Javier Marín, en primer plano y con la mano en alto, durante una reunión con militantes socialistas.

Javier Marín, en primer plano y con la mano en alto, durante una reunión con militantes socialistas.

Política CATALUÑA

Javier Marín abandona el PSC: "Iceta es muy nacionalista, por eso no quiso acudir al 8-O"

El alma histórica del PSC se despide del partido con una carta en la que carga contra la connivencia del socialismo con los nacionalistas.

10 octubre, 2020 02:06

Noticias relacionadas

Javier Marín Vázquez, vicepresidente de Sociedad Civil Catalana (SCC) e histórico del PSC, donde ha ejercido durante 15 años como director de la Escuela de Formación del partido, ha decidido romper el carnet tras cuatro décadas de militancia.

Marín se ha despedido del PSC con una carta dirigida a Miquel Iceta, primer secretario, y Salvador Illa, secretario de Organziación, en la que expone, a lo largo de seis folios, sus discrepancias con un partido al que acusa de haber abandonado los principios por los que dice luchar. 

En su carta, a la que ha tenido acceso este periódico, Marín hace un recuento de sus desencuentros con el PSC. Y entre ellos, la entrada en la OTAN de 1982, la no denuncia de los convenios con la Santa Sede de 1979, el apoyo del partido a la inmersión lingüística nacionalista y la complacencia con la Monarquía y la Iglesia.

Pero los principales puntos de discrepancia de Marín con el PSC son dos. El primero, las políticas económicas y sociales del partido, que Marín considera casi indistinguibles de las del PP, y de las que acusa, entre otros, a José Luis Rodríguez Zapatero.

El segundo, la política territorial del PSOE y del PSC. Es decir, los pactos y la complicidad del socialismo catalán y español con el nacionalismo. 

Líneas rojas

"La política económica y social, a qué dedicábamos los Presupuestos Generales del Estado, era una de las principales líneas rojas de principios y valores ideológicos para mí", dice Marín en su carta. "La otra siempre fue la unidad de la clase obrera y su variable: la defensa de la unidad territorial de España".

"Durante los 15 años que me permitisteis dirigir la Escuela de Formación del PSC tuve que navegar entre esas dos aguas, las de las bases que acudían masivamente a recibir formación y la de la dirección que me observaba con la típica prevención y displicencia hacia el díscolo romántico que intentaba concienciar a nuestras bases", añade luego en su misiva. 

En descargo de que lo que Marín denomina "su incompetencia" para lograr un cambio en el PSC, el vicepresidente de SCC afirma que "el modelo de partido de corte leninista que tenemos –nosotros y todos los demás partidos– no ayuda en absoluto. Permanecí 10 años, durante la dictadura, en un partido que se reclamaba marxista, leninista, estalinista y maoísta, y sé de lo que hablo".

Tras la decepción de Marín con el PSC, al que acusa de educar a su militancia "en el tacticismo mercantilista más feroz, sin más base ni principios que el poder por el poder", éste ha decidido centrar sus esfuerzos en SCC. Y eso "a pesar de la incomprensión del partido –cuando no rechazo explícito– y con el apoyo de los dos únicos dirigentes que siempre lo tuvieron claro: Josep Borrell y mi muy estimada Carmen Chacón". 

"Desde SCC negamos que Cataluña sea una nación, ni España ocho", continúa Marín en su carta.

"Combatimos la inmersión lingüística que sirvió y sirve como base para la exclusión del idioma propio de España en las escuelas de Cataluña. Ley de Inmersión Lingüística que el PSC, con Ernest Maragall a la cabeza como Consejero de Educación, asentó a pesar de las sentencias de los Tribunales que condenaron al Gobierno de la Generalidad. Sentencia que se sigue incumpliendo con el silencio cómplice de la dirección del PSC, cuando no con su apoyo explícito".

Marín, que durante la dictadura franquista, y concretamente entre los años 1968 y 1979, militó en el Partido del Trabajo, nunca ha querido ocupar cargos institucionales a pesar de haber tenido la oportunidad de hacerlo.

Considerado en el PSC como la conciencia crítica del partido, Marín despide lo que él mismo denomina "una larga letanía de críticas" con un "espero que en el camino de esta larga e interminable lucha por la mejora de las condiciones de vida de los más humildes y desfavorecidos de nuestra sociedad nos seguiremos encontrando".

Iceta el nacionalista

En conversación con EL ESPAÑOL, Javier Marín reconoce no haber estado nunca "demasiado cómodo" en el PSC.

"Siempre he sido la conciencia crítica, el discrepante. Como director de Formación, casi todos los altos cargos han pasado por mis manos. Todos me conocen y yo les conozco a todos. Siempre he hecho agitprop, pero después de tanto tiempo he llegado a la conclusión de que es imposible cambiar una organización como el PSC, con todos estos defectos". 

"La dirección intenta ser siempre lo más oligárquica posible", añade. "En el PSOE manda Pedro Sánchez, y todos los presidentes autonómicos echan chispas porque no se les consulta nada. Llevo en la dirección, en el Consejo Nacional de Cataluña, desde 1990. Es el organismo colegiado que controla a la Ejecutiva del partido. Pero ya me he aburrido de intervenir y que me miren con condescendencia". 

"Todos te dicen 'tienes razón en tus críticas, pero ya sabes que no me puedo significar porque voy en las listas'. Entre la cobardía, el pesebrismo y las exigencias de la propia dirección, que te pide 'responsabilidad en la crítica', nadie en la militancia se significa porque eso implica perder la posibilidad de ascender en el partido". 

"Como en el PSC se me respeta mucho, se han abstenido de meterse conmigo durante todos estos años", dice luego Marín. "Soy como el Loco de la Colina. Decían 'éste viene de los comunistas y no se ha resocializado'. Y me dejaban hacer porque les daba alimento ideológico y habilidades directivas a los militantes". 

Iceta muy nacionalista

La pregunta es obvia. ¿Por qué ha escogido Marín la fecha del 8 de octubre para darse de baja del PSC? "Porque fue ese día, en 2017, cuando Miquel Iceta me dijo que no valía la pena ir a la manifestación constitucionalista". 

"La noche anterior le dije 'Miquel, lo de mañana va a ser la hostia, soy el responsable de organización, sé cómo está la calle, sé que ambiente se respira, nos están desbordando", recuerda un Marín todavía sorprendido, tres años después, por las reticencias del líder del PSC a participar en una manifestación en defensa de la Constitución. 

"Pero Iceta me respondió 'Bah, será como siempre, ¿cuánta gente crees que vendrá?' Le contesté que 100.000 y me dijo: 'Ni locos'. Así que decidió enviar a Salvador Illa y a David Pérez. ¿Pero quién les conocía entonces? No les conocía ni dios. Te lo explico con un ejemplo. En la tribuna estaban ellos y Javier Nart, que es periodista y está al día de la actualidad política, y él me preguntaba: '¿Y estos quiénes son?'". 

"Yo le dije a Iceta: 'Si quieres capitalizar la presencia del PSC, tenéis que venir tú o Núria Marín'. Pero Iceta dijo que no se quería arriesgar y no fue. Es que Iceta es muy, muy, muy nacionalista y no quiere mezclarse con banderas españolas. Menos aún con el PP y Ciudadanos". 

Pero el éxito de la manifestación obligó a Iceta a rectificar. "Al día siguiente, Iceta me dijo 'hostia, tenías razón'. Así que a la siguiente manifestación sí que vino, aunque primero nos exigió que le pusiéramos en la cabecera, pero lejos de los del PP. Y le pusimos en el quinto gorro. Pero cuando vio el ambiente corrió a hacerse la famosa foto con el PP y Ciudadanos. Ya ves".