El término de salud global nace en los años 40 y se define como un área de estudio, investigación y práctica que persigue la mejora de la salud y la equidad para toda la población a nivel mundial. Es una extensión del dominio disciplinar de la salud pública con respecto al escenario geográfico de sus operaciones y de la salud universal que limita sus objetivos a la prevención en las poblaciones. La salud global, por su parte, reúne todas las estrategias posibles dirigidas a la mejora de la salud mundial.

Este concepto gira en torno a la equidad, la ética y los derechos humanos, a riesgos nuevos y emergentes, al trabajo con poblaciones en desventaja social, a los retos comunes con alcance global, a la participación ciudadana y a la interdisciplinariedad e intersectorialidad.

Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 4.500 millones de personas no están plenamente cubiertas por los servicios de salud esenciales. Es decir, más de la mitad de la población mundial no tiene acceso al conjunto de servicios de salud de calidad que necesitan en el momento y el lugar adecuados.

Para tratar de paliar esta situación, en España contamos con numerosas organizaciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, que trabajan en el ámbito de la cooperación al desarrollo. De hecho, el interés que despiertan estas iniciativas es tal que alcanza a todos los sectores de nuestra sociedad y, cada vez en mayor medida, la oferta se ve desbordada por una demanda creciente.

Desde Eductrade, en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid (UCM), hemos detectado esta necesidad que no deja de aumentar y que trasciende no solamente los límites de la medicina, sino que se proyecta en múltiples disciplinas. La UCM cuenta actualmente con 48 cátedras extraordinarias, pero ninguna de ellas se enfoca en la cooperación internacional y la salud global. Es por eso que es necesario, para disponer del mejor escenario para la transformación de nuestras sociedades hacia un modelo más equitativo y sostenible, ampliar esta oferta formativa.

Según datos de la ONU, el número mensual de voluntarios mayores de 15 años asciende a más de 800 millones en todo el mundo. Creemos que el arraigo de estas iniciativas con la universidad dotará de herramientas a las personas que quieren contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) desde una perspectiva científica sobre la que basarán los pilares de sus tareas, pero también asistencial, docente e investigadora de modo más eficaz y con arreglo a unos modelos de trabajo unificados de manera global.

El principal objetivo que perseguimos con este programa es dar formación teórica a los alumnos de grado con un enfoque transversal (sanitarios y no sanitarios), pero también está dirigida a alumnos de posgrado y a todos aquellos profesionales que busquen una formación complementaria en estas materias. La oferta formativa incluye también cursos, conferencias, seminarios, o programas de doctorado, entre otros.

La creación de líneas de investigación propias sobre todo lo relacionado con la salud global es otro de los objetivos que queremos conseguir. A la vez que establecemos alianzas, incluiremos grupos de trabajo nacionales e internacionales para que nuestros investigadores accedan a todo tipo de subvenciones y becas para desarrollar sus proyectos, así como para trasladar sus investigaciones a países menos favorecidos y contribuir a su desarrollo.

Pero también la creación de una línea de becas y ayudas a los estudios de investigación para los alumnos, alianzas con otras universidades y organizaciones para establecer un flujo de oportunidades y garantizar el intercambio de conocimientos y una red de alumnos a nivel mundial, actividades de difusión del conocimiento como publicaciones científicas o la promoción de actividades en eventos del sector sanitario, además de actividades culturales.

Contar con un aliado como es la UCM, una institución educativa donde se forman a los mejores estudiantes de medicina, es un elemento fundamental que contribuye a potenciar estos aspectos humanos. Actividades como la cooperación internacional y el voluntariado muestran la capacidad del ser humano de dar lo mejor de sí mismo para ayudar a personas que no tienen las mismas oportunidades.

En definitiva, esta cátedra sirve para formar a los más jóvenes, desarrollar todas sus capacidades y ampliar sus conocimientos para estar allí donde están los más frágiles, que son los enfermos, más aún en los países en vías de desarrollo. Para que los enfermos, estén en el lugar en el que estén, tengan una asistencia digna.

***Álex de Reguero es director de Marketing de Eductrade.