Pedro Sánchez, este jueves en La Moncloa.

Pedro Sánchez, este jueves en La Moncloa. EFE

España CRISIS CON MARRUECOS

Sánchez, a merced del chantaje al retirar Rabat a su embajadora hasta que Ghali salga de España

El gesto diplomático permitiría a Marruecos apuntarse el tanto del retorno del líder del Frente Polisario. 

21 mayo, 2021 03:33

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La crisis que tiene esta semana a Ceuta como epicentro no es una crisis migratoria, aunque tenga consecuencias dramáticamente visibles en ese terreno. Es, por el contrario, una crisis diplomática en la que Marruecos, como suele, mide muy bien sus gestos y, aun de retirada, golpea hasta el final.

Y aunque este jueves la ministra de Defensa, Margarita Robles, afirmaba que el Gobierno no "va a aceptar chantajes" y que "la integridad territorial no está en juego", lo cierto es que Rabat llevará su desafío hasta donde le sea posible, como prueba el anuncio hecho, poco después de las palabras de Robles, de que su embajadora en España, Karima Benyaich, llamada a consultas en el momento álgido del conflicto, el pasado martes, no volverá de momento a nuestro país. Un anuncio que pone en un brete a Pedro Sánchez, a merced del nuevo gesto del vecino del sur.

Todo ello después de la evidente marcha atrás que ha supuesto, por parte de la dictadura de Mohamed VI, cerrar la frontera y parar así de golpe el flujo migratorio sin precedentes que se desató el pasado lunes sobre la ciudad autónoma española del norte de África.

El ministro de Exteriores del Gobierno de Marruecos, Naser Burita, dejaba claro que la retirada de la embajadora seguirá en pie hasta que no se solucionen las "verdaderas causas de la crisis".

Y para Marruecos eso tiene que ver con la presencia en suelo español del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, tratado de Covid en un hospital de Logroño tras haber llegado a España con la cobertura del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que para indignación de Rabat le proporcionó un nombre falso.

Ante esta situación, y si como parece lógico Ghali se irá, más pronto o más tarde, de España, cuando llegue ese escenario la diplomacia marroquí siempre se lo podrá apuntar como un tanto a su favor, aduciendo que ha sido su presión la que habrá provocado, eventualmente, el retorno del líder saharaui tras su tratamiento médico en la capital de La Rioja.

¿Retirará España a su embajador?

A no ser que la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, decidiera responder con la misma moneda a su homólogo marroquí y llamase a consultas al embajador español, Ricardo Díez-Hochleitner. Una medida que, admiten fuentes del ministerio, sería una "decisión política" de calado, y que como tal se tomaría en perfecta coordinación con La Moncloa. 

Marruecos, en definitiva, hace un gesto con importancia para el consumo interno, que puede verse como una posición de firmeza, justo cuando empezaba a aflojar su posición, y no solo por el cierre de la frontera. El miércoles por la noche los gobiernos de los dos países alcanzaban un acuerdo por el cuál el reino alauí aceptaba recibir a los inmigrantes que habían cruzado a Ceuta en grupos de hasta cuarenta personas cada dos horas. 

Un goteo de devoluciones que se mantuvo durante todo el jueves y que se está realizando por la propia frontera del Tarajal, en lugar de por el espigón fronterizo, incluso a un ritmo superior a las tandas de cuarenta personas pactadas, informa desde Ceuta Rafa Martí. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado llevan hasta ese lugar, para su retrorno, a todos los inmigrantes adultos que localizan en las calles.  

Perdido el frente más inmediato y visible de la batalla, el del flujo migratorio espoleado por la dictadura alauí, quedan otros en los que Mohamed VI seguirá, en la medida de sus posibilidades, planteando un chantaje al Gobierno español.

La relación entre Madrid y Rabat lleva tiempo en momentos muy difíciles, como prueba el aplazamiento sine die de la Reunión de Alto Nivel (RAN) que se suspendió tras haberse anunciado primero para finales de 2020 y luego para febrero.