Alberto Rodríguez lanza un partido a espaldas de Podemos para presentarse a las elecciones canarias

Alberto Rodríguez, el diputado de Unidas Podemos al que retiraron el escaño, ha presentado un nuevo partido a espaldas de los morados para presentarse a las elecciones autonómicas. La formación, conocida como Proyecto Drago, será una herramienta política "de obediencia canaria", ha visto la luz justo un año después de que perdiera el acta de diputado.

El que fuera exsecretario de Organización de Podemos lleva meses preparando la plataforma, más enfocada en la sociedad civil y que pretende congregar a distintas fuerzas progresistas con enfoque canario. Su única línea roja en este punto es precisamente esa, que se respete que las decisiones que atañen a las islas se tomen "desde la canariedad". 

Fuentes cercanas al candidato aseguran, como ya adelantó EL ESPAÑOL, que esta semana se reunirá con otros partidos para programar la estrategia electoral y posibles coaliciones. No descarta tampoco contar con las fuerzas que se constituyen en Sumar, la plataforma de Yolanda Díaz, siempre que se respete esa "obediencia canaria" y la autonomía en sus decisiones.

[Alberto Rodríguez prepara un nuevo partido con guiños a Yolanda Díaz]

"Sin ningún lugar a dudas, vamos a estar presentes en las contiendas electorales de mayo y en muchas que vendrán. En qué formato y con qué fórmula, pues eso ya se irá viendo. Son decisiones colectivas. Esto no es el proyecto de Alberto Rodríguez", ha anunciado el exdiputado. A sus ojos, el proyecto quiere recoger inquietudes sociales de la sociedad canaria y "defender el territorio".

La noticia, adelantada por El Diario, llega justo un año después de que la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, le retirara el acta de diputado tras su condena por el Tribunal Supremo. Los jueces concluyeron que agredió a un policía durante una manifestación celebrada en 2014 en (La Laguna) Tenerife, aunque él siempre lo ha negado. No era la primera vez que se veía envuelto en casos similares.

Además de la de prisión —que el Supremo sustituyó, a efectos de ejecución, por una multa de 540 euros pagada ipso facto—, la Sala de lo Penal le impuso otra pena, de carácter accesorio: la inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo. Es decir, para el derecho a ser elegido para un cargo público. Podemos pidió que corriera el escaño a la siguiente en la lista y Rodríguez, al sentirse utilizado, abandonó la formación esa misma semana.