Manifestación en Madrid contra la derogación de la Ley Mordaza.

Manifestación en Madrid contra la derogación de la Ley Mordaza. Efe

España INTERIOR

Estupor en la Policía por los ataques de la izquierda caricaturizándoles como "represores" y "fascistas"

Las asociaciones y sindicatos se sienten desprotegidos y a merced de unos grupos políticos que los ven como fuerzas contrarias a la democracia.

5 diciembre, 2021 04:06

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A lo largo de la última semana, 120.000 personas -20.000 para la Delegación del Gobierno- salieron a la calle en defensa de los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en contra de la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana. Apenas unos días más tarde, AUGC, una de las asociaciones históricas de la Guardia Civil, rompió todo tipo de relación con el Gobierno por la "discriminación" a la que a su juicio somete a los agentes. 

El pasado viernes, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña reconoció mediante una resolución que la Generalitat discriminó a agentes de la Policía Nacional y del Instituto Armado respecto a Mossos d'Esquadra y policías locales en la vacunación frente a la Covid-19. Todo ello mientras el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguraba que, pese a las críticas, las manifestaciones multitudinarias y el enfrentamiento contra todas las asociaciones de agentes de ambos cuerpos, seguirá adelante con la derogación de la llamada 'Ley Mordaza'.

El clima de tensión política no deja de crecer en los últimos tiempos con el trabajo policial en el centro del tablero. Multitud de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han manifestado a EL ESPAÑOL en las últimas fechas su preocupación y su inquietud ante la sensación de que su trabajo es una y otra vez criminalizado.

Entienden que se les pone constantemente en tela de juicio tanto por parte de los políticos que conforman el Gobierno como por las fuerzas parlamentarias que sirven de satélites para el Ejecutivo desde la sesión de investidura de Pedro Sánchez.

Tienen claro que, desde la izquierda, cada vez más, se les adjudica el sambenito de "represores": "En los últimos años ha sido muy descarado el interés que tiene la izquierda de personificar el mal en las fuerzas de seguridad, tachándonos siempre de represores o fascistas -asegura un mando policial con cuya opinión concuerdan muchos compañeros-. Cansa luchar con esa etiqueta. A la vista está que nada de eso es real, la policía rara vez utiliza su arma reglamentaria o la fuerza física ante el miedo de sufrir una apertura de expediente disciplinario o la misma expulsión. El colectivo entero se siente desprotegido jurídicamente, está bajo de moral".

Las palabras de Carmen Calvo no ayudaron tampoco a rebajar la tensión. La exvicepresidenta del Gobierno aseguró sentir "inquietud" por la manifestación del pasado sábado. "Ha sido el mundo al revés porque han protestado por cosas que no existen. (...) Yo he visto algunas imágenes con simbología, con aspecto, con lemas que se han gritado que si son los que me tienen que proteger... Me inquieta muchísimo", afirmó en la Cadena SER. 

También las palabras de Zaida Cantera, diputada del PSOE en el Congreso, causaron un gran revuelo y soliviantaron a muchos. Cantera acusó a todas las asociaciones policiales -no faltó ninguna en la concentración del pasado domingo- de buscar su beneficio propio y de ser una amenaza. "Policías manifestándose contra la democracia, contra el poder legislativo. Policías manifestándose contra el Gobierno. Policías que deben dejar de ser policías. Son una amenaza a la democracia, no sirven a España ni a su ciudadanía se sirven a ellos y su ideología".

Cuestionada la autoridad

Las múltiples fuentes consultadas en ambos cuerpos, Guardia Civil y Policía Nacional, sienten que realizan desde hace tiempo su trabajo bajo sospecha. Determinadas formaciones políticas les observan, a su juicio, con desconfianza, hasta el punto de comprobar que en las enmiendas a la Ley de Seguridad Ciudadana algunas de las acotaciones de los partidos a su entender presuponen, de base, una mala actuación por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.  

De ese modo, con la autoridad cada vez más cuestionada, los agentes estiman que cada vez se encuentran más problemas a la hora de desarrollar su trabajo, sobre todo en el día a día en la calle. "Se busca criminalizarnos, hacer ver que somos los malos, sobre todo al quitarnos la presunción de veracidad, sobre todo al quitarnos los elementos de material de antidisturbios con la justificación como si los estuviéramos usando ex profeso para hacer daño y siempre utilizándolo de una manera progresiva y coherente", aseguran desde Jusapol, la plataforma que agrupa al sindicato mayoritario en la Policía y a la asociación mayoritaria en la Guardia Civil.

Efectivamente, muchos efectivos del cuerpo se ven constantemente bajo el escrutinio de los representantes políticos. Ese discurso de los partidos que conforman el Gobierno legitima, a juicio de los agentes de Policía Nacional y Guardia Civil, la posición dura de ERC o de EH Bildu. "A cada oportunidad dan a entender que no realizamos bien nuestro trabajo, y que ellos tienen que supervisarlo para que no abusemos de nuestra supuesta autoridad, algo cada vez está más en entredicho", asegura uno.

"Es un continuo ataque -asegura otro-, intentan hacer creer a la población que somos la fuerza represora". "Hagamos lo que hagamos somos unos represores", insiste uno más.

Esa tensión ahora aportada por Calvo o Cantera, o múltiples representantes de Unidas Podemos, continúa siendo ejercida por Gabriel Rufián (ERC), quien hace años enseñó unas esposas en el Congreso de los Diputados tras el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.

Y ahora, tanto él como otros partidos políticos, muy críticos con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado apoyan al Gobierno en la iniciativa del cambio de la ley, aportando todo tipo de enmiendas en las que, igual que el resto de partidos de la coalición, no se tienen en cuenta a los agentes.

"A mí lo que me molesta profundamente -profundiza otro efectivo- no es que cambien la ley, sino que lo hagan sin preguntarnos por nuestras necesidades. Con un aumento brutal en las agresiones a policías, ¿qué aporta nuestra principal herramienta para tratar de evitarlo?".

Agresiones a agentes

Un reflejo de ese clima contrario a los agentes queda refrendado en las agresiones. Desde el comienzo de la pandemia, los ataques contra la autoridad, agentes o funcionarios públicos han aumentado de manera significativa. Según ha podido conocer EL ESPAÑOL, a lo largo del año 2020 se produjeron 7.507 incidentes de estas características, un 27% más que el año anterior. Y en lo que va de 2021, hasta agosto, ya se han cosechado 5.886, lo que nos acerca a un nuevo récord.

La del curso anterior fue la cifra más elevada en una década. Desde 2011 y 2012, en plena crisis económica, no se veía un dato similar (7.383 y 7.141, respectivamente), según los datos proceden del Sistema Estadístico de Criminalidad, dependiente del Ministerio del Interior. 

De ese modo, una semana tras otra, en los últimos tiempos miles de agentes sienten que nadie sale a defenderles. 

- ¿Os gustaría que el director general de la Policía saliera en vuestra defensa?

- Por supuesto -rematan desde Jusapol-. Tanto el Director General de la Policía Nacional como el propio ministro.