La descarbonización es uno de los retos globales más urgentes que afrontan las empresas, que son, sin duda, actores clave de nuestra sociedad para hacer frente al reto que representa el cambio climático. Esta afirmación no es baladí.

2023 ha sido el año más caluroso desde que hay registros, con temperaturas récord, fenómenos meteorológicos extremos y concentraciones de CO₂ sin precedentes. Y aunque para afrontar este desafío quede mucho camino por recorrer, cada vez hay más compañías que han decidido asumir ese compromiso estableciendo objetivos para reducir las emisiones de carbono, lo cual es una señal alentadora.

Pero esto no puede ser un mero juego de intenciones, sino que ha de estar sustentado en acciones a las que se pueda hacer un seguimiento de su eficacia. El primer paso ha de ser el de conocer cuál es la huella de carbono y de dónde proceden las emisiones para, a partir de ahí, establecer compromisos, objetivos y fijar una hoja de ruta que ayude a conseguir las metas.

El Science Based Targets initiative (SBTi) es una buena ayuda para ello, ya que permite validar científicamente los planes de actuación para mitigar las emisiones en los tres alcances.

Esto es importante porque nuestra huella de carbono es la suma de lo que emitimos directamente, así como de las emisiones que se producen a lo largo de nuestra cadena de valor. Esta no es una tarea sencilla, ya que implica no solo a las diferentes áreas de la compañía, sino también a los proveedores y clientes.

El fin es asegurarnos de que se comparten objetivos, se cuentan con los recursos necesarios y se es capaz de medir con una metodología compartida para conocer el resultado de las acciones llevadas a cabo. Hay que avanzar conjuntamente.

Estamos, así, ante un desafío ineludible que debe acometerse cuanto antes para afrontar de manera real y decidida la reducción de las emisiones en toda la cadena de valor. Por ello, es fundamental colaborar con nuestros proveedores para que avancen en su descarbonización.

En primer lugar, para que la incorporación de sus objetivos en esta materia sea algo prioritario y, en segundo, para que pongan en marcha medidas con las que puedan realmente alcanzarlos, como, por ejemplo, el uso de electricidad procedente de fuentes renovables. Y lo que es más importante, hemos de ser capaces de acompañarles en todo este proceso, de colaborar con ellos, de ayudarles incluso a encontrar financiación y a hacer un seguimiento de la evolución de estas iniciativas.

Hacer frente a las emisiones de alcance 3 es el gran reto de las empresas. En Coca-Cola Europacific Partners estamos poniendo un mayor foco a través de un liderazgo basado en un modelo de negocio sostenible capaz de aportar soluciones reales, en el que las alianzas con nuestros proveedores y clientes, desde la mayor cadena de supermercados al negocio de hostelería más pequeño, son vitales para generar valor compartido y crecimiento a largo plazo.

Nuestro compromiso para alcanzar la neutralidad en carbono en 2040, diez años antes de lo establecido por la Unión Europea, depende de una actuación coordinada entre los diferentes actores del proceso. Hasta la fecha, ya son seis las plantas de Coca-Cola en Iberia que ha sido verificadas como neutras en carbono en operaciones en 2022 y, desde 2019, hemos reducido las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en España en más del 20%.

Son datos que refrendan nuestro convencimiento de que proteger el futuro de nuestro planeta y nuestra sociedad no es solo imprescindible sino urgente y de que es necesario convertir las palabras en acciones. Además, nos invitan a seguir adelante con nuestra estrategia, que pasa por seguir disminuyendo emisiones en cinco áreas prioritarias a lo largo de toda nuestra cadena de valor: envases, ingredientes, operaciones, equipos de frío y transporte.

En este sentido, la incorporación de materiales reciclados, la reutilización de envases, la eficiencia y reutilización energética, la logística sostenible, con la progresiva incorporación de vehículos eléctricos e híbridos a nuestra flota o el uso de combustibles alternativos se han convertido en una palanca fundamental para avanzar hacia nuestros objetivos de descarbonización.

Sin duda, la estrategia de sostenibilidad en materia de descarbonización de CCEP se centra, principalmente, en reducir al máximo las emisiones de GEI en toda la cadena de valor.

Las empresas, en general, estamos viviendo un cambio de paradigma aplicando medidas hacia la descarbonización. De ello dependerá, en gran medida, el éxito global como sociedad en la lucha contra el cambio climático. Es, por tanto, nuestra obligación y responsabilidad seguir explorando y apostando por innovaciones, procesos y tecnologías que nos permitan seguir trabajando para que nuestro negocio sea cada vez más sostenible.

*** Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Europacific Partners Iberia.