Un informe del CNI alertó al Gobierno del aumento de espías rusos en España desde mediados de 2022

El documento apuntaba, además, que la presencia de los espías rusos seguiría incrementándose a lo largo de ese año y del siguiente hasta alcanzar la máxima actividad.

Este dato evidencia la facilidad con la que los agentes de Vladímir Putin se están moviendo en España en los últimos años. Hasta el punto de, como sospecha la Guardia Civil, llegar a matar al capitán desertor de las tropas rusas que hasta hace una semana se ocultaba en su casa en Villajoyosa (Alicante).

Según el citado informe, conocido por EL ESPAÑOL, los servicios de inteligencia rusos aumentaron "su agresividad" y sus "necesidades de información" en nuestro territorio a raíz de la invasión de Ucrania. Según ese mismo documento, se espera también "un aumento de las actividades de Oficiales de Inteligencia (OI)" a partir del verano de 2023.

Eran las fechas en las que España comenzaba a desempeñar la Presidencia del Consejo de la UE. "Las decisiones e iniciativas promovidas por España durante dicha Presidencia podrían ser objeto de las actividades de diversos SI [Servicios de Inteligencia] hostiles", detalla el CNI en el Informe Anual de Seguridad Nacional 2022, elaborado con información de los servicios de inteligencia.

[España, nido de espías: un informe del CNI detecta un aumento de los servicios de inteligencia extranjeros]

Las injerencias rusas en España se han sacado a relucir en diversas ocasiones a lo largo de los últimos años, y de ellas se ha ido alertando al Gobierno. El año anterior, el CNI advertía en otro informe que España llevaba semanas, incluso antes del inicio de la guerra en Ucrania. 

Concretamente, señala ese documento, sufriendo "diariamente" ciberataques rusos "de peligrosidad muy alta" dirigidos "a influir o alterar opiniones haciendo un uso intencionado, y generalmente planificado y organizado, de información dirigida a socavar la seguridad y estabilidad de los ecosistemas que conforman la sociedad".

Los tentáculos de la Inteligencia rusa y su capacidad para influir y desestabilizar en España y otros países de Europa están siendo noticia estas últimas semanas y están suscitando críticas en distintos sectores de la seguridad nacional hacia la Inteligencia estatal.

Otro de los fragmentos del informe. EL ESPAÑOL

Operación en Alicante

El último de esos episodios en los que Rusia parece operar con absoluta impunidad y libertad de movimientos es el caso de Maxim Kuzminov, un capitán ruso de 28 años que en agosto del año pasado desertó y se entregó a las fuerzas ucranianas con un helicóptero.

Kuzminov llevó voluntariamente un Mi-8 de Rusia a la región de Járkov, en manos de la inteligencia ucraniana, el GUR. La deserción se dio a conocer en septiembre, cuando el GUR publicó unas imágenes del piloto en el que explicaba cómo fue contactado por los servicios secretos enemigos, que le ofrecieron pasarse al bando ucraniano a cambio de dinero y protección.

Era la llamada operación Synytsia. Esa protección, así como un lugar para esconderse, lo obtuvo con rapidez, y meses después ya se encontraba en España, en la zona de Alicante, una suerte de Tierra Prometida para exiliados rusos y ucranianos de la guerra donde ya se acoge a 50.000 ciudadanos de Ucrania que han huido del país debido a la invasión y la guerra.

Llegó allí con una identidad falsa, y un apartamento en Villajoyosa en el que permanecer recluido evitando la sed de venganza de sus perseguidores.

[Al desertor ruso lo mató "un grupo profesional": vigiló su rutina en Alicante y las cámaras del garaje]

Acribillado y atropellado

Si hay un territorio español donde se está siguiendo de cerca la guerra desatada por Rusia en Ucrania, esa zona es Alicante. En municipios como Torrevieja una de cada diez personas es de estas dos nacionalidades; en toda la Comunidad Valenciana hay ya más de 50.000 ucranianos refugiados. 

Aunque esa región podría parecer un lugar propicio para esconderse, también allí están asentados desde hace décadas distintos clanes de la mafia rusa, algunos de los cuales han estado próximos a la cúpula del gobierno de Rusia, tal y como señalan fuentes policiales a EL ESPAÑOL.

El propio Putin cuenta con propiedades en una urbanización de la localidad de Altea, como muchos otros de sus compatriotas, dedicados al crimen organizado.

Los primeros indicios de la investigación de la Guardia Civil sobre el asesinato de Kuzminov, conocidos por EL ESPAÑOL, apuntan a un crimen preparado por un grupo criminal especialista en la materia durante semanas o meses. Posiblemente sicarios, en un encargo que pudo llevarse a cabo para la Inteligencia rusa (a quien más le interesaba la desaparición de este disidente). Esta es la principal hipótesis.

Lo que sí tienen claro es que quien perpetró el crimen había estudiado, previamente y con minuciosidad, el lugar de los hechos y a su futura víctima. Los asesinos incluso habían controlado las cámaras del lugar donde iban a acabar con su vida, el garaje de una urbanización alicantina. 

Todo ocurrió el pasado 13 de febrero cuando a Kuzminov lo estaban esperando en su garaje. Allí le acribillaron a balazos. Después le atropellaron y se dieron a la fuga.