Estado en el que quedó el piso de Leganés en el que se produjo la deflagración.

Estado en el que quedó el piso de Leganés en el que se produjo la deflagración. Efe Madrid

España

Detenido en Francia un hombre cuya huella dactilar fue hallada en el piso de Leganés del 11-M

La Audiencia Nacional emitió una orden de captura sobre Mustafa B, de 43 años; la Policía investiga si tenía algún vínculo con la célula de los atentados.

22 enero, 2019 21:31
Gonzalo Araluce Daniel Montero Carmen Lucas-Torres

La Comisaría General de Información de la Policía Nacional investiga, junto a las fuerzas de seguridad francesa, a un individuo de 43 años, Mustafa B, cuyas huellas dactilares fueron halladas en un libro del piso de Leganés (Madrid) que explotó tras el 11-M. En la deflagración murieron ocho de los investigados por su implicación en los atentados, así como un GEO de la Policía.

Según fuentes próximas a la investigación consultadas por EL ESPAÑOL, los agentes tratan de concluir si existe alguna vinculación entre Mustafa B y los atentados del 11-M. El individuo fue detenido en la mañana de este martes en el municipio francés de Saint-Priest (Lyon) después de que la Audiencia Nacional emitiese una orden internacional de arresto. El operativo fue coordinado por la Subdirección Antiterrorista francesa [SDAT, por las siglas de Sous-direction anti-terroriste].

Según han informado la agencia EFE y el diario francés Le Point, el ADN del detenido coincidiría con una muestra registrada por Europol. La detención, no obstante, se habría sustentado en la huella dactilar localizada en un libro del piso de Leganés.

Marroquí de 43 años

Las mismas fuentes señalan que Mustafa B no presentaría indicios de radicalización. Nacido en Marruecos hace 43 años, residió en España a principios de la década de los 2000. Su detención se practicó por orden de las autoridades españoles, si bien los agentes galos se encargaron del seguimiento y de la captura del sospechoso.

Los investigadores tratan de determinar sus posibles vínculos con la célula que perpetró los ataques de Atocha, en los que fueron asesinadas 193 personas al estallar cuatro trenes de Cercanías de Madrid. Además resultaron heridas más de 2.000 personas.

"Alá es grande"

La explosión del piso de Leganés se produjo el 3 de abril, tres semanas después de los atentados del 11-M. De acuerdo a la investigación judicial, la célula terrorista se suicidó al grito de "Alá es grande" cuando los GEO de la Policía se disponían a entrar en la vivienda. Uno de los agentes, Francisco Javier Torrontera, murió en la deflagración.

Los hechos tuvieron lugar en el primer piso del número 40 de la calle Carmen Martín Gaite. La Policía siguió a tres de los sospechosos hasta la vivienda. En ese momento se produjo un fuerte tiroteo entre ambas partes: los agentes estaban apostados en la calle y los terroristas permanecían en el interior del piso. El intercambio de balas se produjo entre las seis y las ocho de la tarde.

Poco después de las nueve de la noche, cuando los GEO se disponían a entrar en el piso -los terroristas habían anunciado su rendición-, se produjo la deflagración. Es en esta vivienda donde se localizó la huella dactilar del detenido Mustafa B.

Los jefes, muertos

En la explosión fallecieron miembros de la célula que fueron identificados como los supuestos jefes del grupo en la investigación judicial. Uno de ellos era Jamal Ahmida, más conocido como el Chino. Abdelmalid Bouchar, huyó cuando, al bajar la basura, se percató del operativo policial. Fue detenido en 2005 en Serbia. 

En las pesquisas posteriores se localizaron varios elementos que fueron clave en la investigación. Varios de los terroristas se habían atado cinturones cargados con artefactos explosivos que no llegaron a explotar. Además se intervinieron 20 detonadores y 10 kilos de dinamita.

Las condenas más amplias fueron para, Jamal Zougan, condenado a 42.922 años como autor material, era dueño del locutorio donde salieron los teléfonos que explotaron en los trenes; Otman El Gnaoui obtuvo la misma condena por traer los explosivos desde Asturas a Morata de Tajuña, donde se montaron las bombas, y Suárez Trashorras fue condenado a 34.715 años de prisión por la sustracción y suministro de los explosivos.