Compañera del alma, dicen que te has ido. Pero no es posible. Todas tus facetas de la vida han impregnado de tal forma a quienes hemos tenido la suerte de conocerte, que siempre estarás en cada una y en cada uno de nosotros.

Tu alegría de vivir, tu energía, tu fuerza, tus convicciones, tu firme compromiso con los valores socialistas, con la igualdad, con la justicia social, nunca se van a perder.

Trabajadora incansable, siempre abnegada hacia los demás. Trabajando siempre para conseguir una sociedad mas justa y solidaria, una sociedad mejor. Tú me enseñaste que la política es el instrumento para ello. Y a ello te has dedicado en cuerpo y alma.

Tengo grabado en mi mente como embarazada de Miquel, fuiste ejemplo de tu sentido de Estado y de tu enorme responsabilidad siempre, atendiendo como la que más todas las obligaciones que entraña la difícil labor de ser la primera mujer Ministra de Defensa. Muy rigurosa y muy exigente contigo misma en el trabajo. Sabías de tu débil corazón pero nos dabas ejemplo. Siempre las mujeres demostrando más, para poder ser igualmente valoradas.

Confiaste en mí. Me vienen a la mente las palabras que me dijiste cuando el Presidente Zapatero te nombró Ministra de Vivienda y empecé a trabajar contigo. Me dijiste “necesito doctrina económica”, con la idea de querer complementar tu visión jurídica de los temas de tu reciente competencia, con la humilde perspectiva que yo te podía aportar. Demostrabas la inteligencia de la humildad.

En todas y cada una de tus responsabilidades, por encima de tus intereses personales estaba siempre tu deber hacia España y a hacia los ciudadanos.

Qué seria algunas veces con el trabajo, cuando tenías que serlo. Y a la vez cercana y divertida cuando la ocasión lo permitía.

Gracias por tanto. Has sido maestra y ejemplo para muchas mujeres. Tu generosidad y humanidad te hacían entrañable. Te hacías querer mucho.

Cuanta sabiduría y cuanto sentido común, cuanto seny. Hablar contigo era un verdadero aprendizaje. Siempre acertada en tus análisis.

Valiente pero no imprudente. Cuando decidiste emprender la aventura de las primarias del PSOE, nos ilusionaste a todos. Contagiaste tu fuerza y tu firme compromiso. Tuve la suerte de acompañarte y seguir aprendiendo. Tu postura era siempre respetuosa con todos los compañeros. Me decías "Mónica, nosotros por nuestro camino".

Ese compromiso fraternal socialista te hacía sufrir mucho últimamente.

La tristeza por tu prematura pérdida se acrecienta cuando pienso en Miquel. Tu prioridad por encima de todo. Madre coraje, que encontrabas la manera de pasar aunque fuese unas horas con tu hijo, aún con todas tus responsabilidades. Sacrificándote siempre y dejándote la piel. Aunque tú no querías nunca darle importancia.

Es difícil despedirme, sabiendo que ya no puedo darte un abrazo enorme y todo el cariño que necesito expresar en estos momentos. Por eso lo vuelco hacia la eternidad. Hasta siempre amiga.

**Mónica Melle Hernández fue Directora General de Infraestructuras en el Ministerio de Defensa con Carme Chacón