Douglas Peacock autor de 'Proscrito y Salvaje' (Errata Naturae, 2025).

Douglas Peacock autor de 'Proscrito y Salvaje' (Errata Naturae, 2025). Errata Naturae

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El soldado que se convirtió en ecologista: "Las medidas de EEUU son una carrera frenética para acabar con la naturaleza"

El veterano de Vietnam, Douglas Peacock, defendió a los osos grizzlies y ahora nos advierte del peligro del negacionismo climático. 

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A principios de los 70, Douglas Peacock (Michigan, 1942) era uno de los cientos de los jóvenes recién llegados de Vietnam que deambulaban por Estados Unidos. El cine y la ficción nos han acostumbrado a imágenes muy extremas de estos hombres, desde el hipercauchutado Rambo a directamente el Punisher de la Marvel. Pero él no se convirtió en ninguna clase de violento justiciero, sino en uno de los activistas medioambientales más conocidos de su país, defensor de la conservación del oso grizzly.

Su experiencia en el Parque Nacional de Yellowstone, el más grande de EEUU, en el que cohabitó con los plantígrados y otras especies y aprendió a vivir en paz consigo mismo y la naturaleza la recogió en su libro Mis años grizzly, publicado originalmente en 1990, que no llegaría a España hasta 2015. En 2021 dirigió un premiado documental sobre cómo el cambio climático está afectando a los osos, y ha sido un activista fundamental de organizaciones como Earth First.

"Volvemos una y otra vez al mismo tema del que tantos pensadores han hablado, y mejor que yo: la insaciable codicia humana que, en este punto de la historia, podría destruir el propio planeta", explica.

Ahora publica en nuestro país su último libro de memorias, Proscrito y salvaje (Errata naturae, 2025), una recopilación de vivencias a medio camino entre Yellowstone, México o Canadá en la que comparte su experiencia junto a los osos, anécdotas junto a su amigo Edward Abbey, escritor y ambientalista de referencia en EEUU fallecido en 1989, y sus opiniones políticas sobre como las especies que tanto trabajaron por proteger vuelven a encontrarse en peligro.

Lo salvaje

"Proscrito y salvaje es una paráfrasis de mi amigo Edward Abbey: 'Si lo salvaje se declara ilegal, solo los fuera de la ley podrán salvar lo salvaje'. El hilo conductor es el poder de la naturaleza y los animales para sanarnos y abrir nuestras mentes, y cómo adentrarse en lo salvaje con respeto, reverencia y humildad. En otras palabras: LA PRÁCTICA CORRECTA DE LO SALVAJE [las mayúsculas son suyas, así que las respetamos]".

La figura del fallecido Abbey, capital para Peacock en el movimiento ambientalista de EEUU, es la de un "man with guts" (un hombre con agallas). "Es una broma", aclara. "Pero, más allá de la diversión, las escenas de persecución y toda la acción [ambos escritores formaban parte de Earth Firts cuando las autoridades de EEUU consideraron a esta organización culpable de acciones de terrorismo y estuvieron a punto de ir a la cárcel por ello], este es un libro cuyo mensaje más amplio nos golpea en la cara en estos tiempos convulsos", asegura. 

Douglas Peacock presenta su última obra 'Proscrito y salvaje' (Errata Naturae, 2025).

Douglas Peacock presenta su última obra 'Proscrito y salvaje' (Errata Naturae, 2025). Errata Naturae

"Ojalá sirva para ampliar la labor de informar a las nuevas generaciones sobre cómo podríamos actuar y vivir en un mundo en llamas, que ahora, junto al calor del cambio climático, también arde al borde de la guerra", añade. 

Abbey "señaló sin ambages la locura de creer que podríamos tener un progreso comercial infinito en un planeta de recursos finitos, una presunción que aún nos impulsa, igual que hace 50 años. Quizás ahí radique también su valor duradero para todos nosotros".

En el libro se alternan escenas en las que el autor desmiente la naturaleza agresiva de los grizzlies. Lo explica con el ejemplo de cuando estando de excursión con su hija pudo observar a una osa y su cachorro a poca distancia permaneciendo quietos y mirando hacia otro lugar para demostrar a la madre que no la estaban desafiando. 

Lo demuestra, además, con su lucha contra la caza furtiva o el activismo ambiental también en México. Porque aunque Peacock ha sido cazador y pescador, no lamenta tanto el hecho en sí como su práctica indiscriminada y la colección de trofeos, que detesta.

Inacción y contraacción

También es muy crítico con las actuales políticas de la administración Trump, el reciente juicio que ha condenado a Greenpeace en EEUU a pagar una indemnización de 660 millones de dólares a la petrolera Energy Transfer y su filial Dakota Access. 

"Quieren silenciarnos a todos. Y al final no es una cuestión de dinero, sino de libertad de expresión", explica a ENCLAVE ODS. "Greenpeace jamás podrá tener un juicio justo en Dakota. Así es. Esa justicia no existe. Y precisamente porque las propias instituciones están penetradas por intereses mercenarios y la injusticia que conllevan, en tantas ocasiones, la única opción que dejan es la acción directa y el sabotaje".

Peacock no es precisamente un optimista: "el calentamiento global podría acabar con la naturaleza tal como la conocemos y provocar un cambio climático letal en un tiempo récord. Y, por supuesto, las medidas que propone nuestro gobierno actual son una carrera frenética por lograrlo. Esto debería preocupar mucho más a los estadounidenses, pero por desgracia, las consecuencias serán globales".

Una de las fotografía de Douglas Peacock realizada durante su tiempo en Yellowstone.

Una de las fotografía de Douglas Peacock realizada durante su tiempo en Yellowstone. Errata Naturae

En su opinión, "el cambio climático es la bestia de nuestro tiempo, y una parte significativa de la élite no tiene interés en difundir un conocimiento realmente adecuado sobre el tema. En todo el mundo, el calentamiento global está alcanzando varios puntos de no retorno, augurando consecuencias letales. Sin embargo, nos han enseñado a fingir que no somos parte de los ciclos de la naturaleza, por lo que en gran parte ignoramos el cambio climático". 

Y añade: "Las especies, todas, incluido el homo sapiens, evolucionan dentro de un hábitat y no pueden sobrevivir sin las condiciones en las que surgieron y se desarrollaron. La temperatura global más alta que hemos experimentado los humanos en la Tierra fue un poco más de tres grados por encima del nivel base, y eso fue hace unos 120.000 años".

Actualmente, continúa, estamos unos dos grados por encima: "Los expertos dicen que llegaremos a los tres grados a finales de siglo, si no antes. Después de eso, es como la ruleta rusa; nadie sabe qué puede pasar, nunca hemos estado ahí".

Confiesa que sus opiniones más polémicas, alrededor de las acciones de sabotaje desde el movimiento ambientalista, no se han moderado con los años: "Ahora mismo los jóvenes, que son quienes más vida tienen por delante, son también quienes más tienen que perder. Y deberían estar enfadados. Y demostrar su ira".

Y es que el sueño de Edward Abbey, explica, era que surgieran "pequeños grupos o células de activistas por todo el país, que a su vez inspiraran a una parte mayor de la sociedad. Sin duda, estos son los tiempos más peligrosos para el planeta, y nuestras oportunidades para contrarrestar esa oscuridad exigirán lucha; es hora de resistir".

Una de nuestras preguntas se refiere al epílogo del libro, una suerte de carta de despedida de un Douglas Peacock que ya supera los 80 años de vida, en la que afirma que pertenece a "la última generación que morirá de vieja en el planeta Tierra". Cuando le cuestionamos a qué se refiere, no duda demasiado: "Es una posible exageración. Pero el cambio climático podría acabar con todos los demás".