Francisco José Vaquero, director del documental 'Vidas irrenovables', presentado en el AWFF.

Francisco José Vaquero, director del documental 'Vidas irrenovables', presentado en el AWFF. Cedida AWFF

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Francisco José Vaquero, director de 'Vidas irrenovables': "Decir que la energía eólica o la solar no contaminan es hipócrita"

Con su documental, el cineasta extremeño quiere denunciar el "desamparo" que sufre el mundo rural en una transición energética que no cuenta con el campo.

Más información: El debate en torno al ‘boom’ de las energías limpias: “Renovables sí, pero responsablemente”

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"Algo que venía para salvar el medioambiente y resurgir la vida de los pueblos, paradójicamente se está convirtiendo en todo lo contrario". Esa es la premisa de la que parte Vidas irrenovables, el documental de Francisco José Vaquero Robustillo (Cabeza del Buey, Badajoz, 1985) que se exhibió en la última edición del Another Way Film Festival.

Su película narra una realidad muchas veces ignorada: lo que sucede en el campo cuando la transición energética se lleva a cabo sin la planificación ni la gestión adecuadas.

Y en concreto, habla, como explica el propio Vaquero Robustillo, del "desamparo que tiene la ciudadanía ante las administraciones que deberían de velar por nuestros intereses, por los de la sociedad en general, y, sin embargo, están 100% al servicio de las corporaciones y de los fondos de inversión, sin importar el color o el pueblo".

Aunque, matiza, "sí hay ayuntamientos que les plantan cara y hacen las cosas bien". Pero es complicado. Y lo cuentan incluso los protagonistas de su documental, alcaldes —y pastores— que intentaron plantar cara a proyectos eólicos y fotovoltaicos que partían por completo, por ejemplo, las rutas de pastoreo de los rebaños.

El trabajo de Vaquero Robustillo no es demonizar las renovables y, mucho menos, alabar las energías fósiles. Más bien todo lo contrario: concienciar sobre cómo se están haciendo las cosas en nuestro país y, sobre todo, tiene un mensaje claro: "No es necesario construir más renovables, ya hay más de las necesarias".

Cartel de 'Vidas irrenovables'.

Cartel de 'Vidas irrenovables'. Cedida AWFF

Lo que ha aprendido haciendo el documental, dice, es que lo que necesitamos es "fomentar el autoconsumo, las pequeñas empresas [como las comunidades energéticas] y los paneles solares en los tejados". Eso sí, matiza: "Pero hacerlo con coherencia, no nos vayamos a volver locos también con esto".

El precio renovable

Vaquero Robustillo reconoce la "hipocresía" que hay en torno a la transición energética. "Muchas veces te dicen que con las renovables no estamos contaminando, y puede que aquí [en España] no, pero ¿y dónde se fabrican las placas o los aerogeneradores? Y ¿qué pasa con ese residuo cuando acaba su vida útil?".

"Decir que la energía eólica o la fotovoltaica no contaminan es hipócrita", zanja. Y lamenta que "se engañe", pues "si no se gestionan de manera correcta, el impacto es brutal".

Historia de una peli

Vidas irrenovables se fraguó a fuego lento, como todo en el campo. Se germinó, en concreto, durante la distribución de la anterior película de Vaquero Robustillo y su productora Metáfora Visual, Ganado o desierto, una cinta que trata sobre la importancia de la ganadería extensiva y su correcta gestión en los territorios.

"Cuando estábamos distribuyendo aquella película, por casualidades de la vida empezamos a escuchar a ciertos periodistas, sobre todo independientes, decir que todo esto de la transición verde no era tan bonita ni tan maravillosa como nos estaban contando", cuenta el cineasta.

Además, muchos pueblos a donde llevaban su documental estaban rodeados de macroproyectos renovables y sus habitantes les repetían que "no todo el monte es orégano".

Fotograma de 'Vidas irrenovables'.

Fotograma de 'Vidas irrenovables'. Cedida AWFF

El detonante final fue otro documental, Quixote, de Pablo Lozano, un realizador de Zaragoza que habla en su cortometraje de los efectos que tienen en la avifauna los parques eólicos. "Nos impactó bastante y nos pusimos a investigar", asegura Vaquero Robustillo.

Así, tirando de un hilo tras otro, se dio cuenta de que la historia de estos macroproyectos de energía limpia no es tan sostenible como parecía. Las renovables se convierten en irrenovables cuando no se gestionan pensando en lo rural, y esa es la denuncia final de la película de Vaquero Robustillo.