Mohamed Houli Chemlal, natural de Melilla, herido grave tras la explosión en la vivienda de Alcanar en Tarragona, es custodiado por agentes de la Guardia Civil tras prestar declaración.

Mohamed Houli Chemlal, natural de Melilla, herido grave tras la explosión en la vivienda de Alcanar en Tarragona, es custodiado por agentes de la Guardia Civil tras prestar declaración. EFE

Política congreso de los diputados

Junts exige más papeles del CNI sobre el imán de Ripoll y un miembro de la célula declara desde prisión ante los diputados

ERC y Junts intentan demostrar que el 'cerebro' de los atentados no murió en el chalé de Alcanar, sino que huyó en una furgoneta.

Más información: El PSOE acepta investigar si el CNI 'teledirigió' la masacre de Las Ramblas para frenar al separatismo

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Los miembros de la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre los atentados de las Ramblas tomarán declaración el próximo jueves, por videoconferencia, a Mohamed Houli Chemlal, el miembro de la célula yihadista de Ripoll que sobrevivió a la explosión del chalé de Alcanar (Tarragona), donde sus compañeros estaban fabricando el explosivo conocido como la Madre de Satán, para atentar contra la Sagrada Familia.

Tras el juicio celebrado en la Audiencia Nacional, Chemlal fue condenado a 43 años de cárcel (donde todavía permanece) por pertenencia a organización terrorista, tenencia, depósito y fabricación de explosivos de carácter terrorista y tentativa de estragos terroristas. Nacido en Melilla, es el único de los tres condenados por los atentados del 17-A que tiene nacionalidad española.

En la explosión del chalé de Alcanar falleció el imán Abdelbaki Es Satty, que era el cerebro de la célula yihadista. Su muerte frustró el plan inicial que habían trazado los terroristas, que pasaba por causar una masacre con explosivos en la Sagrada Familia o en el Nou Camp

Fue entonces cuando uno de los jóvenes a los que Es Satty había adoctrinado, Younes Abouyaaqoub, se puso al volante de una furgoneta y atropelló a la multitud que paseaba por las Ramblas el 17 de agosto de 2017: dejó 15 muertos y 131 heridos. Logró darse a la fuga y finalmente fue abatido por los Mossos, cuando portaba un falso cinturón explosivo, tras vagar y ocultarse durante cuatro días.

Con el testimonio de Mohamed Houli Chemlal desde la cárcel, ERC y Junts intentarán acreditar una de las tesis de la conspiración que los medios independentistas alentaron tras el 17-A: que el imán Abdelbaki Es Satty no murió en la explosión de Alcanar, sino que huyó en una furgoneta blanca que un vecino vio darse a la fuga tras la detonación.

La comisión de investigación sobre los atentados de las Ramblas también debe decidir el próximo jueves si respalda la petición de Junts de desclasificar nuevos documentos del CNI sobre el imán de Ripoll. Es muy posible que el PSOE atienda esta exigencia, ya que está intentando reconducir su relación con el partido de Puigdemont para garantizarse los dos años y medio que restan de legislatura.

El Consejo de Ministros ya desclasificó, a petición de Junts, varios documentos que acreditan que agentes del CNI se entrevistaron tres veces con el imán Abdelbaki Es Satty en 2014, cuando cumplía pena por tráfico de drogas en la cárcel de Castellón.

Según estos informes, el CNI propuso a Es Satty convertirse en confidente y le facilitó un teléfono móvil para que comunicara cualquier información de interés. Sin embargo, tras recibir varias llamadas sin apenas contenido, la Casa abandonó esta vía ante la falta de colaboración del imán.

"No tiene ninguna fiabilidad y confianza", indicaba uno de los informes del CNI desvelados por EL ESPAÑOL.

Junts no se muestra satisfecho con estas explicaciones y ahora exige desclasificar nuevos documentos del CNI. Entre ellos, la transcripción de todas entrevistas realizadas a Es Satty en prisión (también por parte de funcionarios de la Policía), el registro de llamadas del móvil que le facilitó el CNI, y los informes de los seguimientos que le efectuaran, tras salir de la cárcel.

Con ambos trámites, Junts y ERC pretenden demostrar, por un lado, que el imán de Ripoll se encontraba a las órdenes del CNI cuando se planificaron y ejecutaron los atentados de las Ramblas. Y por otro, que no murió en la explosión de Alcanar, sino que permanece vivo y oculto, tras la masacre.