El ficus que se vino abajo en 2018 en el parque de Ayora tras un temporal.

El ficus que se vino abajo en 2018 en el parque de Ayora tras un temporal.

Comunitat Valenciana URBANISMO

La moda del 'árbol caído' en Valencia de la que alardea Compromís pero que irrita a los vecinos

El Ayuntamiento alega que hay que respetar los "ciclos naturales de la materia orgánica" y que así se actúa en otras ciudades del mundo.

3 marzo, 2023 02:03
Valencia

¿Son viables los actuales jardines de las grandes ciudades o hay que avanzar hacia modelos de renaturalización más sostenibles? El debate está abierto y el Ayuntamiento de Valencia ha decidido impulsar un nuevo modelo de jardín: a partir de ahora no retirará los árboles caídos para favorecer "los ciclos naturales de la materia orgánica" en los parques de titularidad municipal.

La técnica se aplica en todos los espacios públicos, pero la decisión de dejar los restos de un ficus de más de 100 años que tumbó un temporal en el parque de Ayoradeclarado Bien de Relevancia Local (BRL), ha generado malestar entre muchos ciudadanos.

Los vecinos denuncian que los troncos que se dejan ahora abandonados se han convertido "en nidos de ratas" y lamentan la "desidia" del Ayuntamiento a la hora de recoger los restos. "Les hace un refugio perfecto", aseguran.

El Ayuntamiento niega el desinterés, defiende su nuevo modelo de jardín y asume los fallos de comunicación a la hora de informar a la ciudadanía sobre las ventajas de contar con jardines "más naturales y ecológicos".

Pero el vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, de Compromísreiteró este jueves que se trata de una decisión "consciente" y, de momento, definitiva. Por ello, se dejarán algunos árboles caídos por temporales o enfermedades "como recuerdo" y porque dan estructura a la zona verde, según aseguró en declaraciones a EL ESPAÑOL.

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Es decir, cuando los árboles mueran o deban de ser abatidos porque están en mal estado, el Ayuntamiento de Valencia no los retirará para "hacer posible la incorporación de sus nutrientes en el suelo y, así, reducimos la huella de carbono y mejoramos nuestra biodiversidad urbana". La medida, insiste Campillo, se ha extendido en ciudades de todo el mundo y busca ayudar a "los ciclos naturales de la materia orgánica en los parques y jardines".

Los expertos aseguran que las evidencias científicas inciden, cada vez más, en la necesidad de implantar políticas de renaturalización y de fomento de la biodiversidad urbana, por su clara relación con la salud pública y la mitigación de efectos del cambio climático.

Pero los vecinos del parque de Ayora de Valencia consultados por este periódico critican la desinformación y la apariencia de abandono. "El parque está descuidado y abandonado, lo que queremos es que esté limpio y se retire la valla aplastada por el árbol", exponen.

El tronco del ficus caido en el parque de Valencia.

El tronco del ficus caido en el parque de Valencia.

Campaña de información

El Ayuntamiento colocó un cartel informando a los vecinos de su decisión, pero fue vandalizado. Ahora, la Concejalía de Ecología Urbana repondrá la cartelería para explicar los motivos por los que el Ayuntamiento renuncia a recoger los restos de este árbol caído.

El árbol, un ficus macrophylla, del Jardín de Ayora tenía 103 años y estaba catalogado como árbol singular de la ciudad de Valencia. Llegaba casi a los 24 metros de altura, tenía un diámetro en la copa de unos 26 metros y el perímetro de su base era de 13,4 metros.

La campaña de comunicación que prepara el Ayuntamiento de Valencia informará de que un temporal de otoño del año 2018 tumbó de forma natural este ficus singular, ya enfermo por una afección fúngica en sus raíces. "Por su valor como patrimonio natural de la ciudad y su singularidad, por conservar su memoria tan ligada a este jardín, el Ayuntamiento de Valencia decidió que el tronco se integrara en el paisaje del jardín".

De esta forma, el consistorio divulgará que "se fomenta la biodiversidad urbana porque se favorece la presencia de hongos y de insectos -los cuales se alimentan de su madera- y de sus depredadores. Unos procesos biológicos que aportan nutrientes al suelo y permiten la conservación del ecosistema".

"La concepción de un jardín actual tiene que evolucionar respecto a la imagen puramente ornamental del típico jardín francés que prácticamente no se toca", razonó Campillo. El vicealcalde, que es doctor en Biología, apuesta por una "concepción de jardín más natural y ecológica" y dejar los restos de árboles caídos para que se conviertan en refugio de insectos y otras especies.

No obstante, Campillo avanzó que si se detecta una plaga de roedores o que los restos se convierten en un problema de salud pública, tal y como denuncia el vecindario, se retirarán.