Cada año, el Día Internacional contra el Cambio Climático nos recuerda que el tiempo político y el tiempo climático no avanzan al mismo ritmo.
La ciencia lleva décadas advirtiéndolo: si queremos mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 °C, las emisiones mundiales deben reducirse en torno a un 43% para 2030, según el balance del IPCC (2024).
Sin embargo, los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) muestran que siguen aumentando y que, al ritmo actual, el planeta se encamina hacia un calentamiento de 2,7 °C, con consecuencias catastróficas para la civilización y la economía.
El Emissions Gap Report 2024 de la ONU lanza una advertencia contundente: si los países no cooperamos para acelerar la acción climática, la transición hacia el cero neto podría costar un 40% más. La falta de coordinación internacional encarece el futuro y retrasa la innovación. No actuar juntos es, literalmente, más caro.
Aún estamos a tiempo, pero el margen es estrecho. Alcanzar las emisiones netas cero antes de 2050 exige decisiones valientes: políticas alineadas con la ciencia, inversiones sostenidas y una colaboración firme entre gobiernos, empresas y ciudadanía. No se trata de elegir entre crecimiento y sostenibilidad, sino de redefinir el crecimiento para que sea compatible con los límites del planeta.
En este contexto, la innovación se convierte en la gran aliada de la acción climática. La Agencia Internacional de la Energía estima que el 35% de las reducciones necesarias para alcanzar el cero neto en 2050 provendrán de tecnologías que aún están en desarrollo. Invertir en ciencia, investigación y tecnología limpia no es un lujo: es la condición para sobrevivir y prosperar en la nueva economía climática.
La industria de la belleza tiene hoy una responsabilidad proporcional a su influencia. Con un valor superior a 290.000 millones de euros y un crecimiento anual del 4,5% en 2024, según nuestro informe La Esencialidad de la Belleza, este sector no solo impulsa la economía global: marca tendencias culturales, define estándares científicos y conecta con más de 4.200 millones de consumidores. Lo que hacemos en belleza importa, porque transforma cadenas de suministro, hábitos de consumo y percepciones sociales.
Desde L’Oréal Groupe abordamos esta transformación a través de L’Oréal for the Future, nuestro programa global de sostenibilidad lanzado en 2020, que define la hoja de ruta del Grupo hacia 2030 y más allá.
Validado en 2024 por la Science Based Targets Initiative (SBTi), el programa alinea todos nuestros objetivos con la trayectoria de 1,5 °C del Acuerdo de París y constituye el eje de nuestra estrategia climática, social y de innovación responsable.
Bajo este marco se articulan los tres principios que guían nuestra visión de liderazgo sostenible: anticipación y ambición, acción colaborativa y aceleración. Tres ejes que reflejan cómo una compañía de la escala y complejidad de L’Oréal Groupe puede avanzar, con rigor científico y sentido de propósito, hacia un modelo de negocio donde competitividad, resiliencia y valor se dan la mano.
Anticipación y ambición
En sostenibilidad, adelantarse no es solo actuar antes de que la ley lo exija, sino hacerlo con visión de futuro y basándose en la ciencia. Desde hace décadas, L’Oréal Groupe ha entendido que el liderazgo responsable se demuestra en los hechos: en 1989 eliminamos las pruebas en animales, catorce años antes de la regulación europea, y en 1995 creamos el primer laboratorio de impacto ambiental.
Ese mismo espíritu de anticipación y ambición impulsa hoy nuestra hoja de ruta de descarbonización. Nuestro objetivo para 2030 es reducir las emisiones absolutas de GEI de alcance 1 y 2 en un 57% y las de alcance 3 en un 28%, en comparación con 2019.
En España, el 100 % de la electricidad que consumimos es renovable desde 2018, y nuestra fábrica de Burgos es un referente internacional por operar con energía 100% renovable desde 2015, gracias a su planta de biomasa.
La anticipación nos permite construir una base sólida; la ambición nos impulsa a seguir avanzando hacia un modelo de crecimiento circular y bajo en carbono, apostando entre otras palancas por el rellenado y la recarga de producto.
Acción colaborativa
Ninguna organización, por grande que sea, puede afrontar sola la magnitud del reto climático. Las alianzas son el nuevo motor de competitividad y transformación, porque solo la cooperación entre sectores y países permite avanzar con la velocidad que exige la ciencia y con el impacto que demanda la sociedad.
En España, impulsamosPatio Innovation & Startups Campus, el mayor ecosistema de innovación sostenible del país y colaboramos con Ecoembes y STANPA en iniciativas sectoriales como Belleza Circular y Reciclar en Belleza, que promueven la educación ciudadana y la correcta separación de envases cosméticos.
A nivel internacional, participamos en la EcoBeauty Score Consortium, una colaboración pionera en el sector que busca crear un estándar común de medición del impacto ambiental de los productos cosméticos.
Asimismo, trabajamos para multiplicar el efecto de nuestras acciones mediante el Fondo de Deuda Solstice, que impulsa la financiación verde de pymes proveedoras.
Aceleración
La sostenibilidad se ha convertido en una carrera contra el tiempo: la ciencia marca el rumbo, pero la innovación define la velocidad. En este contexto, tecnologías como la inteligencia artificial, la biotecnología o la química verde están transformando los modelos industriales.
Desde L’Oréal Groupe, aplicamos este enfoque a través de las Green Sciences y colaboraciones estratégicas como la de IBM, con la que hemos desarrollado el primer modelo de IA generativa para formulación cosmética sostenible.
Junto al Cambridge Institute for Sustainability Leadership (CISL), impulsamos además un programa global de aceleración de 100 millones de euros para escalar soluciones con impacto real. Acelerar la innovación es acelerar la acción climática.
El desafío climático no se resolverá con promesas, sino con innovación y valentía. Combinando coherencia, colaboración y ciencia aplicada, podremos transformar los modelos industriales y acelerar la transición. Tenemos la oportunidad histórica de reinventar cómo producimos, consumimos y creamos valor.
***Delia García es directora de Sostenibilidad e Impacto Positivo de L’Oréal Groupe España y Portugal.