Miguel Ángel Gallardo, este domingo, durante su intervención tras la derrota del PSOE.

Miguel Ángel Gallardo, este domingo, durante su intervención tras la derrota del PSOE. EFE

Política EXTREMADURA 21-D

El PSOE circunscribe la debacle a Extremadura pese a obtener el peor resultado de su historia y pide no hacer "lectura nacional"

Los socialistas bajan por primera vez de los 20 asientos en lo que siempre ha sido su bastión pero, pese a la debacle, Gallardo rechaza dimitir.

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Las claves

El PSOE sufre su peor resultado histórico en Extremadura, bajando por primera vez de los 20 escaños y quedando por detrás del PP y Vox en varias ciudades.

La dirección del PSOE rechaza hacer una lectura nacional del resultado y atribuye la derrota a factores locales y al candidato Miguel Ángel Gallardo.

El candidato socialista Gallardo, procesado judicialmente, no dimite tras la derrota y atribuye el resultado a la desmovilización del electorado progresista y a una campaña marcada por casos polémicos.

El PP, liderado por María Guardiola, logra superar a toda la izquierda junta y suma junto a Vox el 60% de los votos en Extremadura.

Ningún feudo es eterno. Durante casi tres décadas, el PSOE encadenó mayorías absolutas en Extremadura. Hasta este domingo, cuando el PP consiguió por sí solo más diputados que toda la izquierda junta.

Pese a la debacle, en Ferraz rechazan hacer una "lectura nacional" y circunscriben el resultado a Extremadura y a su candidato, Miguel Ángel Gallardo.

En la tierra donde Juan Carlos Rodríguez Ibarra llegó a obtener el 54% de los votos, la suma de la derecha —PP y Vox— alcanzó este domingo el 60%.

El gran derrotado de la noche fue el PSOE, que por primera vez bajó de los 20 escaños, hasta quedarse en 18, empeorando incluso los resultados de 2023, cuando ya había descendido por primera vez de los 30 asientos en la Asamblea.

Ahora, hay menos distancia entre PSOE y Vox que entre los socialistas y PP. De ahí que nadie tratara de disfrazar la noche.

Un "mal resultado", coincidían tanto Ferraz como el candidato Gallardo, que pese a la contundente derrota no presenta su dimisión y se ha limitado a reunir de urgencia este lunes a la Ejecutiva regional "para analizar el resultado".

Pese a aferrarse al cargo, Gallardo aseguró que "lo que menos me preocupa es mi futuro político".

El candidato concurrió a estos comicios procesado por la Justicia, que investiga si creó un puesto a dedo para el hermano de Pedro Sánchez en la Diputación de Badajoz.

Una circunstancia a la que Gallardo restó importancia tras conocer su resultado. "No se debe a una sola cuestión", dijo al ser preguntado.

Ahora, en la dirección federal admiten que no han conseguido movilizar al electorado progresista y explican el batacazo por la desmovilización de sus votantes. De hecho, creen que detrás de la baja participación, de un 63,8% y un 16,1% menos que en las autonómicas de 2023, están sus votantes.

Los socialistas apuntan a la alta abstención en las zonas rurales, aunque la derrota fue transversal: en la principal ciudad extremeña, Badajoz, el PSOE quedó como tercera fuerza, tras PP y Vox.

Desde la dirección federal insisten en rechazar una lectura nacional de una debacle producida en plena oleada de casos de corrupción y de acoso sexual.

Pese a ello, en Ferraz sentenciaban este domingo: "Este resultado no interpela al presidente", sentencian fuentes de Ferraz.

La secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró, atribuyó el resultado a una campaña "contaminada por el acoso y derribo de los ultras".

Para tratar de desviar el foco de la derrota, los socialistas centraron sus críticas en la candidata del PP y ganadora de las elecciones, María Guardiola, que logró aumentar un escaño respecto a 2023.

Gallardo aseguró que ese resultado es "un fracaso". "Convocó las elecciones para tener una mayoría y Extremadura tiene más bloqueo e inestabilidad", dijo.

Una tesis que desde Ferraz reforzó Torró al asegurar que Guardiola "ha puesto el colofón a dos años perdidos aupando a los extremistas" y que ahora "vuelve a la casilla de salida" pero siendo "más rehén de los ultras". Incluso calificó al PP como "la madre nodriza de la extrema derecha".