No hay ni una sola encuesta que hable de una bajada en votos y escaños para la candidatura de Isabel Díaz Ayuso, que adelantó las elecciones autonómicas para el 4 de mayo como respuesta a la moción de censura que PSOE y Ciudadanos registraron contra el PP en Murcia. Con el viento de cola soplando a favor de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la estrategia diseñada en la Puerta del Sol para ratificar una gran mayoría en las urnas incluye rebajar el tono contra Vox hasta rozar la ignorancia: "No investirán a Gabilondo", vaticinan los conservadores.

Pablo Casado eligió a una desconocida Isabel Díaz Ayuso para la opinión pública en mayo de 2019 y ese 'dedazo' fue acompañado de muchas críticas hacia el presidente del Partido Popular. Dos años después y en medio todavía de una devastadora pandemia, la presidenta de la Comunidad de Madrid se ha servido de su política 'antisanchista' para distinguirse como una auténtica referente en el tablero del centroderecha español.

Su particular manera de hacer política con la mayor crisis sanitaria de la historia reciente "le ha salido muy bien", reconocen en su círculo más cercano. La defensa a ultranza de mantener la hostelería abierta en la región, en contra del resto de autonomías y de las recomendaciones del Gobierno central, le ha coronado como una auténtica heroína en muchos sectores que han logrado sobrevivir económicamente ante el zarpazo de la Covid. "Los restaurantes están decorados con fotos de ella. Hay un bar que sirve 'papas a lo Ayuso': un plato con muchos huevos, ¡como la presidenta!. Con estos gestos tenemos la campaña electoral hecha", se felicitan en su círculo.

El 'efecto Ayuso' se palpa en los trackings internos de todos los partidos: a un mes de las elecciones, la candidatura de la presidenta de la Comunidad roba votos no solo a Vox y Ciudadanos. "También araña hasta entre los seguidores de Más Madrid", reconocen fuentes conocedoras de estos pronósticos en el bloque de izquierdas que aseguran que en esta cita los madrileños "votarán más pensando en el bolsillo que en ideología".

Con este mantra como telón de fondo, el equipo de campaña de Ayuso no entrará en el 'cuerpo a cuerpo' con Vox y toda la campaña irá dirigida a confrontar el ideario político de la derecha y el de la izquierda. El "comunismo o libertad" hasta las últimas consecuencias. 

Caladero de votos

El 4-M se presenta como una final de la Champions League para todo el arco parlamentario. En el centro del tablero de juego están los 625.000 votos que en 2019 se llevó Ciudadanos y que hoy lucha por entrar en la Asamblea con la candidatura de Edmundo Bal. En el último sondeo de SocioMétrica para EL ESPAÑOL superaba por una décima la barrera del 5%.

En el blanco de la diana demoscópica del Partido Popular están también las 285.000 papeletas que se llevó Vox en las últimas elecciones madrileñas. Los sondeos hablan de que la candidatura de Rocío Monasterio no solo se mantendría en los 12 escaños, sino que podría subir en intención de voto del 8,86% que sacó hasta el 12,4%.

En el PP, sin embargo, creen que hay margen para darle un buen bocado. "Queda un mes... aún hay margen de maniobra", confían los conservadores. Los mejores pronósticos hablan de una mayoría absoluta, pero las predicciones más reales indican que Ayuso necesitará a Vox para gobernar. El dilema es si exigirá estar en el Gobierno o le brindará un apoyo externo. "Si llegamos a los 60 diputados no tendrán más remedio que dejarnos gobernar en solitario", apuntan desde el PP.

A por la absoluta

En la Puerta del Sol salen a por la mayoría absoluta y eso significa atraer a todo votante que se sitúe a derecha y a izquierda de Isabel Díaz Ayuso. La candidatura de la presidenta de la Comunidad obtuvo en 2019 treinta escaños y 714.000 votos, quedando por detrás de Ángel Gabilondo. "Entonces nadie la conocía. En dos años ha hecho un trabajo asombroso, los comerciantes están de su lado y ahora sale a por todas", defienden en su equipo.

El tono de la campaña de Ayuso será presidencialista y jugará en clave nacional, sobre todo después de que Pablo Iglesias abandonara el Consejo de Ministros para disputarle la Presidencia de Madrid. "La polarización entre él y ella nos beneficia, porque los demás partidos quedan en un segundo plano", se felicita el PP, que ensaya en Madrid el experimento de la reunificación del centroderecha.

El entorno de la presidenta-candidata ha interiorizado que "nada es imposible" y en el horizonte solo hay una meta: que del 4 de mayo Isabel Díaz Ayuso se convierta en la segunda presidenta del PP en tener mayoría absoluta, tras Alberto Núñez Feijóo. O, al menos, gobernar en solitario con los votos externos de Vox.

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