José Luis Ábalos, Ximo Puig y Pedro Sánchez. EE

José Luis Ábalos, Ximo Puig y Pedro Sánchez. EE

Comunitat Valenciana POLÍTICA

Ximo Puig, de verdugo de Sánchez a penitente: solo él y Page esquivan la purga que ha acabado con Díaz

El socialista valenciano rebaja sus críticas y respalda al presidente en asuntos como los indultos, pero el 'sanchismo' reclama más gestos.

20 junio, 2021 01:39
Dani Valero Héctor Fernández

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El PSOE de Pedro Sánchez doblegó hace una semana el brazo de Susana Díaz tras un largo pulso con la baronesa. Le costó, pero al fin lo consiguió en las primarias del partido en Andalucía. Con ella ha caído su mayor enemigo interno. Fue su rival por el partido en mayo 2017, cuando Sánchez recuperó la secretaría general tras haber sido derrocado solo unos meses antes.

Los otrora verdugos del hoy presidente del Gobierno han ido cayendo, y Díaz era el plato principal de una purga que comenzó con el madrileño Tomás Gómez. La andaluza aportó 7 de las 17 dimisiones necesarias en la ejecutiva federal para forzar la caída de Sánchez en septiembre de 2016. Pero algunos de aquellos ejecutores sobreviven todavía, como Ximo Puig.

El caso del presidente valenciano fue muy significativo. Tanto él como su homólogo manchego, Emiliano García-Page, dimitieron personalmente de la Ejecutiva Federal para empujar a Pedro Sánchez a lo que entonces parecía su muerte política. La ejecutiva apostaba por facilitar la abstención del PSOE ante la investidura de Mariano Rajoy, y él se negaba. La solución fue derrocarlo. Pero lo convirtieron en mártir, y con su célebre "no es no" conectó con las bases y recuperó el poder.

No fueron pocos los socialistas que advirtieron de que "un presidente autonómico no debería haberse manchado las manos" en aquel ajusticiamiento. En efecto, ganarse el crédito del hoy inquilino de la Moncloa es mucho más difícil por haber estampado aquella firma hace casi cuatro años. Uno de los considerados barones críticos, Javier Lambán, se libró de esta circunstancia. Pero Puig y Page se mojaron y cumplen ahora la preceptiva penitencia.

Las formas son cordiales. Tanto Pedro Sánchez como el secretario de organización del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, arropan de forma pública al presidente valenciano. "Es un presidente autonómico, no cabe otra opción", admiten fuentes del 'sanchismo' preguntadas al respecto por EL ESPAÑOL. Pero a Puig no le sale gratis. Desde 2017, y en particular desde el éxito de la moción de censura de junio de 2018, dedica un esfuerzo desmedido a aproximar posturas con el presidente del Gobierno.

"Ximo Puig preside la comunidad autónoma más importante de las que están en manos del PSOE, y es un aliado estratégico en cuestiones fundamentales como la solución al problema territorial que sufre España con la crisis catalana", subraya el entorno de Ximo Puig. "Pedro Sánchez sabe que tiene un socio leal en la Comunidad Valenciana", aseguran.

Los gestos de Puig

En efecto, Ximo Puig ha arropado a Pedro Sánchez en multitud de ocasiones. La más reciente, los indultos del procés catalán, que sí han contado con la contestación de otros barones. Además, el presidente valenciano se ha mostrado disciplinadamente tibio ante asuntos muy incómodos para la Generalitat Valenciana como el enésimo rechazo de Moncloa de reformar la financiación autonómica -que tanto perjudica a la comunidad- o la situación crítica para el campo alicantino por el recorte al trasvase Tajo-Segura.

Pero la herida está abierta todavía. "No fue leal cuando estalló contra el Gobierno de España por no pasar a la Fase 2 en la primera desescalada", recuerdan los 'sanchistas' con rencor. Cada discrepancia parece descoser la cicatriz. "Este mismo viernes trataba de apuntarse la medida del fin de la mascarilla en exteriores", agregan. Los partidarios del presidente del Gobierno consideran a Puig "demasiado personalista, alguien que prima demasiado a los suyos pese a que tuvo que adelantar un mes las elecciones para ganar gracias a la inercia de Pedro Sánchez". Y consideran que esta deriva "tiene que acabar".

La presidenta del PSPV-PSOE en la provincia de Valencia, Mercedes Caballero, lanzó una advertencia a Puig en este sentido el pasado lunes. "Si quiere un congreso del PSPV tranquilo, tiene que integrar", afirmó en À Punt la dirigente, próxima a Sánchez y Ábalos. "Está en su mano tener un congreso tranquilo", insistió, y subrayó que "las cosas ahora son muy distintas a 2017", cuando Ximo Puig fue reelegido líder del partido. Entonces el candidato alternativo, Rafa García, 'abalista' y alcalde de Burjassot, obtuvo el 42% de los apoyos. La división de la formación fue muy visible.

Ximo Puig, junto a Pedro Sánchez. EFE

Ximo Puig, junto a Pedro Sánchez. EFE

Pese a ello, los 'sanchistas' consideran que Ximo Puig fue menos generoso que el presidente del Gobierno a la hora de repartir responsabilidades. "Puso a su gente, tanto en el partido como en la Generalitat, donde además recurrió a muchísimos independientes", lamentan, e insisten en que "no se puede repetir" ni en las listas de delegados del Congreso Federal del partido ni, sobre todo, en el Congreso del PSPV. Ambos tendrán lugar en el segundo semestre del año.

"La candidatura de Puig, pese a que dijo que no iba a repetir como candidato y ha cambiado de opinión, la tiene asegurada. Pero no se puede repetir la situación de 2017, cuando no integró al 42% del partido. Trabajar con la mitad del partido es perder mucha fuerza", afean los 'sanchistas', que se ven ahora más fuertes para imponer estas tesis en la Comunidad Valenciana. No en vano el Congreso Federal del PSOE se celebrará en octubre en Valencia por expreso deseo de José Luis Ábalos.

Ximo Puig, por el momento, ha tenido un pequeño gesto con los mandos del partido. Se ha desmarcado esta semana de quien fuera su aliada, Susana Díaz: "Es él (por Juan Espadas, el vencedor de las primarias) quien va a liderar el proyecto socialista en Andalucía". "En la medida que compartimos intereses, espero que podamos trabajar juntos para mejorar la financiación autonómica y tantos otros temas", agregó.

Movilización en Alicante

Desde el 'sanchismo' consideran que hay que empezar a trabajar en el 'posximismo'. Sobre todo porque la derecha se está reforzando desde Alicante de la mano de Carlos Mazón. Una posible pérdida de las elecciones de 2023 -o cuando se convoquen- podría dejar nuevamente a los de Ábalos fuera de la gestión de la derrota, como ya les ocurrió con Joan Ignasi Pla.

Los partidarios del presidente del Gobierno llevan un mes movilizándose en las tres provincias valencianas. Y en el sur es donde están más organizados, ya que cuentan con el liderazgo claro del exalcalde de Elche, Alejandro Soler. El hoy diputado nacional por Alicante y estrecho colaborador de Ábalos fue recuperado por este en 2018 como director general la Entidad Pública Empresarial de Suelo (SEPES), dependiente del Ministerio de Fomento.

La apuesta de Soler por hacerse con la secretaría general provincial es un clamor. Cuenta para ello con la agrupación más activa de la Comunidad, la de Elche. También con simpatías en el otro lado, el tradicional apoyo de Puig en la provincia, el exsenador Ángel Franco, líder de la mayoría en la ciudad de Alicante y muñidor de mayorías en otras grandes agrupaciones de la provincia.

De hecho, Franco se sintió traicionado por Puig cuando esté no apoyó a su delfín en Elda, Rubén Alfaro, como líder provincial. También cuando echó para atrás la candidatura de un reconocido médico en Alicante en favor del entonces director del Teatro Principal, Francisco Sanguino, hoy languideciendo como jefe de oposición en Alicante y sin ningún apoyo del partido.

Los encuentros entre 'sanchistas' en la provincia se suceden. Saben que la batalla es complicada. Pero también son conscientes de que con el apoyo de Madrid pueden conseguir plazas fuertes para el futuro.