Ensayo de reapertura del ocio nocturno en Sitges. EFE/Alejandro García

Ensayo de reapertura del ocio nocturno en Sitges. EFE/Alejandro García

España Covid-19

Los 30 días en los que se dominó la Covid: así se han desplomado todos los indicadores en España

Los datos de la segunda mitad de abril amenazaban con una 'cuarta ola', pero un mes después la situación es radicalmente diferente.

22 mayo, 2021 02:38

Noticias relacionadas

El lunes 19 de abril terminaron de dispararse todas las alarmas tras varias semanas de desconcierto y dudas. La amenaza de una cuarta ola estaba ahí, casi inevitable, con una incidencia acumulada a 14 días de 230,54 casos por 100.000 habitantes, ocho comunidades/ciudades autónomas por encima del nivel de riesgo extremo y, sobre todo, más de 10.000 hospitalizados en toda España.

En concreto, hablamos de 10.447 hospitalizados, de los cuales uno de cada cinco aproximadamente (2.276) estaban ocupando una cama UCI. La presión sobre los intensivistas seguía siendo altísima, con Cataluña y Madrid por encima de los 550 pacientes críticos, más del 35% del total de camas ampliables por tercer mes consecutivo.

Sin embargo, entre tal maraña de datos negativos, se abría alguna esperanza. De entrada, tras un mes de subidas sostenidas en la incidencia -desde el 15 de marzo-, apenas se veía un incremento en el número de fallecidos. La semana anterior se había saldado con 559 fallecidos y el esperado repunte hasta el 25 de abril se quedó en apenas cien más. Nada que ver con las semanas de más 3.000 muertos que habíamos visto a finales de enero y principios de febrero sin ir más lejos.

Ese mismo 19 de abril, además, se producía el hecho que tanto tiempo llevábamos esperando: el 99% de los mayores de 80 años ya tenía algún tipo de protección frente al virus al haber recibido la primera dosis de la vacuna. Los efectos debían notarse de inmediato.

Porcentaje de mayores de 60 años vacunados con dos dosis.

Porcentaje de mayores de 60 años vacunados con dos dosis.

Un mes después -32 días para ser exactos- la situación es radicalmente diferente y lo es para bien. Si en los catorce días anteriores al 19 de abril se habían detectado 109.393 nuevos casos, en estas dos últimas semanas han sido 64.424, lo que supone un descenso del 41,1%, para una incidencia acumulada de 135,77 casos por 100.000 habitantes.

Es la más baja desde el 24 de marzo, en los inicios de este cuarto repunte o "cuarta olita", como la definió Fernando Simón. Aunque en medio hemos tenido momentos de verdadera preocupación en País Vasco o Aragón, la bajada es ahora mismo sostenida y con perspectiva de continuar al menos una semana más, pues la incidencia a 7 días (60,70) está muy por debajo de la mitad de la de 14 días.

Además, el hecho de que la gran mayoría de estos casos se concentren en la población más joven, la que aún no tiene defensa alguna contra el coronavirus porque aún no ha sido siquiera parcialmente vacunada, hace que los registros de hospitalizaciones lleguen a mínimos históricos. Desde el lunes se han notificado en España 2.854 nuevos ingresos, lo que supone un descenso del 50,66% respecto a la semana que empezó el 19 de abril.

Es la cifra más baja desde que el Ministerio incorporó estos datos a su informe semanal el 20 de agosto de 2020. De esta manera, la ocupación hospitalaria total se ha reducido prácticamente a la mitad: de los citados 10.447 de hace menos de cinco semanas a los 5.717 actuales, un 45,27% menos. Se trata de la cifra más baja desde el 25 de agosto, hace ya casi nueve meses.

Ingresos diarios por semana desde el 19 de abril

Ingresos diarios por semana desde el 19 de abril

Los ingresados en UCI también se han reducido notablemente, aunque a un ritmo menor puesto que son estancias más largas y los cambios para bien siempre se hacen más de rogar. Según los datos de este viernes, tenemos 1.655 pacientes en estado crítico, un 27,28% menos que el 19 de abril.

Si antes había un paciente crítico por cada cinco hospitalizados, ahora son prácticamente dos de cinco, lo que indica de nuevo que la población de más de 80 años no está entrando en los hospitales porque no se está contagiando gracias a las vacunas. Recordemos que era el grupo de edad más afectado en proporción pero el que menos entraba en las UCI. Al eliminar el peligro en esa franja de edad, quedan muy pocos casos de larga duración en planta y de ahí que el porcentaje de críticos se dispare.

Con todo, el mejor dato, sin duda, es el de fallecidos. En la última semana, el Ministerio ha añadido 281 defunciones al total, es decir, 40 al día. Las últimas cifras consolidadas de las comunidades autónomas pertenecen a la semana anterior y hablan de menos de 350 fallecidos, como se puede observar en el gráfico inferior. En 14 de las 19 comunidades/ciudades autónomas hemos tenido al menos un día con cero defunciones notificadas.

Se trata de cifras que nos remiten de nuevo a agosto de 2020 cuando se estaba gestando la segunda ola pero aún no había roto del todo ni siquiera en Navarra y Madrid. Todo hace indicar que pronto estaremos en cifras de julio y a partir de ahí, habrá que esperar a que los grupos de 40 a 69 años queden totalmente inmunizados para ver un nuevo bajón en ese sentido.

Muertos por semana.

Muertos por semana. @ngbpadel2 y @homosensatus

Aunque es cierto que esta excelente dinámica puede estar influida por el buen tiempo, el uso de espacios exteriores y la propia dinámica de brotes y rebrotes de la pandemia, es absurdo pensar que las vacunas no tienen nada que ver en el asunto. Para hacerse una idea de lo que ha pasado en este mes que ha puesto patas arriba todos los indicadores, el 19 de abril se habían administrado 12.853.599 dosis.

Los datos de este viernes elevan esa cifra hasta las 23.962.365 dosis, es decir, en estos 32 días se han puesto prácticamente las mismas que en los tres meses y medio anteriores… y la decisión de desbloquear las segundas dosis de los menores de 60 años que ya habían empezado el ciclo con Astra Zeneca solo puede acelerar el proceso.

Han pasado dos semanas desde el final del estado de alarma y no vemos por ningún lado el rebrote que tanto temíamos. Las celebraciones callejeras del 9 de mayo quedaron, como era de prever, en una anécdota.

Si un exceso de relajación no lo estropea, al menos en parte, podemos soñar con una situación dentro de un mes no tan buena en ningún caso como la de hace un año - salíamos entonces de un confinamiento de dos meses- pero sí lo suficientemente aceptable como para retomar buena parte de nuestra normalidad, quitarnos las mascarillas para pasear y viajar con prudencia. Un verano con cautela pero sin miedo. Algo impensable hace apenas un par de meses.