El presidente de la COP30, André Correa do Lago, habla con el secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Simon Stiell, antes de la sesión plenaria final.

El presidente de la COP30, André Correa do Lago, habla con el secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Simon Stiell, antes de la sesión plenaria final. Adriano Machado Reuters Belém

Historias COP30

La cumbre del descontento: los países lamentan la falta de transparencia y los objetivos desinflados de la COP30

La cumbre del clima de Belém, celebrada en las puertas de la Amazonía, se desinfla en su texto final.

Más información: La COP30 publica un texto final sin mención a los combustibles fósiles y la UE lo ve como "un paso en la dirección correcta"

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El presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, acaba de aprobar un acuerdo que ha sido negociado (y renegociado) una y otra vez a lo largo de la pasada noche. Muchos países, después de discutir el borrador en privado, mostraron su descontento a los medios de comunicación.

Poco antes de las seis de la tarde (española) del sábado 22 de noviembre, el texto bautizado por la presidencia de la COP como mutirão ha sido adoptado, entre vítores, en Belém.

Y es que, a pesar de ser un pacto aguado y menos ambicioso de lo que se pretendía, eran muchos los países que dudaban de la capacidad de la cumbre del clima de negociar ningún tipo de acuerdo en un contexto de pérdida de confianza del multilateralismo y del auge del negacionismo climático.

El documento final adoptado no contiene referencia explícita a los combustibles fósiles, aunque llama a aumentar la ambición de las acciones para enfrentar el calentamiento global.

Ante la imposibilidad de llegar a un consenso en temas controvertidos, Corrêa do Lago ha decidido impulsar dos hojas de ruta paralelas al acuerdo de la COP30. En concreto, una estará dedicada a la eliminación de los hidrocarburos de forma gradual y la otra para combatir la deforestación.

Latinoamérica, enfadada

Los países vecinos de Brasil han sido los primeros en hablar durante el plenario final de la COP30, tras la adopción del mutirão. Panamá ha lamentado la falta de transparencia durante las negociaciones. 

Asimismo, la delgada del país ha arremetido contra la presidencia y ha insistido en que no puede respaldar un objetivo global de adaptación que "nos hace retroceder". Se ha quejado también de que meses y años de trabajo de expertos han sido reemplazados por textos provisionales.

Dónde queda la ciencia

Por su parte, la Unión Europea ha asegurado que no puede "aceptar" el objetivo global de adaptación en su forma actual, pues "los indicadores no son claros y no se pueden utilizar tal y como se presentan".

Y no han sido los únicos: Colombia, Canadá, Suiza, Panamá, Uruguay, Sierra Leona y toda una serie de países han protestado durante el pleno de la COP30 por la falta de transparencia y de ambición en cuestiones como la mitigación del cambio climático —es decir, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero—.