La comisaria europea de Sanidad y Seguridad alimentaria, Stella Kyriakides.

La comisaria europea de Sanidad y Seguridad alimentaria, Stella Kyriakides. CE

España SANIDAD

La UE frena el "semáforo nutricional" que Podemos quiere imponer en la comida en contra del PSOE

La Autoridad de Competencia Italiana ha tachado el Nutriscore de "error" y Europa tendrá en cuenta esa valoración.

25 octubre, 2022 03:09

El Ministerio de Consumo que dirige el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha encontrado una nueva piedra en el camino para implantar el semáforo nutricional NutriScore.

El etiquetado de alimentos que enfrenta al PSOE y Unidas Podemos dentro del Gobierno ha sufrido un revés tras el posicionamiento de la Comisión Europea. 

Según una repuesta parlamentaria a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la Comisión va a tener en cuenta la resolución de la Autoridad de Competencia Italiana, que ha tachado el sistema de etiquetado de "error" y de introducir clasificaciones "arbitrarias" que no atienden a razones sanitarias. 

[Luis Planas tumba el proyecto de Alberto Garzón de implantar NutriScore a partir de 2022]

Stella Kyriakides, comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria, firma esta respuesta en la que, aunque no se pronuncia sobre las decisiones tomadas por autoridades de Estados miembros, asegura que la Comisión tendrá en cuenta este tipo de dictámenes científicos y evaluaciones de impacto.

En estos momentos, la Comisión está evaluando diferentes propuestas para que toda Europa tenga un etiquetado nutricional armonizado. Desde España, el Ministerio de Consumo ha apoyado que sea Nutriscore el sistema europeo de etiquetado único. Aunque al ministro de Agricultura, Luis Planas, no le guste la idea.

El proyecto del etiquetado nutricional (implantado en Francia y otros países del entorno europeo) evalúa por colores y letras (verde mejor y rojo el peor) los productos del supermercado. La gama cromática varía según un algoritmo que compara elementos negativos (azúcares, grasas, etc.) y, por otro lado, los positivos (verdura, proteína, fruta).

Hay que recordar que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha sido uno de los grandes valedores de este semáforo nutricional: lo ha defendido durante su comparecencia en el Senado y ha asegurado que podría evitar muertes, al promover una alimentación más saludable. 

En sus declaraciones, Garzón aseguró que su implantación podría "reducir un 3,4% la mortalidad por enfermedades provocadas por la obesidad, como la cardíaca, diabetes o ciertos tipos de cáncer".

Por el contrario, Luis Planas, ministro de Agricultura, ha sido muy crítico con este semáforo porque valora mejor un refresco que productos característicos de la dieta mediterránea, como el aceite o el pan. 

[Nutriscore sigue fallando: más de la mitad de los productos con una B son insanos]

Aunque sobre el papel la iniciativa nutricional de Garzón parece buena, en la práctica supone un gran problema para productos como el jamón ibérico, el aceite o el queso, productos típicos de la agricultura y ganadería española que por su porcentaje de grasas no se consideran saludables, pese a formar parte de la dieta mediterránea. Por lo tanto, son demonizados en los estantes del supermercado por este semáforo nutricional. 

Precisamente por el perjuicio que supondría para los productos españoles, Luis Planas está en contra de NutriScore. Desde hace ya más de dos años, el ministro de Agricultura venía avisando a Garzón de que debía cambiar de estrategia.

Europa

En la actualidad, el etiquetado nutricional frontal es voluntario en Europa y en España, aunque se puede ver en muchos supermercados. Ningún país puede, por el momento, obligar a los fabricantes a proporcionar esta información en la parte delantera de los envases, aunque cientos de productos ya han empezado a utilizarlo.

Por ello, en el seno de la Comisión, cada país ha tenido que elegir qué tipo de etiquetado prefiere y España se ha unido a Francia para proponer NutriScore, en lugar de otros que benefician más a la dieta mediterránea.

[La UE revisa el etiquetado que quiere poner Garzón: valora mejor un refresco que el aceite de oliva]

La intención de la Comisión Europea es avanzar hacia el etiquetado común y obligatorio en todo el territorio a partir del año 2023. La propuesta debía de estar firme al principio de 2022, pero se sigue retrasando. 

De hecho, en la última respuesta de la Comisión Europea se concreta que la aprobación del etiquetado común "está prevista para los próximos meses".

"Se está preparando una evaluación de impacto en la que se plantearán las diferentes opciones estratégicas, elaboradas a partir de modelos existentes que ya se emplean o han sido desarrollados en la UE".