Lara Sánchez durante una de sus expediciones en Tanzania

Lara Sánchez durante una de sus expediciones en Tanzania Imagen cedida

Referentes Entrevista

Lara Sánchez, un nexo entre Leganés, Oviedo y Tanzania: "El ecoturismo pasa también por respetar la religión"

La empresa que representa, Wild Spain Travel, realiza avistamientos de animales en libertad y proyectos de conservación de la naturaleza.

30 mayo, 2022 02:12

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La historia de Lara Sánchez es la de una mujer comprometida con los derechos humanos, la naturaleza y la sostenibilidad de nuestros ecosistemas. Tras terminar su doble grado en ADE y Turismo y especializarse en ecoturismo, viajó de Leganés a Tanzania con el objetivo de realizar sus prácticas en una oenegé local.

Allí se encontró con un mundo completamente diferente: donde en Madrid hallaba abundancia, en África se topaba con pobreza y superstición. Mientras en Occidente la conciencia climática llenaba las calles de manifestantes, los tanzanos estaban preocupados por sobrevivir a corto y medio plazo en un país que brilla por la pobreza de su economía.

A su llegada a Tanzania, Sánchez trabajó para sentar las bases de un turismo local sostenible y respetuoso con los ecosistemas regionales. Durante el viaje aprendió algo que ya intuía: "los problemas del primer mundo", como los define ella, poco importan cuando miras con tus ojos el sufrimiento de quienes menos tienen. 

Una región tanzana anegada por las fuertes lluvias torrenciales

Una región tanzana anegada por las fuertes lluvias torrenciales Lara Sánchez Imagen cedida

"Tanzania me cambió la vida", explica esta joven de 28 años. "Al final pasas mucho tiempo con gente distinta, con perspectivas e ideales diferentes. Al llegar allí me di cuenta de lo afortunados que somos de haber nacido en Europa". Sin embargo, a pesar de enamorarse de los hospitalarios tanzanos y de su cultura mágica, Sánchez decidió volver a España. Tenía un objetivo aún mayor: "Volver para apoyar la conservación de la naturaleza de mi país y dar a conocer sus recursos".

Esa necesidad de hacer que "España sea conocida como una nación de turismo responsable y de calidad" es lo que la trajo hasta las oficinas de Wild Spain Travel, una agencia de viajes ecoturista especializada en organizar proyectos de avistamiento y fotografiado de animales salvajes en plena naturaleza.

Su equipo fue parte indispensable del proyecto de avistamiento de osos que realizó ENCLAVE ODS en el parque natural de Somiedo junto a The European Nature Trust, la fundación del filántropo Paul Lister, y la Fundación Oso Pardo.

Hoy, Sánchez está volcada en proyectos de conservación de la naturaleza y en organizar avistamientos de osos, lobos, rebecos, aves y berreas. En su tiempo libre colabora de forma completamente altruista con las mujeres masái que venden orfebrería local para recaudar dinero para sus hijos.

"Colaboro con un colegio-guardería en el que se lleva a los niños para que no estén en la calle mientras sus padres están en los mercados. Es una forma de mantenerlos alejados del alcohol, la droga y la prostitución; que estén protegidos en un centro", explica. Y añade: "Coopero con ellos dándoles visibilidad y vendiendo joyas masái que hacen sus madres en España".

Lara Sánchez otea el horizonte con unos prismáticos sobre un todoterreno, en Tanzania

Lara Sánchez otea el horizonte con unos prismáticos sobre un todoterreno, en Tanzania Imagen cedida

Su proyecto de fin de máster estaba relacionado con el turismo sostenible en Tanzania. ¿En qué consistía exactamente?

Estuve realizando prácticas en Tanzania en una ONG que llevaba a cabo un proyecto de turismo sostenible organizado por la Fundación Suiza para la Solidaridad y el Turismo. En los viajes que estábamos realizando al lago Jipe [en la frontera con Kenia], donde hay avistamientos de hipopótamos, se detectó que el turismo estaba aumentando en la zona, pero se hacía de forma insostenible.

¿En qué sentido era "insostenible"?

Traía un impacto negativo a los habitantes de la aldea de Ugweno, en Butu, justo en la zona más cercana a Jipe. Los turistas no respetaban los caminos de acceso al lago y no pagaban ningún tipo de entrada a la comunidad. Sólamente llegaban, bajaban al lago y se marchaban.

Dejaban atrás plásticos y basura tanto en los lagos como en los alrededores, en parte porque no disponían de puntos limpios donde depositar los desperdicios. Se vio que había que buscar soluciones. Sobre eso trata mi Trabajo de Fin de Master (TFM). Hice encuestas y organicé charlas con los líderes de la comunidad para hablar de lo que estaba ocurriendo y buscar alternativas.

Vista de la proa de una canoa en un lago de Tanzania

Vista de la proa de una canoa en un lago de Tanzania Lara Sánchez Imagen cedida

¿Cómo fue experimentar ese choque cultural al salir de Leganés y meterse en los parques naturales de Tanzania?

Fue enorme. Hay que entender que Tanzania es un país que sobrevive del turismo, y por eso lo pasó tan mal con la covid-19. Siempre que viajas a un país de África te encuentras con algo completamente diferente a lo que estás acostumbrada en Europa. Debo decir que no fue la primera vez que fui al continente; años antes estuve en Senegal.

Una de las cosas que más me impactó de la cultura tanzana me ocurrió durante los primeros días, cuando di una vuelta por Moshi, cerca de donde teníamos la base, en la región del Kilimanjaro. Según andaba por la calle se me paró un señor muy anciano. Entonces se puso con los brazos mirando hacia el cielo y dijo algo en suahili, como dando las gracias. Nuestro guía me dijo que estaba agradeciendo que por fin volviese la gente blanca, el turismo. Si a nosotros nos afectó la covid, imagínate cómo fue para esos países que viven del turismo y están en vías de desarrollo.

Vista de uno de los carteles de los parques nacionales de Tanzania

Vista de uno de los carteles de los parques nacionales de Tanzania Lara Sánchez Imagen cedida

Imagino que la seguridad tampoco es el punto fuerte de viajar a países más empobrecidos.

Tanzania es un país muy religioso. La mitad es cristiano y la otra mitad musulmán. Ambos sectores son muy creyentes. Sobre todo había que tener cuidado a la hora de vestir: hombros y rodillas tapados, especialmente cuando íbamos a las aldeas. Eso hay que tenerlo en cuenta y entra a formar parte del turismo sostenible: respetar las culturas locales y su religión.

Sin embargo, creo que el que el choque más grande que sentí fue el de la seguridad. En la oenegé nos pusieron un guardia con perros que dormía con nosotros todas las noches para que no nos robaran. Además, siempre nos recomendaban que saliéramos con algún tipo de arma pequeña, por si acaso. Hay que tener mucho cuidado, especialmente por la noche. Más si eres una mujer... y joven, como es mi caso. Siempre estaba alerta.

¿Existe una conciencia medioambiental en Tanzania?

Bueno, Tanzania es de los pocos países de África en los que se han prohibido las bolsas de plástico. Tú vas a un supermercado o mercado y te dan la fruta o lo que compres en una bolsa de tela. Es un avance. Sin embargo, reciclar no es algo que se contemple. Hay un río espectacular que cruza Moshi, una joya de la naturaleza, que está lleno de basura.

No diría que es un país concienciado, pero claro, hay que entender que esta no es su prioridad; tiene otros muchos problemas más graves que el medio ambiente. No es algo que les vaya a solucionar la vida a corto plazo. Al final hablamos de una sociedad que vive al día. Ellos ven que tirar un plástico al río o a la calle no es determinante. No se dan cuenta de las repercusiones que esa acción va a tener a largo plazo.

¿Se puede entonces llegar a tener una concienciación medioambiental en un país que tiene otras (lógicas) prioridades más inmediatas?

Sí que se puede tener. Debe tenerse porque a largo plazo es importante. En mi TFM hablaba de conseguir informar a la población local de las ventajas que puede tener llevar a cabo el cuidado del medio ambiente. Pero es una sociedad a la que hay que darle números y explicarle los beneficios económicos, el impacto positivo que esa acción va a generar en sus vidas.

Es lo más directo, lo que mejor puede entender la gente. Si cuidan el lago y dejan de tirar vertidos, ese lago va a ser más atractivo para el turista, lo que va a retroalimentar las visitas. Si no lo contaminan, van a poder pescar muchos más peces y de mejor calidad, lo que va a ser mejor tanto para ellos como para el turista al que se lo pueden vender para comer. Debe haber un beneficio económico directo. Es el enfoque más práctico a corto plazo para concienciar.

Un todoterreno cruza una amplia llanura tanzana

Un todoterreno cruza una amplia llanura tanzana Lara Sánchez Imagen cedida

¿Cree que el turismo es sostenible y responsable en Tanzania? ¿Qué podemos encontrar allí?

La tendencia es positiva. Soy consciente de que en los parques nacionales sí que se tiene una inclinación a que el turismo se haga de forma sostenible. Tanto los parques en los que se realizan los safaris como el propio Kilimanjaro están llenos de elementos gráficos e interpretativos en los que se especifica las reglas: no molestar la flora y la fauna, no arrancar nada, no hacer ruido, no hablar en voz alta, no tirar basura, no salirse de los caminos marcados.

Pero siempre hay un 'pero'.

Al mismo tiempo, dentro de los propios parques nacionales, cuando los guías hablan por el walkie porque aparece un rinoceronte negro o un león, yo msima he visto cómo muchos 4x4 dan la vuelta sin miramiento y se van corriendo a ver ese animal sin tener en cuenta toda la biodiversidad que pueden dañar. Quiero pensar que es porque tienen muchas ganas de que el turista vea esa especie en concreto, pero no dejo de tener la sensación de que, en esos casos, es para ganar una mayor propina.

Es triste, pero la propina siempre va a ir por encima de realizar un turismo responsable y sostenible. Y si en vez de meter a 5 personas en un Land Rover consigues meter a 8, el beneficio será mayor. Hablamos de un turismo que no está masificado y de gente pobre que quiere ganar el máximo, por lo que el concepto sostenible queda en un segundo plano.

Lara Sánchez durante su viaje a Tanzania

Lara Sánchez durante su viaje a Tanzania

¿Qué perfil turístico es habitual en Tanzania?

Tanzania es famoso, como Kenia, por las lunas de miel. Hay muchas parejas que iban de safari y acababan en las playas de Zanzíbar. Especialmente familias con poder adquisitivo bastante alto, como los estadounidenses, que venían vestidos de Indiana Jones o de Memorias de África. Ya sabes, esos trajes coloniales. También hay muchos mochileros que viajan solos para visitar el país. Se trata de una nación muy hospitalaria y acostumbrada al turista. Y se ven muchos volunturistas.

¿Volunturistas?

Aquellos que pagan por hacer un voluntariado por hacerse una foto rodeado de niños, subirla a Instagram y después marcharse a viajar por todo el país. Si vas a Noruega o Suecia y pisas una escuela, ¿te haces selfies con niños noruegos? ¿Por qué lo tienes que hacer con niños tanzanos y luego promocionarlo en redes sociales?

Suena a pura hipocresía.

No lo considero algo esencialmente malo, porque dejan dinero a las asociaciones locales y a los propios niños en la escuela, pero todo depende de cómo se haga. Si sólo haces la foto, al final no generas nada positivo, más allá de engordar tu ego. Luego hay gente que va a ayudar realmente, o que envía dinero y hace publicidad en redes sociales, crea alguna fundación, etcétera. Todo eso sí contribuye.

¿Cómo afecta el cambio climático a los pueblos tanzanos?

Yo sólo te puedo hablar de la parte norte de Tanzania, que es con la que estoy familiarizada. Cuando íbamos a las comunidades masái, uno de los proyectos que teníamos entre manos trataba sobre medio ambiente, dar a conocer en las escuelas lo que estaba pasando en el mundo y cómo había que hacer algo al respecto. Ellos lo sufren especialmente con las inundaciones y las sequías: son cada vez más largas y duras.

Llueve tanto y de manera tan fuerte que el río se desboca y echa a perder las cosechas de la temporada. Durante la época de lluvias, hay caminos que desaparecen y sólo puedes llegar a algunas comunidades por barca, lo que las deja aisladas. El cambio climático incide en todos estos temas.

Un grupo de personas sobre canoas en un lago en Tanzania

Un grupo de personas sobre canoas en un lago en Tanzania Lara Sánchez Imagen cedida

Volviendo a tu actual especialidad en Wild Spain Travel, ¿qué es el ecoturismo? ¿Cómo podemos definirlo?

Para mí es la única forma en la que se debería plantear el turismo. Consiste en viajar de forma responsable. Disfrutar respetando y buscar que el impacto de los viajes sean positivos tanto para la comunidad local como para el medio ambiente. La gente suele confundirlo con el turismo activo, que es hacer deporte en plena naturaleza.

El ecoturismo, sin embargo, se basa más en la observación. Hay un punto de educación ambiental que no consiste sólo visitar, sino en ser consciente de que hay que protegerlo. Además, se prefiere la calidad frente a la cantidad. En Wild Spain Travel preferimos que haya menos personas pero que estén más sensibilizadas. Eso sí: quienes lo practican generalmente suelen tener un poder adquisitivo alto, porque el ecoturismo no es low cost

¿Qué debe cumplir una buena empresa que se dedique al sector del ecoturismo?

Debe generar un impacto mínimo. De ahí las grandes esperas cuando, por ejemplo, vamos a avistar un oso: se utilizan distancias prudenciales para no alterar la forma de vida del animal ni su hábitat. Otro requisito es que las actividades creen a los clientes una conciencia en el medio ambiente. Y que respeten la cultura local.

Para que sea realmente ecoturismo parte del beneficio debe quedarse en esas comunidades locales, ya sea a través de la compra de artesanías o comiendo y cenando en espacios locales. Nada de cadenas hoteleras ni franquicias de restaurantes. Todo debe quedarse en la propia tierra. Es la única forma de sumergirse en el viaje y en las propias personas, que siempre tienen tanto que contar.

¿Por qué te lanzaste a esta aventura?

Yo hice ADE y Turismo en la Universidad Rey Juan Carlos. Toda mi vida he trabajado en el sector del turismo. Hice prácticas en Estados Unidos, dos Erasmus y luego estuve trabajando en la cadena NH, en el departamento comercial. Al final del día llegaba a casa y me daba cuenta de que no había ayudado a nadie. No me sentía realizada. Siempre he tenido muy desarrollado el lado humano, solidario, aquel que me impulsaba a ayudar. Entonces llegó la Covid-19, que a mí me cambió la vida: me quedé sin trabajo y me planteé qué quería hacer con mi vida. Y decidí que lo que necesitaba era estar en la naturaleza.

Lara Sánchez frente a un elefante

Lara Sánchez frente a un elefante Imagen cedida

Y acabó en Oviedo.

Hice varios cursos y un voluntariado en Portugal de conservación de la naturaleza. Después ingresé en la Politécnica para cursar un master en gestión de ecoturismo sostenible. Allí me di cuenta de que eso era lo que quería hacer. Madrid fue una catapulta a Tanzania. Hoy estoy en Oviedo con Wild Spain Travel. Todo esto lo he conseguido, en parte, gracias a mis padres, a los que estoy enormemente agradecida por haberme apoyado.

*** Este artículo pertenece a una serie de entrevistas y reportajes publicados por ENCLAVE ODS. La pieza ha sido posible gracias a la colaboración de The European Nature Trust (TENT), Fundación Oso Pardo y Wild Spain Travel.