De izquierda a derecha: Unai García Ariz, director de Tecnología de Cofares; Alfonso Muñoz, redactor de EL ESPAÑOL-Invertia; Isabel Santos García, directora corporativa de Marketing de Hefame y Francisco Vega Lucero, gerente de Transformación Digital de Bidafarma.
La ola de la IA ya avanza entre las farmacéuticas: de optimizar logística a ayudar al paciente a buscar productos
Las empresas abogan por avanzar con la tecnología aún sin tener los beneficios claros, porque si no lo hará la competencia.
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Los primeros pasos de la IA entre las distribuidoras farmacéuticas ya dan alegrías en lo referido a optimizar sus procesos internos y hasta en la atención en farmacias al paciente, aunque se estima que en realidad esto sea solo en principio.
Hay que seguir para ver hasta dónde se llegará aún sin tener los beneficios claros, porque si no lo hará la competencia. En esa carrera se halla el sector, que ha repasado en la segunda jornada del VI Simposio del Observatorio de la Sanidad, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia el estado de la cuestión.
Lo han hecho Francisco Vega Lucero, gerente de Transformación Digital de Bidafarma; Unai García Ariz, director de Tecnología de Cofares e Isabel Santos García, directora corporativa de Marketing de Hefame.
Impacto de la IA en la distribución farmacéutica y su aplicación a la farmacia comunitaria
Todos de acuerdo en lo esencial: la IA, que es ya es una realidad en estas compañías, tiene un potencial incalculable, pero que ya se ve internamente y en la gestión de las farmacias.
En el caso de Cofares, por ejemplo, se ha implementado en farmacias buscadores conversacionales para localizar productos o herramientas de visión artificial "que apoyan a farmacias a tomar decisiones". También en operaciones internas de logística y comerciales en los que se manejan gran cantidad de datos.
Porque ahí, en la gestión, la IA puede marcar la diferencia. Hefame lo está comprobando en su propia operativa pero también ayudando a la farmacia en su gestión interna y "sobre todo para mejorar la relación con los pacientes".
Son los ejes en los que empieza la compañía a implantar esta tecnología, que en Bidafarma enfocan con "prudencia" extra en lo referido a seguridad del dato y en gestionar las expectativas del usuario: "hemos puesto como línea roja que esa IA nunca será de consumo final, siempre un responsable hará un filtro", ha remarcado Vega.
Todo esto aunque el beneficio, ha admitido Santos, no esté claro. "Es una ola tecnológica tan sumamente grande que no te puedes plantear no estar en ella, independientemente del retorno que tenga", ha expuesto.
Aunque por ahora se ven resultados inmediatos en eficiencia interna, desde Bidafarma se opina que podrá por un lado mantener el nivel de disponibilidad del medicamento de manera sostenible y por otro lado descargar de trabajo a las farmacias para que dediquen más tiempo "a lo que da valor, el trato con las personas".
Para Cofares, otro beneficio es que permite formar a sus empleados con mayor agilidad y revisar de forma completa procesos como nunca antes, por ejemplo en la calidad de la atención telefónica. "La elevación de la calidad es un ámbito para nosotros muy diferencial", ha reflexionado.
Sea como fuere, la idea es que todas estas mejoras acaben repercutiendo en el paciente, teniendo un seguimiento ultrapersonalizado, agregando el contexto de la comunidad local en la que se encuentra o resolviendo sus dudas.
¿Los retos? Como en toda tecnología disruptiva, el sector farmacéutico identifica la seguridad, la privacidad, no perder el control humano y garantizar la integración de toda la cadena de valor mientras la IA se asienta. Porque, vuelven a coincidir, por ahora vamos a vivir un momento de incertidumbre sobre sus posibilidades.