Calles inundadas como consecuencia de las lluvias caídas en Ibiza el pasado octubre de 2025.

Calles inundadas como consecuencia de las lluvias caídas en Ibiza el pasado octubre de 2025. T. Escobar EFE

Historias

Los desastres naturales siguen cobrándose vidas meses después de ocurrir: aumentan un 3% el riesgo de mortalidad

Un análisis muestra que las lluvias extremas del huracán Harvey incrementaron el riesgo de muerte hasta un año después del acontecimiento.

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Mariana Goya
Publicada

La exposición a las lluvias extremas provocadas por el huracán Harvey se asoció con un aumento de la mortalidad durante el año posterior al desastre entre los adultos mayores en Estados Unidos, con un impacto especialmente acusado en personas con enfermedades crónicas y en grupos raciales y étnicos minoritarios.

Así lo concluye un estudio basado en datos de más de 1,7 millones de beneficiarios de Medicare residentes en Texas y Luisiana, que analiza los efectos a medio plazo de un huracán desde una perspectiva de vulnerabilidad sanitaria y social.

La investigación parte de una constatación ampliamente documentada, y es que los fenómenos meteorológicos extremos incrementan la mortalidad en el corto plazo.

Sin embargo, existe menos evidencia sobre lo que ocurre más allá de las semanas posteriores al impacto, especialmente entre una población envejecida y con crecientes necesidades de atención médica.

Motivo por el que este estudio buscaba determinar si la mortalidad a un año vista varía según determinadas condiciones de salud y factores sociodemográficos.

La muestra

Los autores realizaron un estudio de cohorte retrospectivo utilizando datos administrativos completos de Medicare correspondientes a personas de 65 años o más que residían en Texas o Luisiana antes y después del paso del huracán Harvey en agosto de 2017.

Excluyeron a quienes cambiaron de residencia durante el periodo de seguimiento, lo que dio lugar a una muestra final de 1.781.217 personas.

La exposición al evento extremo se midió a partir de la precipitación acumulada en un periodo de cuatro días, considerada el principal impacto meteorológico del huracán Harvey.

Harvey ha anegado la ciudad.

Harvey ha anegado la ciudad. Richard Carson Reuters

Mediante datos históricos de estaciones meteorológicas y técnicas de interpolación espacial, se estimaron las lluvias a nivel de áreas de tabulación postal (ZCTA). Y se definió como "alta exposición" residir en zonas que registraron más de 75 milímetros de lluvia.

El resultado principal del estudio fue la mortalidad por cualquier causa durante el año posterior al huracán, entre el 25 de agosto de 2017 y el 24 de agosto de 2018.

Riesgo mortal

Para el análisis, se emplearon modelos de riesgos proporcionales de Cox ajustados por edad, sexo, raza y etnia, número de comorbilidades, ruralidad y otras variables relevantes. Asimismo, se realizaron análisis estratificados para distintos subgrupos considerados vulnerables.

Los resultados muestran que, en conjunto, la exposición a lluvias intensas se asoció con un incremento del 3% en el riesgo de mortalidad durante el año posterior al huracán.

No obstante, el efecto fue mayor entre determinados grupos. Entre las personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias relacionadas, el riesgo de mortalidad aumentó un 5% en comparación con quienes no estuvieron expuestos a lluvias intensas. En el caso de la enfermedad renal crónica y la diabetes, el incremento fue del 4%.

La cuestión es que estas afecciones requieren acceso regular y continuo a la atención médica, así como a servicios básicos como electricidad, transporte o cuidadores. Y la interrupción prolongada de estos recursos tras un desastre puede contribuir al deterioro de la salud y aumentar el riesgo de muerte, incluso meses después del evento.

El estudio también identificó desigualdades relevantes en función del origen racial y étnico. Entre las personas mayores hispanas o latinas, la exposición a lluvias intensas se asoció con un aumento del 13% en el riesgo de mortalidad, mientras que en la población negra no hispana el incremento fue del 6%.

Estas diferencias persistieron tras ajustar por factores sociodemográficos y de salud, lo que apunta a una mayor vulnerabilidad estructural frente a los desastres.

En términos absolutos, el mayor número de muertes atribuibles a la exposición se registró entre las personas con demencias, con más de 1.200 fallecimientos estimados en el año posterior al huracán.

También se observaron cifras elevadas entre quienes padecían enfermedad renal crónica y entre los beneficiarios con doble elegibilidad a Medicare y Medicaid, un indicador de bajos ingresos.