El presidente de Vox, Santiago Abascal, presenta la Agenda España en el acto de cierre de Viva 21. La España en pie en el recinto de IFEMA.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, presenta la "Agenda España" en el acto de cierre de "Viva 21. La España en pie" en el recinto de IFEMA.

Política

Los ataques de Abascal a la ONU, a la UE y a Pablo Casado apuntalan a Pedro Sánchez en Moncloa

Vox entra en "campaña electoral" y presenta su 'Agenda España' junto a la ultraderecha europea como Orbán, Meloni y el PiS polaco.

11 octubre, 2021 02:26

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Las "agendas globalistas" pretenden "la destrucción de las clases medias, la liquidación de la soberanía de las naciones y el ataque a la familia, la vida y las raíces comunes de Occidente". Y todo ello a través de una Agenda 2030 que trata de "promover la inmigración masiva, la ideología de género, la religión climática, el multiculturalismo fracasado" o "el aborto y la eutanasia".

Pero también trata de "adoctrinar a los niños en las escuelas... cuando no directamente corromperlos". Por eso hay que "luchar por preservar nuestra identidad nacional y cuidar las libertades amenazadas por los nuevos totalitarismos y la inmigración ilegal masiva", así como "levantar todo lo que derriben los talibanes europeos".

Ese ha sido, grosso modo, el discurso con el que Santiago Abascal presentó este domingo su Agenda España, una iniciativa contra "el plan" urdido por Naciones Unidas para "que callemos ante China aunque esparza un virus mortal por el planeta" o "hablar en nombre de las mujeres y de los homosexuales, pero no decir nada de quienes las lapidarían o les colgarían".

El duro discurso de Santiago Abascal contra Casado, la ONU y la UE

Ese es el discurso de la tercera fuerza política de España, que si hoy se celebrasen las elecciones cosecharía un 16,3% de los votos que se traducirían en 55 escaños y tendría un papel protagónico en la próxima legislatura. Un discurso calcado al de la derecha reaccionaria que se abre paso en Europa, y que tiene a Hungría y Polonia como faros de referencia.

Basta con ver los compañeros escogidos para presentar las nuevas líneas ideológicas del partido, que fueron Mateusz Morawieckiy (primer ministro polaco) o Viktor Orbán, que podría ser sancionado por Bruselas por su ley anti-LGTB. Pero también André Ventura y Giorgia Meloni, líderes más escorados a la derecha de Portugal e Italia (respectivamente), con quienes el líder de Vox pretende erigir un frente en el sur de Europa contra "los talibanes europeos", en referencia a la UE y sus "burócratas".

La líder del partido italiano Fratelli d'Italia, en el evento de Vox ‘Viva 21’, en IFEMA.

La líder del partido italiano Fratelli d'Italia, en el evento de Vox ‘Viva 21’, en IFEMA. E.P.

Estos dos últimos ponentes estuvieron presentes in situ en el gran acto celebrado este fin de semana por Vox en el recinto ferial madrileño de IFEMA, donde se congregaron 20.000 simpatizantes. Ahí ambos reivindicaron el "patriotismo" frente a la "amenaza" de la izquierda para la identidad de los pueblos. "En esta batalla no estáis solos", sostuvo Meloni.

Pero si algo quedó claro es que la batalla no es sólo contra la izquierda. Tras la intervención de los ponentes internacionales, Abascal subió al atril para arremeter contra la ONU, la Unión Europea y las "élites de la progresía", cuyos intereses estarían bien representados por el Gobierno de Pedro Sánchez y en la oposición por Pablo Casado: "No son una alternativa. Son un burdo relevo con caras distintas".

Un discurso duro

Tras una primera jornada alegre y folclórica, centrada en la defensa de las tradiciones españolas, llegó el mitin político del domingo con un tono muy distinto. El discurso de Abascal fue, con toda probabilidad, el más duro que ha pronunciado desde que Vox irrumpió con fuerza en la política española, allá por 2018, en las elecciones andaluzas.

Y lo hizo apelando a los sentimientos y a la movilización de los jóvenes, a quienes pidió que no se dejen "engañar" ni "robar" por el Gobierno de España: "Roban a vuestros padres para compraros a vosotros".

Tuvo para todos, desde el Ejecutivo de Sánchez, al que acusó de "remover tumbas, promover el suicidio y homenajear a asesinos en serie", hasta para los "burócratas de Bruselas", pasando por Pablo Casado: "No llegará a ningún Gobierno, porque a los españoles no se les puede mentir".

"Son lo mismo, la derecha de Amazon y la izquierda de las mariscadas"; "no saben hacer matemáticas"... Son tan sólo algunos de los ataques hacia el Partido Popular, que fueron recibidos con sorpresa incluso por algunos de los simpatizantes ahí presentes.

Muchos lo interpretaron como una "respuesta" al discurso que Casado le dedicó en la moción de censura presentada por Vox hace un año, en el que achacó a Abascal su apuesta por una España "de trincheras", en "blanco y negro", así como por "el bloque de la ruptura".

"Campaña electoral"

La alocución, tal y como admitían dirigentes de la formación en IFEMA, es toda una entrada en "campaña electoral". Y a juzgar por lo visto este fin de semana, el mensaje de Vox se centrará en la crítica hacia el "el feminismo radical, el falso ecologismo, las mafias que trafican con personas, y las políticas globalistas que sólo benefician a los políticos del consenso".

Pero sobre todo, en la crítica hacia la inmigración ilegal. "Este fin de semana 44 jóvenes magrebíes fueron a donde los jóvenes estaban disfrutando a atracar y dar navajazos. Los culpables de sus crímenes se sientan en el Congreso", denunció Abascal explicitando su hoja de ruta en lo sucesivo.

El discurso, las compañías y el contenido de la Agenda España, que versa sobre cerrar mezquitas "fundamentalistas" o expulsar "inmediatamente" a los inmigrantes sin papeles, evidencian que Vox ya no puede entenderse como una escisión dura del PP, sino como un partido perfectamente homologable a la ultraderecha europea.

Apuntala a Sánchez

Paradójicamente, el discurso de Abascal ha sido recibido con más entusiasmo en la Moncloa que entre los miles de voxeros congregados. Y todo porque entienden que les servirá para azuzar el miedo a la ultraderecha de cara a las próximas elecciones generales, previstas para finales de 2023.

Fuentes cercanas al presidente del Gobierno dicen no estar "sorprendidos con la radicalidad" y las "barrabasadas" de Vox, y utilizan la diatriba de Abascal para advertir de "la deriva extremista que está tomando Pablo Casado en cuestiones como la vivienda o eso de que España está abocada al rescate económico de la Unión Europea".

Las afirmaciones proferidas este domingo por el exmilitante popular sirven para señalar, por extensión, al líder de las encuestas, por cuanto necesitaría de la formación a su derecha para formar Gobierno (así como de Ciudadanos y Navarra Suma).

"Que Vox esté tan lejos del consenso no es algo nuevo, pero que el líder del PP convierta a su formación en algo muy lejos de la alternativa de Gobierno centrada que este país necesita es muy preocupante", zanjan desde el entorno de Sánchez, que pide a Casado que "abandone el camino del insulto y el bloqueo" y decida "unirse a los que queremos avanzar y trabajar por el futuro".

Por parte del Partido Popular, sin embargo, marcan distancias con la línea política de Vox y confirman a este periódico que hace meses que "ni les miramos a ellos ni miramos al PSOE". Una idea sobre la que los populares vienen insistiendo desde el debate de la moción de censura antes mencionado.

El voto contrario, junto a las palabras de su líder equiparando Vox y PSOE como "las dos caras de la misma moneda", supusieron un punto de inflexión discursivo y real en el seno del partido que ahora encabeza las encuestas, motivo por el que desde Génova consideran que la decisión tomada entonces fue la correcta: "Nosotros vamos a explicar nuestro programa alternativo para España y ya está, son ellos los que están nerviosos". ¿Ellos, Vox o PSOE? "No nos importa cuál más de los dos".