Sentada en una manifestación de Fridays For Future en Madrid.

Sentada en una manifestación de Fridays For Future en Madrid. Rafael González EFE

Historias

La 'noviolencia' funciona, incluso en un mundo cada vez más exaltado: la evidencia científica que lo demuestra

De Gandhi o Martin Luther King al activismo climático, este tipo de acción no violenta cosecha más éxitos que fracasos, aunque permanecen invisibles.

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En la mayoría de países democráticos la renuncia a la violencia como forma de resolver los conflictos sociales es un consenso implícito. Pero no todo el mundo tiene claro el significado del concepto de no violencia, que suele asociarse con el pacifismo o figuras como Gandi o Martin Luther King.

Aunque haya una percepción, bien fundada, de que nuestro mundo es cada día más violento y peligroso, los estudios de los últimos años indican como la acción o resistencia no violenta es más efectiva que aquella más agresiva.

"La noviolencia funciona y es altamente efectiva, incluso a pesar de la creencia muchas veces mayoritaria de lo contrario", explica a ENCLAVE ODS el profesor Nicolás Paz, de la Universidad Pontificia de Salamanca y perteneciente al Instituto Católico por la Noviolencia.

Profesoras como Erica Chenoweth y Maria J. Stephan han demostrado con datos que las campañas de resistencia no violenta han sido "históricamente más eficaces en la consecución de sus objetivos".

Trabajos como el del profesor Isak Svensson, de la Universidad de Uppsala, sobre la resistencia civil frente al Estado Islámico "han permitido, además, abrir la puerta a investigar sobre las posibilidades de la noviolencia en entornos que antes parecían impensables", añade Paz.

La 'ahimsa' de Gandhi

Pero antes de continuar, el académico aclara los términos: "La noviolencia y el pacifismo están relacionados, pero no son lo mismo. El segundo es una postura, una posición de carácter ético, filosófico o religioso de rechazo a la violencia y la guerra".

Por su parte, la noviolencia se trata de "una estrategia activa y transformadora para enfrentar la injusticia y los conflictos". Y añade: "Busca transformar estructuras opresivas mediante acciones como la desobediencia civil, la resistencia pacífica, el diálogo social y la reconciliación".

"La noviolencia es acción. Por ello muchas veces aparece bajo la denominación de noviolencia activa o acción no violenta", concluye el experto para ENCLAVE ODS.

El concepto, de hecho, traducido y escrito como todo junto, fue utilizado por Gandhi. Su origen está en la palabra sanscrita ahimsa, que se podría traducir como privación total del deseo de violencia, un ideal al que aspiraba el político indio.

Más allá de King

Podemos encontrar ejemplos de estrategias de noviolencia efectiva en Bolivia en acciones, por ejemplo, contra la privatización del agua; en Honduras y las luchas de la comunidad lenca para salvar el Río Gualcarque, o en Brasil y las llamadas voces de Xingu para detener la construcción de la represa Belo Monte en el Estado de Pará.

Serían ejemplos de éxito en mitad de un contexto violento: el informe de Global Witness publicado el año pasado mostraba cómo entre 2012 y 2023, 2.106 activistas ambientales fueron asesinados, la mayoría en América Latina.

El psicólogo social y ecologista Harald Welzer lo resumió considerando que "se siembra violencia y se cosechan recursos". Para Nicolás Paz, "la noviolencia y la construcción de comunidad es la respuesta".

Otro ejemplo, a un nivel más, digamos, virtual, es el de la campaña Donate the Hate, en Alemania, que convertía los comentarios de odio en redes sociales en donaciones involuntarias a favor de los refugiados. "Un ejemplo fantástico dentro del espacio digital", según el profesor.

Violencia y lucha climática

Paz defiende que este tipo de estrategias están intrínsecamente ligadas a la lucha climática y han sido "especialmente creativas y efectivas en las últimas décadas". De hecho, dice, "es uno de los movimientos sociales que ha logrado una mayor visibilidad".

El mensaje no cala y los científicos pasan a la acción: Que no son cálculos ni modelos, que es la realidad

El mensaje no cala y los científicos pasan a la acción: "Que no son cálculos ni modelos, que es la realidad"

Cita como ejemplos "desde el espectacular despliegue de pancartas de organizaciones como Greenpeace a los activistas climáticos pegando sus cuerpos a obras de arte icónicas en museos internacionales, pocas son las personas que han podido evitar al menos conocer el conflicto".

El investigador cree que "esto, en sí mismo, es un éxito del movimiento y de su estrategia de noviolencia". Pues la combinación de "múltiples y variadas estrategias han logrado abrir debates, sensibilizar, concienciar, establecer agendas políticas e incluso condicionar campañas electorales".

E incluso añade que "la muestra más reciente de su efectividad es precisamente la ola de reacción desde la extrema derecha global frente a sus reivindicaciones".

En el seno del activismo climático la cuestión sobre la resistencia pacífica o noviolenta o la acción directa ha sido un debate recurrente en los últimos años, con el protagonismo de libros como Cómo dinamitar un oleoducto (errata naturae, 2022), de Andreas Malm, y en la que el activista sueco aboga por soluciones más expeditivas.

Nicolás Paz considera que "no es sencillo y el tipo de violencia al que los movimientos se enfrentan no es el mismo en todos los lugares. Sus éxitos están estrechamente relacionados con sus niveles de organización, perseverancia y compromiso, así como su aprendizaje y creatividad".

Defiende el ejemplo de "el trabajo conjunto, por ejemplo, de la Iglesia Católica, los movimientos ambientalistas, las comunidades indígenas y la sociedad civil frente a la crisis climática a través de plataformas como Iglesias y Minería en América Latina". Todos ellos, dice, son "alianzas desde la noviolencia que ofrecen importantes lecciones".

El experto concluye: "Encontramos potentes estrategias noviolentas frente a la crisis climática en todos los continentes. La clave es seguir tejiendo redes de acción a todos los niveles".