La importancia del agua para la supervivencia de los seres vivos y su carácter limitado hacen que la gestión sostenible del agua sea un urgente reto global para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. En el marco del Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo, es fundamental reflexionar sobre cómo podemos acelerar el cambio para proteger este recurso limitado.

La escasez de agua es un problema grave que afecta a más de 2.200 millones de personas en todo el mundo, tal y como determina la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además, se prevé que la demanda de agua dulce aumente en un 55% para el año 2050, lo que aumentará exponencialmente la presión sobre los recursos hídricos limitados.

Para lograr el objetivo marcado en el ODS 6, centrado en garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y el saneamiento para todas las personas, es necesario adoptar un enfoque colaborativo y multilateral, que involucre a todos los actores relevantes, desde los gobiernos y las organizaciones internacionales hasta las empresas y las comunidades locales.

En este sentido, es importante fomentar la educación y la conciencia pública sobre la importancia del ahorro de agua y las prácticas sostenibles en su uso, así como mejorar la gestión del agua a nivel local y global, incluyendo la implementación de políticas y regulaciones efectivas para la gestión del agua y la inversión en infraestructuras para el suministro y tratamiento de la misma. Además, es esencial también promover la investigación y la innovación en tecnologías y prácticas sostenibles en el uso del agua, que permitan aumentar la eficacia y el porcentaje de reciclado.

Una de las prácticas más importantes para ahorrar agua es la regeneración del agua residual de uso industrial. Las líneas de lavado hortofrutícola, los mataderos, las fábricas y las torres de refrigeración son algunos de los lugares donde se emplean grandes cantidades de agua que pueden ser recicladas y reutilizadas para reducir significativamente los volúmenes utilizados y evitar la contaminación del medioambiente.

Otra fuente importante de pérdida de agua son las piscinas y spas, cuyo contenido requiere ser renovado regularmente para mantener la calidad y evitar la acumulación de productos químicos. De cara a reducir la necesidad de reponerla con frecuencia, es esencial equipar estas instalaciones con sistemas de filtración y tratamiento no solo eficaces sino también amigables con el entorno.

Un ejemplo puede ser la aplicación combinada de electroporación y oxidación avanzada, que permite alcanzar elevados niveles de ahorro de agua y energía. Además, con este sistema no es necesario aplicar productos químicos, como el cloro, reduciéndose así la contaminación medioambiental.

Todos podemos contribuir en la protección del agua, y cada pequeña acción cuenta en la construcción de un futuro más sostenible y próspero para todos. No cabe duda de que la educación y concienciación pública, la implementación de políticas efectivas y la inversión en infraestructuras sostenibles son pasos clave para conseguir este objetivo. Solo así podremos garantizar la disponibilidad de agua dulce para todos y lograr los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030.

***Luis Botija Ibáñez es CEO de Geodesic