Traima, educadora social, se instaló junto a su marido y sus hijos en Düsseldorf. EE
Alarma por la 'huida' de jóvenes en Melilla: 'Es una pena. Muchos que conozco están en Fráncfort, Düsseldorf, Dortmund...'
Melilla es la ciudad con mayor tasa de desempleo juvenil de España y eso está empujando a la emigración a esa franja de la población.
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Los datos del paro del mes de julio en Melilla han desatado una tormenta política que ha dejado al descubierto una realidad: muchos jóvenes dejan la ciudad autónoma para ir a la península o al extranjero en busca de empleo.
Después de que la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, anunciase un descenso de los datos del paro, la oposición achacaba esa bajada a la huida de la población por falta de oportunidades.
"Los desempleados se han ido de nuestra ciudad, muchos jóvenes, incluso familias enteras, han emigrado buscando empleo y mejores expectativas de futuro", asegura el presidente de Somos Melilla, Amin Azmani.
"La población melillense autóctona, la que ha nacido aquí, la que se ha criado aquí, la que vive aquí, se está marchando masivamente no solo a otras ciudades de España, sino principalmente a trabajar en multinacionales en Alemania y Holanda, porque ven allí mejores perspectivas de futuro que en nuestra ciudad", denuncia.
Sobre la existencia de ese éxodo existen los testimonios personales, la percepción en la calle, pero no hay datos. EL ESPAÑOL solicitó información a las autoridades de la ciudad sin obtener respuesta.
Aunque la tesis que han venido manteniendo las autoridades es que la población no se ha visto mermeda, e incluso ha crecido en un millar el último año, la oposición atribuye ese dato al número de personas que llegan de Marruecos y regularizan su situación, y al de los peninsulares que se instalan en la ciudad para realizar sus estudios.
África y Traima, dos jóvenes de 28 y 31 años se fueron a vivir a Alemania tras el cierre de las fronteras por parte de Marruecos, hace cinco años.
En conversación con EL ESPAÑOL, ambas coinciden en destacar que tras sus estudios solo podían acceder a los planes de empleo durante unos meses y que, aunque les gustaría volver, no ven futuro en Melilla.
África es profesora infantil y voló a Fráncfort en 2023 porque "la situación laboral en la que me encontraba en Melilla no era realmente lo que buscaba, necesitaba desarrollarme profesionalmente en lo que he estudiado".
"Soy maestra de educación infantil y en Melilla no hay posibilidad, no hay trabajo, y no me podía conformar con simplemente trabajar en unos planes de empleo durante seis meses", añade.
Traima, integradora y educadora social, militó en las Juventudes Socialistas de Melilla antes de instalarse en Düsseldorf.
Su marido era taxista y con el cierre de la frontera se quedó sin trabajo. Ella había conseguido un contrato con el plan de empleo para trabajar cuatro meses en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes.
"¿Por qué tengo que ir a limpiar en Melilla si tengo mi carrera? La cosa está fatal. Todo el mundo se está yendo de Melilla. Es una pena. La mayoría que yo conozco están en Alemania, por Fráncfort, por Düsseldorf, por Dortmund…", lamenta.
Su hermana también dejó Melilla al terminar el grado de Derecho, cursar un máster y no encontrar trabajo en su ciudad: "No la llamaban de ningún sitio, se tuvo que ir a Barcelona".
Tras un rato de entrevista, confiesa: "¡Tengo una decepción con mi ciudad! La palabra es decepción. Es una pena porque merece mucho la pena, pero se está yendo a pique y no nos dan oportunidades".
Problema laboral
Melilla es la ciudad con mayor tasa de desempleo juvenil de España. Con un 70% de los parados con falta de capacitación y cualificación, y más de 1.200 ciudadanos melillenses que nunca han tenido un empleo.
Una posible solución sería "un plan que forme a parados en oficios que se necesitan de verdad en Melilla: soldadores, electricistas, fontaneros, carpinteros, peones u oficiales de primera, albañiles y camareros", mantiene el líder de Somos Melilla, en la oposición.
Efectivamente, ciertos códigos de ocupación en las categorías del SEPES (la empresa estatal de gestión del suelo y creación de viviendas públicas) están desiertos. El mercado melillense demanda esta mano de obra, que procedía de Marruecos cuando las fronteras terrestres funcionaban sin visado Schengen, antes de que Rabat cerrase los pasos por la covid.
En todo caso, la ciudad cuenta con una escuela de hostelería con buena reputación. En su mayoría son jóvenes migrantes, aunque una vez que finalizan los estudios reciben buenas ofertas de hosteleros y restaurantes de la península e inmigran porque ven mejores condiciones laborales.
Esta marcha se ha acuciado sobre todo con el bloqueo fronterizo. La ciudad autónoma está intentando equilibrarlo atrayendo estudiantes de diferentes grados y carreras universitarias.
Desde la Delegación del Gobierno reivindican la políticas de empleo que se están llevando a cabo: "Los últimos seis años se han implementado 29 nuevos ciclos formativos nuevos y ofertado 1.200 plazas más, con una Formación Profesional mucho más pegada a la realidad laboral de Melilla y que, además, es DUAL, una modalidad de la Formación Profesional que combina la formación teórica en un centro educativo con la práctica en una empresa".