La divulgadora cultural y analistas fílmica Sandra Miret.

La divulgadora cultural y analistas fílmica Sandra Miret. Juan Naharro Gimenez Bruguera

Referentes

La divulgadora Sandra Miret, sobre la "erotización" de la violencia sexual en el cine: "Se busca el morbo y es peligroso"

La analista fílmica feminista reflexiona sobre la "mirada masculina" y el machismo en el séptimo arte, además de la hipersexualización de la violencia.

Más información: Digital, femenino, global y en plataformas: así ha cambiado el cine en 25 años

Publicada

Sandra Miret (Barcelona, 1996) reconoce haberse "ganado la fama de ser la canceladora de hombres". Algo que tiene mucho que ver con que, en 2017, se abriese una cuenta de Instagram —por aquel entonces anónima— en la que destripaba las entrañas del cine y señalase, sin pudor ni tapujos, el machismo y la misoginia con la que nos bombardeaba el séptimo arte.

Algo de lo que, confiesa a ENCLAVE ODS, se dio cuenta cuando empezó su carrera como actriz. "Sobre todo con los personajes de mierda que me daban", admite. Y añade: "También en la carrera, cuando veíamos películas o nos daban escenas para ensayar, las de los chicos eran mucho más jugosas y los personajes eran mucho más chulos".

Así, a base de preguntarse dónde estaban las mujeres, acabó escribiendo un trabajo fin de máster (TFM) que, ahora, se ha convertido en un libro que explora el porqué de los personajes femeninos con los que crecimos. En Damas, villanas y lolitas (Bruguera, 2025), Miret lanza una mirada feminista al cine que nos ha moldeado desde la más tierna infancia.

Porque, insiste, "no es que seamos quienes somos solo por el cine, pero tiene su parte en cómo somos como sociedad, como personas, en cuáles son nuestras ideas e ideales". Y pone como ejemplo ese amor romántico tan contestado en los últimos años.

Este ideal, recuerda, "se ha ido pasando de generación en generación a través de la ficción". Primero los mitos y las leyendas, las fábulas, los cuentos, las novelas o el teatro hasta llegar al cine.

"Si queremos un tipo de amor concreto, muy romántico, muy bonito, es porque lo estamos mamando desde algún lugar, porque lo hemos visto en la ficción". Pero, confiesa, luego, en la vida real, no es una experiencia tan agradable.

Culpable de 'male gaze'

Realmente, el motivo para que se produzca esta contradicción tiene mucho que ver con los "ojos" con los que se crea. De eso, precisamente, reflexiona en su libro.

Durante su conversación con ENCLAVE ODS, Miret pone un ejemplo muy visual de lo que es ese male gaze o mirada masculina de la que habla: "Si tú vas a una página porno y buscas videos de lesbianas, ese acto sexual entre dos mujeres no es real".

Y es que, matiza, "está hecho por hombres —no sé si hetero, pero la mayoría lo son—, que desde su fantasía de cómo creen que dos mujeres se relacionan sexualmente, lo hacen". Aunque, puntualiza, "la gran mayoría de mujeres bisexuales y lesbianas, cuando vemos eso decimos 'no es así'".

Esto mismo, asegura, ocurre en la ficción: "Si los hombres están creando, escribiendo, produciendo, financiando e iluminando, incluso, las películas, llega un momento que se crea un imaginario colectivo que nos lo creemos incluso nosotras".

@sandramiret_ Dime 3 pelis que no pasen em principio de la pitufina #fyp #parati #foryoupage #paratii #starwars #percyjackson #harrypotter #marvel ♬ Future - Official Sound Studio

Esa mirada masculina cinematográfica se rompe, a veces, cuando "llegan las mujeres y empiezan a hacer sus propias historias". En ese momento, el espectador —o espectadora— se siente incómodo. Y es que, insiste Miret, "muchas veces las películas con male gaze no nos incomodan, porque es un lenguaje que tenemos muy mamado".

En definitiva, dice, "estamos acostumbradas a ver una chica un poco de florero" y solo molesta a quien tiene mirada feminista. "Es fácil de ver, de consumir", insiste.

En cambio, cintas como Lady Bird, por ejemplo, le parecen más incómodas porque "tocan heridas". Y lo explica: "Se nota que está escrita por una mujer que sabe lo que significa serlo y que ha vivido siéndolo, y se quiere comunicar a hombres y mujeres, pero quiere que el mensaje llegue a ellas también".

Pregunta: ¿Ellos no buscan llegar a nosotras?

Respuesta: Los hombres normalmente no han ni escrito, ni producido, ni dirigido, ni interpretado películas pensando en cómo le va a afectar esto al público femenino. Tampoco creo que lo hagan de manera consciente…

P.: Es algo más inconsciente.

R.: Claro, y además, joder, que los grandes críticos de cine anteriores eran la mayoría hombres. Entonces, ¿quién va a juzgar el cine? Los hombres. ¿Quién va a ir a ver las películas? Los hombres. ¿Quién va a pagar por las películas? Los hombres. ¿Quiénes van escribir las películas? Los hombres. Que no siempre ha sido así; en los orígenes del cine había mucha presencia femenina.

Miret asegura que es importante entender esa mirada masculina inconsciente, que radica en "asumir que ellos tienen la visión del mundo y da igual lo que nosotras pensemos porque nos la hemos creído". Esto último, dice, es para ella "lo más fuerte de todo". 

@sandramiret_ Ep. 3 de nuestro podcast “Crímenes y Castigadas” en @podimo_es // @sararuizo ♬ sonido original - sandramiret_

P.: ¿Me pone un ejemplo de una película con esa mirada masculina?

R.: Emilia Pérez, por decirte una reciente, que tampoco quiero meter más mierda al asunto. No diría que es una mala película, pero yo no conecté. Además, la vi antes de la polémica, en un pase de prensa, y había compañeros a los que les encantó y eso es maravilloso. Es lo bueno del arte y del cine.

Sin embargo, confiesa que salió de la sala lamentando no haber empatizado. Además, admite: "Noto mucho que la ha escrito un hombre, no me gusta cómo está tratado el tema trans y mira que lo fui a ver con uno de mis mejores amigos que es un chico trans y a él le encantó". Pero, indica, "se nota que un hombre dijo 'quiero escribirlo, me apetece hacer esto y lo vamos a hacer como yo quiero'".

P.: ¿Y una película con la que de primeras no notase ese male gaze y ahora sí?

R.: Interestellar, por ejemplo. En su momento sí que fue muy guay, con Anne Hathaway y Jessica Chastain. Y sí, son buenos personajes. Pero una vez más, Christopher Nolan tiene un gran problema al escribir personajes femeninos. Así que en su momento estaba bien, pero diez años después vemos que no.

P.: ¿Pasará lo mismo en una década con el cine de ahora?

R.: Claro, esto también nos va a pasar dentro de diez años. Y a mí es lo que me gusta. Tampoco creo que estemos haciendo el mejor cine del mundo ahora. Y quiero creer que, en una o dos décadas, miraremos atrás y diremos 'hostia, y creíamos que eso estaba bien'. Significará que hemos evolucionado.

P.: ¿Tiene sentido mirar una película de hace diez años con la mirada de hoy o hay que verla en su contexto histórico?

R.: Una cosa no quita la otra. Puedes mirarla con ambas miradas. Eso es lo interesante. Todo se tiene que mirar; si no miramos, qué hacemos. Pierde la gracia censurar y prohibir ver cosas si lo mejor es poder verlo todo y tener una mirada crítica de ello. Es importante tener en cuenta el contexto histórico, quién la hizo, cuándo se hizo, tanto con las de antes como las de ahora.

@sandramiret_ Esto no va solo de Tarantino. #umathurman #tarantino #hollywood #sabiasque ♬ sonido original - sandramiret_

P.: ¿Hay un pero?

R.: También hay que mirar el cine con los ojos de ahora para decir qué es lo que tenemos que mejorar, qué es lo que estaba mal, qué es lo que estuvimos mamando con ese cine. Todo el cine que hay ahora viene del pasado y para entender qué estamos haciendo ahora y por qué queremos cambios, tenemos que ver de dónde venimos.

Miret defiende "el revisionado histórico en el cine", pues, asegura, "tenemos que ver de dónde venimos". Es algo, dice, que no podemos olvidar para que no pase como con 365 días, "que vuelve a repetir una misoginia horrible, porque nos estamos olvidando de lo que ya no queremos ver en el cine".

P.: ¿Está surgiendo una mirada opuesta al male gaze? ¿Podemos hablar de una female gaze?

R.: Es muy delicado, porque en la literatura se ha cursileado mucho la mirada femenina y se cree que significa hablar de mujeres o de temas íntimos o de sentimientos, o de feminismo… Y no creo que mirada masculina o femenina sea hablar de temas concretos, sino de cómo vemos el mundo. Puede haber hombres que tengan 'female gaze' por llamarlo de alguna manera, y que hay algunas mujeres que indiscutiblemente tienen male gaze.

De lo que habla, explica Miret, es "de ese hueco, ese agujero que no se ha llenado nunca de historias, de personajes, de temas que ahora estamos llenando con esta nueva mirada" que "se sale de la male gaze, que sí que está construida desde un sistema patriarcal capitalista, muy bélico". Porque, reconoce, "cuando sales de esa mirada construida desde unos ideales muy catastrofistas, surge esta nueva que viene más del colectivo [LGTBIQ+], del feminismo, incluso de la lucha climática".

El morbo de la violencia

P.: Habla en el libro de hipersexualización de los personajes femeninos, y eso me lleva a pensar en que el cine, en muchas ocasiones, ha llegado incluso a erotizar la violencia sexual.

R.: 100%. Al final es el morbo. Hay un montón de violaciones que están supererotizadas. Cuando ocurrió lo de La Manada, fue uno de los videos más buscados en páginas porno. La violencia sexual es morbosa para mucha gente. Hay mucha gente, incluidos directores, que la sexualiza y que le da un toque muy morboso, muy peligroso.

P.: Se suele señalar al porno como culpable de esto, pero el cine en general ha venido usando la violencia contra las mujeres de manera gratuita, innecesaria…

R.: En la ficción se nos da a entender que que te violen es lo peor que te puede pasar. Que sí, que te violen es algo traumático y horrible, que nos pasa a muchísimas mujeres y que es horrible, pero parece que sea el único recurso en la ficción para que una mujer tenga alguna motivación.

A Miret le desespera esa visión simplista de la psique femenina: "¿Quieres de repente volverte una ninja? Te violó tu abuelo. ¿Eres una mujer muy amargada? Porque te violó tu padre. ¿Tienes problemas sexuales? Porque te violó tu primo. Es como si cualquier trauma de una mujer derivase de una violación".

También critica que la violencia sexual sea una excusa para que "a una mujer le pase algo traumático para que venga el hombre, la salve y se vuelva un héroe". Aunque Miret asegura que "es complejo". Y lo explica: "Por una parte, se muestra lo fácil y accesible que es violar a una mujer, que sí porque pasa muchísimo. Pero el por qué pasa es lo que me molesta".

Además, puntualiza, la violencia sexual explícita en el cine suele perpetrarla desconocidos, pero la mayoría de los abusos se producen en el seno de la familia o por conocidos. "Pero ahí nos metemos en la parte conservadora de que la familia es lo más sagrado y no se suele profundizar". Lo problemático, zanja, es "la forma de mostrarlo y por qué se muestra una violación, no el mostrarlo en sí".

P.: Muchas veces pesa más el morbo que otra cosa y habitualmente mostrando menos se cuenta más.

R.: Y si lo vas a mostrar, muéstralo bien y con cuidado y con conciencia de qué estás diciendo y cómo afecta esto a posibles víctimas. Que eso a la 'male gaze' se la suda.

P.: ¿Está cambiando esta manera de mostrar o de utilizar la violencia contra las mujeres en el cine?

R.: Sí y un ejemplo bastante guay es una escena de La casa del Dragón. Cuando el rey se 'acuesta' con Alicent, que es una niña, sin decirlo tú sabes que es una violación. Pero está grabado y está tratado desde una delicadeza estética: cómo captan la mirada de ella, su cuerpo, la cama… no hay morbo. Ni la están hipersexualizando a ella ni están sexualizando la escena.

#MeToo a la española

P.: Sin duda el MeToo cambió la industria del cine en Hollywood.

R.: Uy, cuando salga la lista aquí…

P.: Justo, en España, qué.

R.: Es verdad que en cuanto a, por ejemplo, la presencia de directoras o el porcentaje de nominaciones de mujeres en los Goya, sí que se nota. Las mujeres en el cine estamos. Cada vez hay más y se nos ve. Hay más mujeres, son más diversas, tienen más historias, hay muchas más series también por el tema del streaming —las plataformas tienen sus cosas muy malas, pero también tiene sus cosas buenas—. Que se haga mucho más contenido y se apueste por contenido escrito, dirigido, producido, interpretado por mujeres es guay.

P.: ¿Viene otro pero?

R.: Nos queda muchísimo por hacer, no solamente el MeToo.

P.: Pero sobre todo por ese MeToo que no ha habido.

R.: No soy creyente, pero te juro que rezo cada noche para despertarme al día siguiente y que esa lista del demonio salga. Porque no puedo más, te lo prometo, con seguir viendo la cara de según qué persona en pantalla y decir 'tú no deberías estar ahí'.

P.: ¿Cómo quién?

R.: No soy quién para decirlo, porque me machacan, me denuncian y chapan el chiringuito. Pero hay cosas propias también, de vivencias como actriz con algunos directores, que tengo unas ganas de que salgan sus nombres. Pero yo sola no puedo hacerlo. Y por mucho que pida apoyo a compañeras que sí que quieren estar ahí, necesitamos el apoyo de los periodistas. Si los periodistas no hacen el favor de sacar las listas y meterse de lleno en ese MeToo, nosotras no lo vamos a hacer.

Miret pone el ejemplo de Eduard Cortés y las más de 50 mujeres que, en redes, han denunciado abuso sexual y de poder por parte del cineasta. "Lo hemos intentado, pero si no nos seguís con la bola, es que nosotras solas no podemos hacerlo desde las redes sociales, porque no son el lugar para hacer esto", insiste.

Por eso, indice, "se necesita que pase un MeToo para que el cine español cambie. Porque si no lo hay, no habrá un verdadero golpe feminista. Y si no empezamos a chapar el chiringuito de muchísimos hombres, da igual lo mucho que declamemos la presencia de las mujeres, porque ellos siguen estando ahí y todo cae en un pozo".

Porque, zanja, "quienes siguen dirigiendo al cine español son tíos, y algunos no deberían estar ahí. Estoy muy enfadada con lo que está pasando en España. Porque digo, joder, estamos en un momento tan chulo. Podría haber cambios. Podríamos hacer cosas tan guais. Y podría reventar algo tan grande… y no ocurre".