El islamólogo argelino Said Djabelkhir.

El islamólogo argelino Said Djabelkhir. Cedida

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El islamólogo argelino Said Djabelkhir: "No todos los musulmanes son necesariamente terroristas"

El investigador recuerda que "no hay que confundir islam con islamismo, la ideología que explota la religión".

13 octubre, 2023 01:39
Sonia Moreno Leila Zaimi

Said Djabelkhir (Boufarik, Argelia, 1964) es islamólogo e investigador experto en sufismo, la dimensión interna y el aspecto espiritual del islam. Ha publicado dos libros: Sufismo y creación (2007) y Las hermandades sufis en Argelia (2013). Un año más tarde fundó el Círculo de Luces para el Libre Pensamiento, que organiza conferencias y debates sobre religión y otros temas de actualidad.

Formó parte de los Hermanos Musulmanes, aunque después se ha dedicado a luchar contra las ideas oscurantistas del wahabismo procedente de Arabia Saudí. Fue condenado por sus creencias en un juicio inédito en Argelia. Actualmente, es una persona activa en las redes sociales, sobre todo es muy seguido en Facebook y YouTube.

El islamismo es cada vez más visible en Europa. ¿Qué le parece que se exija la aplicación de los principios del islam en el deporte, en la escuela o en la Administración pública?

Antes de nada, es importante saber que el ascenso del islamismo en Europa no es espontáneo, sino que es el resultado de la laxitud política durante al menos tres décadas. De hecho, las políticas han permitido la entrada en Europa de discursos religiosos extremistas mediante la creación de instituciones culturales fundadas y financiadas por los países del Golfo. Estas armas ideológicas están situadas en el corazón de los suburbios calificados de sensibles, y donde existe una presencia muy fuerte de jóvenes de origen migrante.

El nivel de educación de estos jóvenes es generalmente limitado por razones muy diversas. Añadimos a esto que la mayoría está atravesando una crisis de identidad. Es decir, que no son aceptados ni por la sociedad donde nacieron ni por la sociedad de origen de sus padres.

Por lo tanto, es completamente normal que estos jóvenes encuentren refugio en la religión. Sin embargo, resulta que el único discurso que se les ofrece en sus ciudades es un discurso literal, salafista y extremista, que los hace muy receptivos a una radicalización en la que podrían hundirse a la primera oportunidad.

Dicho esto, creo que no deberíamos confundir el islam, que es una religión, con el islamismo, que es una ideología política que explota la religión musulmana. No todos los musulmanes son necesariamente terroristas, ya sea que vivan en Europa o en otros lugares.

¿Cuáles son las posibles soluciones para combatir este tipo de discursos extremistas?

Creo que la enseñanza comparada de las religiones, según el método antropológico, debería integrarse en el programa didáctico de las escuelas públicas. El objetivo de esto es contrarrestar el discurso literal y extremista; y para que la interpretación de los textos religiosos no sea monopolio exclusivo de los fundamentalistas, salafistas e islamistas de todas las tendencias.

La enseñanza antropológica y comparada de las religiones ayudará a los jóvenes a tener una visibilidad razonada del fenómeno religioso y a relativizar el lado sagrado, comprendiendo la historicidad de los textos fundacionales de la religión y, por tanto, a tener inmunidad contra discursos fundamentalistas y extremistas.

¿Las ideas del islam político pueden constituir un peligro para Occidente?

El islam político es una desviación de la religión musulmana con fines políticos. Es una ideología cuyo objetivo es la islamización progresiva del planeta, porque quién dice islamización dice necesariamente aplicación de la sharía (sistema legal islámico).

Los islamistas no contextualizan los textos del Corán porque creen que son atemporales y, por lo tanto, aplicables al pie de la letra en todo momento y en todo lugar. A los actores del islam político les resulta muy difícil entender que hay textos religiosos que quizás eran aplicables en el siglo VII pero que ya no lo son hoy.

Por ejemplo, los versos de la esclavitud, la guerra contra los infieles (los no musulmanes), la poligamia, los dhimmis (no musulmanes de un Estado musulmán), la yizia (impuesto para no musulmanes), los castigos corporales como cortar la mano o azotar, la ley de la represalia, etcétera.

El islam político apoya la aplicación literal e integral de los textos de la sharía. Si este es el islam que se predica en Europa, entonces la respuesta es sí, las ideas del islam político son un peligro para Occidente.

Recientemente, en varios países europeos se quemaron copias del Corán. ¿Cómo explica estos actos? ¿Qué mensaje querrían transmitir los responsables?

Personalmente no estoy de acuerdo con este tipo de acciones. Creo que sean cuales sean los libros, sagrados o no, merecen respeto. Dicho esto, este tipo de actos podrían leerse como un mensaje urgente a los gobiernos, a los sistemas políticos que gestionan el mundo árabe-musulmán y reprimen la libre expresión y a veces hasta criminalizan, a través de leyes penales, cualquier crítica desarrollada con respecto a la religión.

Estos actos dicen que, en definitiva, blasfemar o profanar un texto sagrado no es imposible ni difícil de hacer y que incluso después de hacerlo, no será el fin del mundo. Es un acto que pone en perspectiva lo impensado y lo impensable entre los musulmanes. Dicho esto, quisiera señalar otra vez que personalmente no apoyo este tipo de actos.

En Francia, el islamismo es el origen de numerosas crisis y polémicas. Según la prensa francesa, “los islamistas están jugando al escondite con la república laica y deben parar”. ¿Qué opina?

Desde los albores del islam, siempre es el texto coránico el que se ha adaptado a las nuevas realidades, y esto mediante la derogación de versículos que ya no estaban en sintonía con los nuevos datos sobre el terreno. Hoy, como ayer, pienso que es el islam el que debe adaptarse a la república y no al revés.

¿Europa lleva retraso para frenar el avance del islamismo? ¿Cómo ve el futuro del islam político en el continente europeo?

Para frenar el islamismo, en mi opinión, sólo hay una solución: permitir y fomentar el desarrollo de un islam europeo ilustrado. Un islam de la ilustración, parafraseando a Malek Chebel (antropólogo, psicoanalista y ensayista francés de origen argelino), que no esté en contradicción con los valores seculares y de modernidad. De lo contrario, es decir, si no se prevé esta solución, creo que el islamismo se radicalizará cada vez más y los conflictos violentos serán cada vez más inevitables.

En Arabia Saudí, el príncipe Mohamed Ben Salman declaró la guerra al wahabismo. Desde su llegada al poder lleva una política renovadora y de reformas del islam. Entre otras, permite a las mujeres conducir y viajar solas sin tutor. Como islamólogo, ¿como ve estas reformas en el país líder y cuna del islam? 

El proyecto del príncipe Mohamed Ben Salman es muy atrevido. En mi opinión sus reformas revolucionarán el mundo musulmán. Al respecto, no debemos olvidar que Arabia Saudí desempeñó un papel central y de liderazgo en la expansión del fundamentalismo, el salafismo y el yihadismo en el mundo árabe y musulmán.

Los musulmanes siempre se han visto fuerte y directamente influenciados por los cambios que se están produciendo en Arabia Saudí. Esta es la razón por la que creo que este reinado tendrá la misma influencia en la propagación de las ideas reformistas, especialmente porque Ben Salman está decidido a llevar adelante sus ideas y realizar su proyecto contra viento y marea.

En cuanto a su lucha en Argelia, formó parte de los Hermanos Musulmanes y estudió Ciencias Islámicas en la universidad. ¿Lo lamenta o valora su juventud islámica como una buena experiencia personal?

La verdad es que no me arrepiento de mi paso por la organización de los Hermanos Musulmanes porque me dio la oportunidad de conocer el fenómeno islamista desde dentro, conocer bien a sus actores y crear documentación de calidad. Esto me permite hoy, en retrospectiva, leer bien este fenómeno y tener una visibilidad bastante buena de su realidad y su futuro.

Había leído mucho en el ámbito religioso antes de ingresar en la facultad de Ciencias Islámicas de Argel, sabiendo que mi formación básica era científica y bilingüe. Y planeo escribir mis memorias detalladas dentro de este movimiento. Espero tener tiempo para realizar este proyecto.

Después de este cambio de rumbo, se dedicó a luchar contra las ideas oscurantistas del wahabismo, la ideología de Arabia Saudí que prohíbe toda renovación del discurso islámico y lo limita al yihadismo y las prohibiciones. ¿Cómo es su lucha diaria en las redes sociales? ¿Qué pretende cambiar?

Cada público tiene las redes que se merece. La efectividad de las redes sociales depende directamente de la mentalidad y forma de pensar del público en general. Ahí surge el problema de la escuela, los programas escolares y el discurso educativo.

También está el problema del discurso religioso, en este caso el de las mezquitas; y del discurso mediático difundido por sitios web, plataformas de información y canales vía satélite. Todos los discursos que acabo de citar, empezando por el de la escuela, necesitan una reforma radical.

Por ejemplo, en la escuela argelina, no se enseñan los valores de ciudadanía, libertad, igualdad ante la ley sin distinción, derecho a ser diferente, aceptación de la alteridad y la diferencia, y convivencia en paz. Por lo tanto, es completamente normal que produzca individuos fanáticos, retrógrados y violentos.

Por mi parte, estoy a favor de una política de la libertad sin límites. Abro mis páginas de Facebook a todos los comentarios, incluso aquellos que son violentos, vulgares y dirigidos contra mi propia persona. No comento indecencias, no borro nada y no bloqueo a nadie. La pregunta es: ¿espero cambiar algo? La respuesta es: No. Lo que hago es simplemente decir mi opinión a mi estilo y a mi manera. Pero si puede iluminar a algunas personas o darles algo más, mucho mejor.

Además de mis publicaciones en Facebook, he producido varias series en mi canal de YouTube. Empecé con una sobre la historicidad del texto coránico de 22 episodios, luego otra de 13 episodios sobre el Corán y las escrituras antiguas; y ahora estoy en una tercera serie, que corre el riesgo de llegar a 250 episodios, sobre la historicidad del segundo texto fundacional del islam, es decir, los hadices del profeta (los dichos de Mohamed, el profeta). Le seguirá otra con el mismo método, sobre el tercer texto.

Este trabajo pretende efectivamente establecer un discurso crítico, moderno y racional sobre los textos fundacionales y la herencia religiosa islámica en general. En última instancia, tiende a relativizar las visiones y discursos absolutistas adoptados por la mayoría de los musulmanes sobre la historia y el contenido de su religión.

Hace dos años fue juzgado en Argelia tras una denuncia presentada por un profesor universitario islamista y sus colegas. En primera instancia, lo condenaron a tres años en prisión condicional y luego el tribunal de Argel lo absolvió. ¿Cómo vivió esta experiencia?

Mis abogados no esperaban una absolución, más bien que el veredicto de primera instancia se redujera con una libertad provisional y una multa sin más. A todos nos sorprendió la absolución, sobre todo porque el fiscal general, durante la audiencia del 25 de enero de 2021, había solicitado la confirmación del veredicto de primera instancia.

Personalmente, aunque era optimista, esperaba el escenario más negativo para no sorprenderme si las cosas salían mal. Estoy aún más feliz porque agradezco sinceramente a todos los amigos que me han apoyado desde el inicio. Agradezco en particular a mis abogados que realizaron un excelente trabajo garantizando mi defensa.

Debo decir que esta decisión emanada del tribunal de Argel es histórica porque es la primera en la Argelia independiente. De hecho, es una victoria de la libertad y del libre pensamiento sobre la alienación, el fundamentalismo y el espíritu retrógrado; una victoria de la razón y la ilustración sobre el oscurantismo, el fanatismo y el espíritu medieval. Esta decisión establece claramente que el debate intelectual no debe judicializarse y que las ideas se defienden a través de ideas, a través del diálogo y el debate contradictorio y no mediante la presentación de una denuncia ante los tribunales.

A mí me liberaron, pero otros investigadores de Oriente Medio no tuvieron tanta suerte. Pienso en el teólogo Mohammed Abdallah Nasr y el escritor egipcio Islem el Behiri, que fueron encarcelados; o en el profesor e investigador egipcio Nasr Hamid Abou Zayd, que se divorció de su esposa y se vio obligado a exiliarse en Europa, donde terminó sus días, por citar sólo tres ejemplos.