Francisco Javier García Gaztelu, Txapote.

Francisco Javier García Gaztelu, Txapote. EFE

España

Marlaska saca del módulo de aislamiento a 'Txapote', el asesino de Miguel Ángel Blanco y Gregorio Ordóñez

El terrorista fue quien apretó el gatillo y asesinó al edil del Partido Popular en Ermua en julio de 1997.

13 noviembre, 2020 19:52

Nuevas concesiones a presos de ETA por parte del Gobierno. Cinco etarras que se encontraban en el centro penitenciario de Huelva han abandonado el módulo de aislamiento, según ha informado la asociación de los familiares de presos de la banda, Etxerat.

Uno de ellos es Javier García Gaztelo, Txapote, hombre duro de la banda terrorista y conocido por su facilidad para apretar el gatillo en la larga lista de crímenes que ha dejado tras de sí (Miguel Ángel Blanco, del que fue autor material, Fernando Múgica o Gregorio Ordóñez, etc.), así como por la severidad con la que azuzaba a sus comandos cuando fue jefe militar de la banda. De hecho, Txapote fue quien disparó y asesinó al edil del Partido Popular en Ermua, Miguel Ángel Blanco, en julio de 1997.

Asesinatos

Entre otras condenas, a Txapote se le atribuyó, además del asesinato de Blanco, el del histórico dirigente del PSE-uskadi Fernando Múgica y del popular Gregorio Ordóñez. También participó en el crimen contra un policía municipal en San Sebastián, de dos guardias civiles en Sallent de Gallego (Huesca) y de tres concejales guipuzcoanos del PP.

La trayectoria de Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, se dibuja sobre la línea más dura de ETA. Contrario a las negociaciones con el Gobierno en 1998, el terrorista fue el líder de la banda que espoleó a los comandos en los momentos más duros. Las autoridades francesas en colaboración con la Guardia Civil lo detuvieron en 2001 en la localidad de Anglet.

Traslado de presos

Desde que llegó hace algo más de dos años al Palacio de la Moncloa, el gobierno de Pedro Sánchez ha acercado a 103 etarras que estaban distribuidos en prisiones de toda España a cárceles próximas al País Vasco o situadas en esa misma comunidad autónoma. Esa cifra supone ya más de la mitad de los 197 presos de la banda terrorista que cumplen condena a día de hoy en el sistema penitenciario nacional.

De todos los presos acercados bajo el mandato del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, 25 cuentan con delitos de sangre en su haber. En total acumulan 111 asesinatos. 18 se encuentra ya en prisiones del País Vasco o de Navarra. Siete ya han salido en libertad.

El goteo de traslados ordenados por Grande-Marlaska ha sido constante a lo largo de los últimos meses. Ese flujo continuo dentro de las prisiones ha acrecentado sobremanera la preocupación de las víctimas y las asociaciones que las respaldan. 

Entre todos ellos destacan los tenebrosos protagonistas de algunos de los más sanguinarios episodios de la banda. Julián Achurra Egurola, alias 'Pototo', trasladado en junio de este mismo año, fue condenado a 32 años de prisión por, entre otros delitos, ordenar y proporcionar el dinero y el material necesario para el secuestro de José Antonio Ortega Lara.

Otro de los más polémicos fue el de Francisco José Ramada Estévez alias 'Bera', uno de los secuestradores de José María Aldaya y del empresario Cosme Delclaux. Entre los traslados figura también José María Arregi Erostarbe, alias Fiti, miembro de la dirección de la banda que cayó en Bidart en 1992. 

Asociación de presos

En un comunicado, la asociación Etxerat ha valorado positivamente la decisión que se suma al hecho de que "recientemente hayan abandonado los módulos de aislamiento los presos de las cárceles de Estremera, Córdoba, Sevilla y Huelva".

Según ha advertido, el único preso de ETA que queda en aislamiento en la actualidad es Jurdan Martitegi, en la prisión de Soto del Real, y ha reclamado que también él "sea sacado de aislamiento".

"Saludamos la decisión de sacar a los presos y presas vascas de aislamiento porque las condiciones de vida fuera de esos módulos son mejores, pero insistimos en que los movimientos que está realizando Instituciones Penitenciarias son insuficientes", ha considerado, para añadir que los presos deben estar "al menos en segundo grado y muchos de ellos en libertad".