El equipo negociador de Ciudadanos en Andalucía, a la llegada de una reunión.

El equipo negociador de Ciudadanos en Andalucía, a la llegada de una reunión. Cs

Política POLÍTICA

Ciudadanos negocia para que ni Vox ni Podemos tengan voto en la Mesa del Parlamento andaluz

21 diciembre, 2018 03:53

La estrategia de Ciudadanos es clara: restar a Vox la mayor influencia posible. Rivera no quiere que los escaños de la formación en el extremo derecho del tablero sean los que invistan el nuevo Gobierno de Andalucía. Los liberales también intentarán evitar que Abascal logre uno de los siete puestos con voto que conforman la Mesa de la Cámara.

El órgano rector del Parlamento será elegido el próximo 27 de diciembre, día de la sesión constitutiva. PP y Ciudadanos negocian para pactar estos asientos y así arrebatar la mayoría a PSOE y Podemos. Ambos equipos se han emplazado al pacto conscientes de que la diferencia supondría perder el control de la Mesa.

Esa mayoría puede conseguirse a uno y otro lado del centro. PP-Cs necesitan la abstención del PSOE o el "sí" de Vox. Los naranjas se inclinan por lo primero porque la connivencia de los socialistas podría apartar a la organización populista de la Mesa. Si por el contrario el apoyo nace a la derecha, Vox intervendrá directamente en este órgano, de capital importancia al ser responsable del calendario del Parlamento y la admisión de sus escritos.

Las fuentes de la Ejecutiva de Ciudadanos consultadas por este periódico confirman que la hoja de ruta es clara: una negociación estrictamente bilateral. Si el PSOE no se abstiene, Vox decidirá, pero no porque ellos hayan tendido la mano. "No podemos controlar lo que vota el resto", resumen. Los liberales emplean el mismo término -"populista"-, para referirse a Vox y Podemos, a los que quiere fuera de la Mesa.

Desde Ciudadanos trasladan que la petición al PSOE nunca irá ligada a una concesión: "Se les pedirá responsabilidad de Estado, igual que hicimos nosotros cuando permitimos su Gobierno en 2015". O lo que es lo mismo: Rivera pretende que Susana Díaz ceda a cambio de nada, algo que la presidenta tacha de imposible a día de hoy. Si Vox entra con voto en la Mesa, socialistas y liberales se acusarán unos a otros de haber abierto la puerta a la influencia de la extrema derecha.

El Partido Popular -arguye la Ejecutiva de Ciudadanos- pretende ligar la negociación de la Mesa a la presidencia de la Junta. Quien lidere la Cámara cederá el Palacio de San Telmo. Un extremo que los liberales, de momento, dicen no aceptar.

Cs y PP se reúnen este viernes para anunciar el cierre de un acuerdo programático. Abascal, tras verse fuera, ha amenazado con nuevas elecciones: "Dijimos que no seríamos obstáculo, pero tampoco seremos un felpudo".

La negociación de los puestos de la Mesa es compleja debido a una contradicción en el reglamento de la Cámara andaluza. Un artículo asegura la presencia en el órgano rector a todos aquellos partidos que formen grupo parlamentario -más de cinco escaños-, pero otro establece que la votación en la Cámara dicta los nombramientos.

Tras los últimos comicios, la votación dejó fuera a Izquierda Unida, que contaba con grupo parlamentario. De ahí que interviniera el Tribunal Constitucional y que se adoptara una solución a medias: se incluyó una silla sin voto para IU. La Mesa consta de siete puestos: una presidencia, tres vicepresidencias y tres secretarías.