económico fundamental y para el que necesitamos agua. Estamos sufriendo una sequía pertinaz, está siendo estructural desde hace muchos años.

Desgraciadamente, en Andalucía no se había hecho el trabajo necesario para abordar esta política hídrica, y tampoco en España se había hecho nada al respecto. ¿Por qué? porque evidentemente hay 17 obras de interés del Estado que no se han tenido en cuenta a la hora de programar, actuar y utilizar los fondos europeos. Hemos tenido que sacar a cucharones las obras, como en el caso de las canalizaciones de las presas de Rules y Béznar. Estamos con la presa de Alcolea a medio construir y realmente no sabemos por qué se sigue sin autorizar el seguimiento de la construcción de una presa fundamental. Me pregunto si es porque no le gusta al Gobierno de España o por otras cuestiones.

El agua es para Andalucía lo que el gas es para Alemania.

Creo que le ha pesado mucho el Gobierno que actualmente tiene Andalucía, pero que no duden que vamos a defender los intereses de los andaluces, independientemente que no sean nuestras competencias. Además, hay cuestión ideológica detrás, que ese es el gran problema. Se ha instalado en este país una cultura del agua que va en contra de las presas y va en contra de los trasvases. Es un error.

Si lo considera una cuestión ideológica, ¿es entonces algo que también podría cambiar con otro Gobierno?

Estoy segura de que un presidente del PP como Feijóo, que conoce perfectamente la situación hídrica de Andalucía, tendría en cuenta esa situación. De nuestra región y de toda España, y estoy segura de que la presa de Alcolea se haría. Estoy segurísima de que podríamos llegar a acuerdos con las obras hidráulicas en tiempo, forma y calendarios. Estoy segura de que esa mano del Gobierno de España -porque son sus competencias- la tendríamos, así como para trabajar en el Guadalquivir de otra manera. Y colaborar en estrecho entendimiento con la desalación rápida. 

El Gobierno anunció recientemente un paquete de medidas por 2.190 millones de euros para paliar la sequía. Incluyen desaladoras para Málaga y Almería, con una inversión de 200 millones. Son infraestructuras acordadas con ustedes. ¿Es realmente la relación en asuntos hídricos tan compleja entre la Junta y el Gobierno?

Nosotros tenemos reuniones prácticamente cada dos o tres meses con el secretario de Estado y se abordan muchas cuestiones. Algunas se solventan, pero nosotros lo que queremos es rapidez en la solvencia. Llevamos años pidiendo estas dos desaladoras. 

¿Han mejorado algo las últimas lluvias?

Ha mejorado la situación agraria, la de los embalses no. Este año tenemos dificultades con muchos sectores; la flor del olivar se ha quemado en algunas zonas, pero hay otras que con estas lluvias tendrán más producción. El algodón, el cítrico y los arboles de frutas de hueso se van a beneficiar. Aunque es verdad que no hemos sembrado el arroz.

El cambio climático provocará que los episodios de sequía sean más severos. ¿Llegará el momento en que Andalucía tenga que plantearse si es sostenible contar con cultivos que demandan mucha agua, como el aguacate y el mango?

Me resisto a pensar que no tenemos métodos modernos tecnológicamente hablando para tener un uso más eficiente del agua. El aguacate o el mango tienen una oportunidad con aguas regeneradas. El arroz está haciendo un esfuerzo bajando el uso del agua y ahí la modernización es vital. ¿Hay un motivo más razonable para los Next Generation que esto? Pero ya vamos muy tarde. Estamos perdiendo una oportunidad única.

La situación del olivar preocupa especialmente porque viene de una campaña complicada. Se le complica responder también porque está poco asegurado, apenas un 7%. ¿Qué falla con los seguros? 

Este año va a cambiar el seguro porque vamos a ser capaces de que cuando el agricultor abone el pago tenga ya la prima de la Junta, que hasta ahora era posterior. Eso lo incentiva, pero los seguros tienen que cambiar. En el olivar son parcelas muy pequeñas todavía, especialmente en Jaén. Estamos lanzando la Estrategia Andaluza del Olivar, que tiene que ir a esa fórmula muy parcelada de la propiedad para que pueda haber en el futuro varios servicios mancomunados.