Fusionar los mundos físico y digital se ha convertido en el reto tecnológico de la década. Así lo demuestra el informe Accenture Technology Vision 2023, Cuando los átomos se cruzan con los bits: los cimientos de nuestra nueva realidad. Este estudio ha revelado que el 96% de los ejecutivos cree que la convergencia de estos dos universos permitirá transformar la industria tal como la conocemos.

El mundo está cada vez más conectado, por lo que las empresas y los organismos gubernamentales deben navegar por ecosistemas que permiten la banca digital, el teletrabajo y otras ventajas de la digitalización. Pero siempre respetando la privacidad de consumidores y trabajadores, así como la seguridad de los activos de las organizaciones en el plano físico.

Para alcanzar esta simbiosis, debemos adoptar un enfoque holístico de identidad, de manera que nos permita eliminar las barreras entre lo físico y lo digital, mediante el desarrollo de puentes basados en identidades verdaderas. Para garantizar el cumplimiento, la privacidad y la seguridad, las soluciones deben ser innovadoras y generar experiencias de usuario sin fricciones en cualquiera de estos dos entornos.

Los imprescindibles

La experiencia del usuario, la seguridad y la privacidad son los imprescindibles. Cuando se trata de conectar los mundos digital y físico, debemos identificar qué elementos están presentes en ambos. ¿La respuesta? Nosotros. Es decir, nuestra identidad real. Y esta no debe cambiar de un mundo a otro.

Por lo tanto, es fundamental emplear métodos de verificación de identidad que confirmen que las personas son quienes dicen ser tanto en los canales digitales como físicos. Esta es la mejor manera –y la más segura– de abordar este desafío.

En definitiva, no hay mejor fórmula que la verificación biométrica para demostrar verdaderamente la identidad de una persona, ya que une todo lo que nos hace únicos: cara, voz…

[Consolidar la biometría como puerta de entrada al mundo digital, pese a los 'deep fake']

Debemos tener en cuenta que las contraseñas y verificaciones basadas en dispositivos pueden perderse, ser suplantadas o hackeadas. Es por ello que la verificación biométrica representa la única manera de garantizar una convergencia sin fisuras, que fomenta el desarrollo seguro y privado de todas las personas en lo digital y físico. En este momento, si las compañías se suman al cambio, serán capaces de capitalizar ese impulso en la vorágine de la revolución tecnológica.

Si algo hemos detectado, es que las empresas deben incorporar la última tecnología de verificación de identidad o autenticación biométrica de cara y voz para satisfacer las expectativas de sus clientes actuales. Pero no sólo eso, sino que atraerán a una clientela que demanda experiencias digitales y físicas sin negociar la fluidez y seguridad.

Es la manera más efectiva para que las compañías adopten una visión vanguardista, que les permitirá impulsar su competitividad y establecerse como líderes dentro de su industria en un momento en el que la biometría se ha asentado como la fuerza impulsora en la creación de un entorno seguro y sin fricciones.

***Mariona Campmany es CMO de Veridas.