Oriol Junqueras, durante la entrevista con Jordi Évole.

Oriol Junqueras, durante la entrevista con Jordi Évole. Captura de pantalla de La Sexta Lledoners

Política CATALUÑA

Estos son los privilegios que Junqueras negó ante Évole y disfruta en el 'Gran Hotel Lledoners'

Despacho personal, visitas sin límite, actividades de ocio a medida... son algunos privilegios del líder de ERC que confirman fuentes penitenciarias. 

4 febrero, 2020 03:46

Oriol Junqueras negó este domingo durante su entrevista para Lo de Évole, el nuevo programa del presentador de La Sexta Jordi Évole, disfrutar de unos privilegios penitenciarios que distintas fuentes del departamento de Servicios Penitenciarios de la Generalidad han confirmado a EL ESPAÑOL en repetidas ocasiones. 

"Hay quien dice que usted está en el Hotel Lledoners", preguntó el presentador al preso de ERC en alusión a un titular de EL ESPAÑOL –Gran Hotel Lledoners: así se desviven los carceleros para hacer felices a los presos 'indepes'–, a lo que Junqueras respondió con ironía: "Ya lo veis, si esto es un hotel. No merece comentarios". 

Sin embargo, fuentes penitenciarias han confirmadola existencia de unos privilegios que han provocado las quejas de los partidos de la oposición catalana. Entre esos partidos está el PP, que en octubre de 2018 exigió una comisión de investigación parlamentaria sobre los privilegios de los que disfrutan los presos del procés.

La petición surgió a raíz de un informe interno elaborado ese mismo mes por un funcionario de prisiones anónimo en el que se habla de la complicidad de cuatro trabajadores de la prisión de Lledoners. Y entre ellos la de la responsable del módulo 2 de la prisión donde se encuentran Junqueras y el resto de presos del procés

Privilegios a la carta

EL ESPAÑOL publicó en octubre de 2018 una serie de tres extensos artículos (1, 2 y 3) producto de las conversaciones mantenidas a lo largo de varios días con distintos funcionarios de la prisión y de la Secretaria de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima de la Generalidad, nombre con el que se conoce en la actualidad el departamento de Servicios Penitenciarios de la Administración autonómica catalana.

Durante esas conversaciones, los funcionarios describieron con todo lujo de detalles, e incluso con anécdotas personales que EL ESPAÑOL decidió no publicar por considerarlas irrelevantes y pertenecientes a la esfera privada de los presos, los siguientes privilegios:

1. Despacho personal.

Junqueras disfruta de un despacho personal habilitado por las autoridades de la prisión en el ala de psiquiatría de la prisión, la más tranquila del complejo. En ese despacho, Junqueras se reúne con sus subordinados, gestiona sus asuntos y transmite sus órdenes. 

2. Régimen de visitas 'ad hoc'.

Las autoridades de la prisión habrían estado camuflando como "visitas institucionales" lo que no son más que visitas personales. "La visita de autoridades a la cárcel está, efectivamente, contemplada por el sistema, pero para cuestiones institucionales, no para visitas a personas concretas.

Tal y como se está haciendo es un fraude de ley", dijeron los funcionarios a EL ESPAÑOL. Las visitas son tan habituales que Junqueras ha llegado a negarse a recibir a algunas de ellas porque estas coincidían con su horario de piscina. 

3. Cacheos leves.

Cacheos a medida y muy someros que evitan el conocido "cacheo taleguero", que exige desnudar por completo al preso para una inspección total de sus pertenencias. 

4. Las mejores celdas.

Junqueras y el resto de presos del procés disfrutan de las mejores celdas de la prisión, las que dan a lo que en la prisión se llama "la Calle Mayor", y de las que fueron desahuciados sus antiguos inquilinos justo antes de su llegada. 

5. Sin vecinos molestos

Antes de la llegada de los presos del procés a Lledoners, las autoridades de la prisión procedieron a la limpia de su módulo. Los presos más conflictivos, los que sufren algún tipo de problema psiquiátrico o los que se quejaban por el traslado de celda fueron trasladados a otros módulos para que no molestaran a los políticos nacionalistas.  

6. Burocracia, cero

Los presos del procés disfrutaron de televisión en sus celdas desde el primer día, algo que en el caso de los presos convencionales suele exigir un trámite burocrático de varios días. 

7. Acceso a redes sociales

Aunque los presos tienen prohibido conectarse a internet y disponer de teléfonos móviles, varios mensajes colgados en sus redes sociales hicieron pensar a muchos funcionarios que estos disfrutan de acceso a ellos. Supuestamente, los presos contarían con la connivencia de algunos funcionarios que estarían haciendo la vista gorda. 

8. Actividades de ocio a la carta

La actuación en la prisión de los grupos musicales preferidos de los presos del procés o la organización de actividades de ocio impartidas por los que eran sus monitores personales mientras estaban en libertad también hacen pensar en la connivencia de al menos algunos funcionarios de la prisión. No hace falta decir que los presos comunes no disfrutan ni por asomo de la posibilidad de exigir que sus grupos y artistas preferidos actúen en la cárcel.  

9. Órdenes orales, nunca por escrito

Los presos disfrutan de privilegios muy poco habituales como el de acudir a las consultas médicas en el exterior de la prisión sin esposar y en coches no logotipados, lo que contraviene el protocolo habitual en estos casos. 

10. "Pleitesía y sumisión"

Los funcionarios que hablaron con EL ESPAÑOL describieron una atmósfera rayana en la sumisión y en la que algunos trabajadores de la prisión llegaban a desplazarse desde su módulo hasta el de los presos del procés, algo generalmente vetado, para rendir pleitesía y saludar a Junqueras y sus compañeros. También hablaron de regalos, de camisetas firmadas y, en general, de una actitud sumisa y complaciente imposible de ver en el caso de otros presos. 

La periodista Leyre Iglesias también ha informado en varios artículos en El Mundo del catálogo de los privilegios de los que disfruta Oriol Junqueras en Lledoners, donde los presos "se mueven con libertad, reciben hasta más de cincuenta visitas al día, comen callos y gazpacho de fuera de la cárcel, son atendidos por médicos privados y buena parte de los funcionarios los tratan con servilismo y complicidad".

Los funcionarios que se resisten al trato de favor son apodados "los malos" por los funcionarios serviles y alguno de los más rebeldes ha llegado a ser expedientado por la Generalidad