El submarino 'Galerna', en el que el condenado y la víctima de conocieron.

El submarino 'Galerna', en el que el condenado y la víctima de conocieron. Wikimedia Commons

Tribunales

Condenado un marinero por enviar a un subordinado decenas de 'wasaps' íntimos: "Me encariñé contigo"

El acusado asume los hechos e indemnizará con 3.427,73 euros a su víctima, que llegó a sufrir ansiedad, intranquilidad y abandonó unos meses las FFAA.

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Las claves

Un mando de la Armada española ha sido condenado por abuso de autoridad tras enviar reiterados mensajes de carácter íntimo a un subordinado.

El superior, sargento destinado en el submarino Galerna, deberá indemnizar a la víctima con 3.427,73 euros por los daños causados.

El condenado incumplió prohibiciones de contacto, siguió en redes a la pareja de la víctima y acudió a lugares vinculados con el entorno personal del subordinado.

La víctima sufrió ansiedad e intranquilidad a raíz del acoso, llegando incluso a abandonar temporalmente la Armada.

La Justicia militar ha condenado a un mando de la Armada española por un delito de "abuso de autoridad, en su modalidad de coacciones" por enviar reiterados mensajes de tipo íntimo a un subordinado.

Así consta en una sentencia a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

La resolución detalla que el condenado, nacido en Bolivia en 1988, era sargento del Cuerpo General de la Armada y estaba destinado en el submarino Galerna. Durante el juicio, asumió los hechos y aceptó la pena que se solicitaba para él. Deberá indemnizar a su víctima con 3.427,73 euros.

Ambos se conocieron el 4 de octubre de 2021 en el mencionado submarino, en el que estaban destinados. Según relata la sentencia, el superior se preocupó por ayudar y formar al subordinado.

Incluso, quedaban para comer fuera de horario de trabajo. Al poco, el condenado comenzó a elogiar "lo rápido que aprendía" el marinero. El 6 de noviembre, el acusado envió a la víctima una foto suya obtenida del perfil de Instagram de su novia.

La cosa fue a más. Tras una discusión, el condenado le mandó el siguiente mensaje: "Te odio. Me has hecho sentir un puto inútil. Aun así, te quiero mucho. Pero te olvidaré. Pero todo cambia ahora. Está claro que prefieres a los tuyos. Te odio. No necesito gente como tú en mi vida. Ahora me conocerás lo cabrón que puedo ser".

"Está claro que jamás debí [dejar] entrar a mi corazón a alguien que simplemente busca un beneficio. No te preocupes, no haré nada contra ti. Pero no sabrás nada más de mí", finalizaba el wasap.

Varios mensajes muy similares se sucedieron durante los siguientes días. El marinero nunca los contestó, pero, preocupado, se los enseñó a un alférez, quien le dijo que "no eran normales". Por ello, este mando se lo comunicó a sus superiores, quienes prohibieron al condenado hablar al subordinado.

Pese a ello, el 1 de diciembre, el acusado invitó a la víctima a una partida de bolos, que este último rechaza. En los días sucesivos, incumple recurrentemente la prohibición, por lo que la víctima se da de baja en un curso al que ambos iban a asistir.

El condenado le escribe: "Al final va a parecer que me importas y todo", "Se te extraña. No sé por qué, pero se te extraña", "Me encariñé contigo demasiado pronto", "Me importas mucho y te he cogido cariño" o "Tu compañía no tiene precio".

A la vez, el condenado comenzó a seguir en redes sociales a la pareja de la víctima, a la que daba numerosos likes.

El acusado también localizó en Internet la peluquería que regentaba un amigo de la víctima y acudió a cortarse el pelo.

"No sólo eso, sino que el ahora procesado subió a sus redes sociales una foto en la propia peluquería, foto que fue vista por el marinero, causándole tal intranquilidad, que habló con su amigo al respecto, diciéndole que esa era la persona que le acosaba".

Así las cosas, asesorado por el abogado Antonio Suárez Valdés, la víctima optó por denunciar y ahora recibirá una indemnización por los daños causados. A causa de estos hechos, sufrió ansiedad e intranquilidad. Durante unos meses, abandonó, incluso, la Armada.