Detención en mayo de un individuo por su implicación en una red de retorno de yihadistas.

Detención en mayo de un individuo por su implicación en una red de retorno de yihadistas.

España TERRORISMO

España, atrapada en la 'pinza' yihadista: miles de combatientes quieren volver a Europa y Magreb

Representan una amenaza para la seguridad sin precedentes; nuestro país, por su posición geográfica, está llamado a desempeñar un papel clave.

15 julio, 2019 01:42

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Es 22 de diciembre de 2018 en la localidad barcelonesa de Mataró. La Policía Nacional explota un operativo que le lleva a extremar todas las precauciones. El objetivo tiene adiestramiento militar y representa una grave amenaza. De 33 años y nacionalidad marroquí, lleva meses ocultándose entre casas ocupadas, tomando medidas de contravigilancia que dificultan su seguimiento.

Lo ha aprendido en Siria, enrolado en las filas de Estado Islámico. Durante cinco años ha adquirido destrezas en el uso de armas. Ocupa puestos de responsabilidad en las estructuras yihadistas y, según los informes de los que dispone el Ministerio de Interior español, participaba en el proyecto de una base de misiles de largo alcance en el país gobernado por Bachar al Asad.

La Policía, con la ayuda de los servicios de Inteligencia, ha localizado una vivienda en la que se oculta el muyahidin. El operativo es un éxito. Capturan al yihadista y lo ponen a disposición judicial.

Pero la conclusión es clara: la amenaza de los retornados es real. Alrededor de un centenar de terroristas españoles o con vínculos con nuestro país se marcharon a Siria e Irak para combatir. Las cifras son aún más preocupantes cuando nos fijamos en nuestro entorno: en Europa, miles de personas siguieron el mismo camino; lo mismo que en nuestro flanco sur, desde los países del Magreb.

Familias completas

Se trata de terroristas -en ocasiones familias completas- que se hacinan en campos de detención al norte de Siria. Tras las continuas derrotas militares y sin un territorio físico por el que moverse, amenazan con retornar a sus países de origen. De cumplirse su objetivo, España se vería envuelta por una pinza que preocupa a las fuerzas de seguridad.

¿Cuántos son? Hay cifras dispares, si bien todas ellas constituyen un "riesgo grave", señalan fuentes de seguridad consultadas por EL ESPAÑOL. Carlos Echevarría Jesús, profesor de Relaciones Internacionales de la UNED, arroja una serie de aproximaciones.

El flanco europeo

"En su momento de mayor esplendor, el embrión califal llegó a acoger a unos 30.000 combatientes, 5.000 de los cuales procedían de Estados miembros de la Unión Europea", advirtió en la presentación del informe La amenaza de los retornados del Estado Islámico: una preocupación para España y para la Unión Europea, impulsado por el Instituto de Seguridad y Cultura.

Es precisamente este flanco donde las fuerzas de lucha antiterrorista centran la mayor parte de sus esfuerzos. La ausencia de fronteras físicas ayuda a los yihadistas a moverse con facilidad. Los servicios de Inteligencia europeos han estrechado sus lazos en los últimos años para combatir este fenómeno.

El Magreb

Pero la posición geográfica de nuestro país obliga a mirar también al Magreb. Se trata de la franja compuesta por Argelia, Marruecos y Túnez; también por Libia y Mauritania en su acepción más extensa. Según el informe del Instituto Seguridad y Cultura, cerca de 7.000 combatientes partieron desde esta región rumbo a las zonas de conflicto. España también ha potenciado la colaboración policial con estos países.

A estas cifras hay que sumar el reciente llamamiento de Abu Bakr al-Baghdadi, número uno del Estado Islámico, en el que pedía a sus fieles a seguir con su concepto de yihad en cualquier parte del mundo. Han perdido sus territorios físicos en Siria e Irak, pero se han extendido por África subsahariana y el sudeste asiático, entre otros. Y amenazan con más atentados en países occidentales para reivindicar su posición de fuerza.

La lucha contra ETA en el último medio siglo ha dotado a las fuerzas españolas de mecanismos que en los últimos años han adoptado otros países con los que se colabora en materia antiterrorista. El profesor Echeverría, no obstante, advierte de que el retorno de miles de combatientes supone un "desafío a la seguridad sin precedentes".