En un mundo en constante cambio, las empresas tienen la responsabilidad de evolucionar y adaptarse para satisfacer las demandas de un planeta cada vez más consciente de su fragilidad y de las necesidades de las generaciones futuras. En el sector de la aviación, esta responsabilidad es aún más apremiante, y es un deber que desde las aerolíneas asumimos con compromiso y responsabilidad. La aviación representa entre el 2 y el 3% de las emisiones de CO₂ a nivel mundial y es uno de los sectores que representa mayores retos en su descarbonización.

Sin embargo, el sector de la aviación desempeña un papel fundamental en la economía y el turismo a nivel global, y es un motor esencial para el desarrollo económico y el enriquecimiento cultural. No solo facilita la conectividad entre países y continentes, sino que también genera empleo y contribuye significativamente al crecimiento de la economía local. Según datos de Exceltur, el turismo supuso el 61% del crecimiento de la economía española en 2022 y representa el 12,2% del PIB en España.

El turismo se beneficia directamente de la accesibilidad que ofrece el sector aéreo, atrayendo a millones de viajeros cada año. En 2022, según datos del INE, más del 80% de los turistas internacionales que llegaron a nuestro país lo hicieron por aire. Además, la aviación promueve el intercambio cultural y fortalece la cooperación internacional.

Más de 200.000 vuelos despegan y aterrizan en todo el mundo a diario y como todas las industrias, genera un impacto en el medio ambiente que requiere atención. Pero nuestro compromiso con la sociedad va más allá, por lo que hemos asumido como propios algunos de los grandes retos que nos afectan a todos, dando un paso adelante en la búsqueda de soluciones.

Somos conscientes de que es nuestra responsabilidad como industria aunar esfuerzos y trabajar juntos para seguir implementando prácticas responsables e invirtiendo en innovación y nuevas tecnologías que permitan la descarbonización progresiva de este sector clave para la economía mundial, y más aún para la unión entre personas. La sostenibilidad es un reto esencial por una serie de razones cruciales que abarcan no solo la responsabilidad corporativa, sino también la viabilidad a largo plazo del sector.

La industria de la aviación ha estado bajo un escrutinio constante debido a su huella de carbono significativa, y es justo por eso por lo que en Volotea estamos trabajando para adoptar tecnologías y soluciones más limpias, como aeronaves más eficientes y biocombustibles y, desde que empezamos operar en 2012, estamos desarrollando programas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Cumplimos con regulaciones gubernamentales cada vez más estrictas —avanzándonos a ellas en muchos casos—, contribuyendo así, desde el convencimiento, a la mitigación del cambio climático.

Como directora de ESG de Volotea, me enorgullece poder decir que desde que comenzamos a operar en el año 2012, hemos puesto en marcha más de 50 iniciativas que están teniendo ya su impacto en la sociedad: como la optimización de todas las fases de vuelo, mediante el uso de IA y machine learning para mejorar el rendimiento y eficiencia de combustible de las aeronaves, que supervisan múltiples iniciativas de ahorro de combustible.

También con el uso de un solo motor durante las maniobras en tierra (Single Engine Taxi Without APU) o el aumento de la frecuencia de lavado de los motores y del fuselaje exterior de nuestros aviones, lo que permite que la flota esté más limpia y sea más eficiente. Así, en 2022 el informe IBA NetZero destacó a Volotea como la aerolínea europea de corta distancia que más ha reducido sus emisiones directas de CO₂ entre 2019 y finales de mayo de 2022, siendo la reducción de un 14,2 % por asiento disponible y kilómetro, lo que supone la mayor reducción en Europa en este tipo de rutas y la segunda más alta del mundo entre las principales compañías aéreas.

Además, estamos enfocando nuestros esfuerzos en acelerar la consecución de nuestros objetivos de sostenibilidad y responsabilidad corporativa. El camino hacia una aviación más sostenible es largo, pero estamos comprometidos a avanzar de manera constante.

En este sentido, nos comprometimos a reducir en un 50% las emisiones directas de CO₂ para 2030. Sin embargo, gracias a los avances de los últimos años —como la inversión de parte importante de nuestros ingresos en nuevos aviones y tecnologías de combustible alternativos y sostenibles—, esperamos superar este objetivo y alcanzarlo antes de 2025, cinco años antes de lo inicialmente previsto. Así, hemos fijado un objetivo nuevo más ambicioso para reducir en un 58% nuestras emisiones directas de CO₂ en 2030.

No somos conformistas, queremos liderar el camino hacia una aviación sostenible y, por eso, intentamos mejorar y establecer retos cada vez más exigentes. Para alcanzar nuestras metas, hace unos años pusimos en marcha nuestro programa Voloterra, basado en cinco pilares: un modelo de negocio eficiente, la reducción de las emisiones de CO₂, innovación y desarrollo, compensación de emisiones y transparencia. Este programa de sostenibilidad ha superado por segundo año consecutivo la exhaustiva auditoría de Bureau Veritas que ratifica nuestro compromiso con la aviación sostenible.

A modo de ejemplo, el modelo de negocio de Volotea opera únicamente rutas directas, sin escalas, que permiten evitar el 65% de las emisiones de CO₂ por el uso de combustible que tendría un vuelo con escala. La compañía desempeña también un papel fundamental en la conexión de las islas europeas. En 2023, el 55% de nuestras rutas son conexiones con islas como Cerdeña, Córcega, Sicilia o Mallorca, entre otras. Otro punto que destacar es la maximización de la ocupación en los vuelos regulares que desde el año 2022 han tenido una ocupación media del 94%.

En cuanto a innovación en nuestros combustibles, a partir de 2022, Volotea empezó a introducir los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) en sus aviones. La compañía colabora con varios proveedores para promover el desarrollo de estos combustibles a partir de materias primas circulares, así como otras alternativas energéticas como el hidrógeno verde y la electrificación. Solo el año pasado, Volotea utilizó 481.000 litros de combustible sostenible (SAF), lo que representa una de las proporciones más altas del sector en Europa.

La sostenibilidad es un compromiso continuo. Cada elección que hacemos hoy tiene un impacto en el mundo que heredarán las próximas generaciones. Desde Volotea, tenemos el empeño de continuar trabajando por incrementar la conectividad en Europa, especialmente entre las pequeñas y medianas ciudades y los territorios insulares, mitigando el impacto medioambiental y defendiendo un enfoque responsable de los viajes accesibles para todo el mundo.

Juntos, podemos volar más alto hacia un futuro más sostenible en la aviación.

***Gloria Carreras es directora de ESG de Volotea.