“El motivo que a mí me hizo elegir la implantología”, explica Jaime Jiménez, director médico de la Clínica CIRO y director de implantología oral en la Universidad Europea de Madrid (UEM), muy enfáticamente, “fue el solo hecho de pensar que podría, de una manera sencilla e indolora, recuperar para el paciente la función y la estética de zonas en las que habían perdido sus dientes naturales, sin tener que dañar los dientes adyacentes. Creo que eso es algo tan bonito, tan increíble y que ha tenido una evolución tan grande en el mundo de la medicina, que la sola posibilidad me invitó a estudiar y formarme en esa área”.

En este sentido, continúa, “la dentadura es una parte muy importante de cada persona. Ahora podemos quitar una pieza o sustituirla de forma muy sencilla, y realizar una intervención para colocar un implante e incluso el mismo día colocar un provisional, devolviendo la estética del paciente ese mismo día”. 

Llevándolo a un extremo, “se podría imaginar a un paciente que llega sin varias piezas: en un plazo de 24 horas se verá con dientes fijos con los que podrá masticar y verse estéticamente bien, realmente son cambios alucinantes en la vida de las personas”.

“No todos los implantes son iguales, ni todos los implantes se comportan igual a largo plazo en el hueso”, remarca. “Y eso hace que muchos implantes acaben cayéndose en poco tiempo: lo barato en salud sale caro”. El mantenimiento, subraya, “y la higiene oral es fundamental en general, pero en implantología aún más, y es fundamental acudir a revisiones cada 6 meses”. 

“A mí me cambió la vida el hecho de estudiar fuera”, explica, respecto a su enfoque profesional. “Realmente poder tener la posibilidad de ir a Nueva York a estudiar en la Universidad de esa ciudad (NYU), y allí no solo tener la ocasión de prepararme en un área en la que en España aún faltaba mucho por avanzar hace veinte años: también poder formarme con docentes enamorados de lo que hacían, de lo que investigaban y números uno en cada una de sus áreas de conocimiento”. 

Eso, explica más en detalle, “me dio la posibilidad de hacer un network a nivel mundial de dentistas que hoy en día son referentes en cada uno de los países; esa experiencia me cambió la vida. Poder aportar avances en mi país cuando llegué, haber podido formar alumnos en esa materia y ser profesor en la universidad que me dio todo son cosas muy gratificantes”.

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Sobre el futuro, reconoce que el conocimiento internacional alberga ya grandes descubrimientos y otros que están llegando. “Hoy en día todo ha cambiado tanto ya, el mundo digital ha revolucionado el mundo... Hoy en día podemos planificar cirugías en el ordenador, imprimir guías que nos ayudan a operar y fabricar los dientes estéticamente perfectos antes de intervenir sobre el paciente, eso es el presente y el futuro”.

“Nunca se sabe hasta dónde llegaremos en breve”, explica sobre el futurible, “si colocaremos y operaremos seres humanos, si los implantes serán de titanio o circonio y personalizados o no para cada paciente… O, si aparecerá alguna técnica que haga que podamos sustituir dientes sin la utilización de implantes, déjenos seguir investigando para ir dando respuestas a todo esto”, concluye con ironía.

La estética dental 

“Cuántas veces nos encontramos con pacientes que dejan entrever un poco de diente en una sonrisa o directamente no enseñan nada de diente al sonreír", se pregunta David Jiménez, hermano de Jaime Jiménez y director del departamento de estética y prótesis de la clínica CIRO, Masters Degree en la International Prosthetic Dentistry (NYU) y codirector del máster de Odontología digital de la UEM. "Devolver esa confianza y seguridad a alguien es lo más bonito de mi profesión, puede sonar muy exagerado pero realmente cambias vidas”.

“En la odontología”, continúa, “la parte más artística es esta, poder moldear un diente con composite directamente en la boca del paciente o realizar unas carillas con su morfología y textura, copiando a la naturaleza. Eso es increíble, es un reto diario, que une las partes científica y digital. Desde pequeño todo lo relacionado con lo artístico como pintar o realizar esculturas me apasionaba”.

La estética dental ha tenido una gran evolución en los últimos años, y para David Jiménez, “nuestra filosofía es trabajar con técnicas mínimamente invasivas, manteniendo la máxima cantidad de estructura dentaria, siendo lo más conservadores posibles y utilizando sistemas digitales que nos ayuden a la planificación y éxito del tratamiento”.

Las primeras visitas sirven especialmente “para una revisión general y un estudio previo fácilmente guiado por medio de fotos y videos y un escaneado de la boca. Toda esa información, y las fotos en 2D y el modelado en 3D, se incorporan a un software y por medio de unas preformas de dientes ideales se superponen sobre los dientes del paciente en ese software, creando la sonrisa perfecta para cada paciente”. 

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“Una vez hecho ese estudio, creamos una maqueta o modelo físico en 3D del paciente”, detalla el doctor, “realizándose una prueba sobre la boca del paciente para que pueda ver cómo le va a quedar el resultado final sin haber tocado nada los dientes. Si lo comparamos con otros ámbitos, sería similar desde el punto de vista de arquitectura y diseño de interiores a un render e impresión de la maqueta de un proyecto para una casa”.

Existen diferentes “materiales dentales para llegar a resultados de mayor naturalidad en el tratamiento estético”. La elección del mismo se realiza “en relación con cada paciente en particular, consiguiendo corregir alteraciones desde el punto de vista de color y morfología de una manera indolora, rápida y mínimamente invasiva, parte importantísima para futura duración de la restauración, al adherirse a la primera capa del diente, en esmalte, siempre que sea posible”, añade. 

Para él, la estética dental siempre va unida a la función y posición dentaria, “y para poder ser mínimamente invasivos es muy importante poder tener una comunicación directa con el ortodoncista, que en ocasiones recoloca dientes y mejora función antes de pasar al procedimiento estético para un modelo funcionalmente correcto”.

Tras sus estancias “en América y en Brasil (referencia en estética dental mundial)”, considera que “la tecnología está continua evolución en todas las áreas y viviremos cada vez mayores avances". Un ejemplo a nivel medico quirúrgico hospitalario es el robot Da Vinci, una herramienta increíble que ayuda a los profesionales a ser más precisos.

"En nuestra profesión estamos muy metidos en tecnología pero aún nos encontramos en el inicio, seguro nos llegarán pronto nuevos equipos que nos ayudarán a llegar a la perfección de una manera más sencilla”, termina, con gran ilusión.