La brecha de género en el sector tecnológico es un problema que persiste desde hace décadas. Aunque en los últimos años se han llevado a cabo iniciativas para fomentar la presencia de mujeres en dicho sector, aún queda mucho por hacer.

Según el informe de la Comisión Europea Women in Digital Scoreboard 2021, solo el 18% de los graduados en disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) son mujeres en la Unión Europea. En la esfera profesional esa cifra desciende al 16%.

Esta falta de representación femenina en el sector tecnológico es un problema por varias razones. En primer lugar, significa que se está desaprovechando un talento muy valioso. Las mujeres ofrecen perspectivas únicas y soluciones innovadoras a los problemas tecnológicos y al desarrollo, y deberían tener la misma oportunidad de contribuir al sector que los hombres.

Además, la falta de diversidad lleva a una brecha en el acceso y uso de la tecnología, y a la perpetuación de estereotipos y prejuicios de género, debido a la falta de atención a las preferencias de las mujeres en el diseño, desarrollo e implementación de productos y servicios tecnológicos. Por poner un ejemplo sobre una tendencia, me remito a la –tan en auge– inteligencia artificial (IA).

Los algoritmos de IA pueden estar sesgados hacia la forma de pensar y de ser de los hombres, si los datos utilizados para entrenarlos no son lo suficientemente diversos. Y pasa lo mismo con el lenguaje y la comunicación.

Para solucionar esta brecha de género, es necesario que se lleven a cabo medidas para fomentar la presencia de mujeres en el sector tecnológico. Esto incluye iniciativas para atraer a más niñas y mujeres jóvenes a las disciplinas STEM o programas de formación y mentoría para mujeres que ya trabajen en el sector.

Existe una teoría muy básica de psicología social, pero que me gusta poner como ejemplo para fomentar y motivar a mi alrededor la exposición de mujeres que trabajamos en puestos tecnológicos: hablo del 'efecto de familiaridad' o 'de mera exposición'. Se basa en la idea de que la exposición repetida a un estímulo (como una idea) aumenta nuestra familiaridad con él, lo que hace que lo percibamos como menos amenazante y más agradable.

Por lo tanto, el efecto de la mera exposición hace que las personas tiendan a sentirse más cómodas o a aceptar más fácilmente cosas que les resultan familiares o que han visto con frecuencia.

En el contexto de la falta de talento femenino en el sector tecnológico, el efecto de la mera exposición explica por qué es importante apostar por la presencia de mujeres en este campo. Si más mujeres se ven en roles de liderazgo y técnicos en el sector tecnológico, la exposición repetida a estas figuras femeninas podría ayudar a normalizar la idea de que las mujeres son valiosas en el campo. Y esto podría hacer que más mujeres se sientan atraídas por las carreras en tecnología y facilitar así el deseado cierre de la brecha de género.

Sin embargo, esto no sirve de mucho si las empresas no se comprometen a garantizar que sus procesos de selección y promoción sean imparciales y justos, y que se preste atención a la diversidad en la composición de los equipos de trabajo. Para lograr esto, en PayFit estamos centrados en el desarrollo del talento femenino y en garantizar que los padres y futuros padres tengan un buen equilibrio entre trabajo y vida familiar. Para lograrlo, hemos constituido uno de los primeros grupos de recursos para empleados con un enfoque ERG.

Por otro lado, es importante destacar que la demanda de profesionales tecnológicos sigue siendo alta y que el sector ofrece oportunidades de trabajo bien remuneradas y en constante evolución. Según un informe de Randstad Technologies, se espera que la demanda de profesionales del sector tecnológico aumente un 22% hasta 2030.

Esto ofrece una posibilidad para fomentar la presencia de mujeres en el sector. Pero, para ello, es necesario superar los estereotipos de género que todavía existen en la sociedad sobre las profesiones y habilidades asociadas con la tecnología.

En definitiva, la presencia de mujeres en puestos tecnológicos no solo es importante para el desarrollo sostenible de la sociedad, sino que es esencial para garantizar que la tecnología sea accesible y relevante para todas las personas, independientemente de su género. Así que, para abordar esta brecha de género, que es un problema persistente que requiere una solución urgente, es fundamental crear un entorno más inclusivo y acogedor para las mujeres, empezando por lo más fundamental: involucrarlas en todos los niveles de la toma de decisiones y desarrollo.

Sólo así se podrá garantizar una representación equitativa de las perspectivas y necesidades de las mujeres en la tecnología que se desarrolla, empezando la casa por los cimientos.

***Gloria Martínez es jefa de Marketing de PayFit en España.