Parque Nacional de los Picos de Europa, Asturias (España).

Parque Nacional de los Picos de Europa, Asturias (España). AlbertoLoyo Istock

Historias

Equilibrar la restauración de la naturaleza o el uso del suelo: claves para el crecimiento sostenible de la Unión Europea

Un estudio indica que el Reglamento de Restauración de la Naturaleza es clave para proteger la biodiversidad sin sacrificar la producción agrícola y forestal.

Más información: 'Semillistas', la iniciativa que quiere reforestar el bosque mediterráneo con una técnica que viene desde Japón

Mariana Goya
Publicada

La crisis climática y la pérdida de biodiversidad reclaman medidas urgentes, mientras Europa se enfrenta a una disyuntiva aparente: ¿puede restaurar sus ecosistemas sin poner en riesgo la seguridad alimentaria ni la productividad forestal?

Un reciente estudio publicado en la revista Nature Ecology & Evolution asegura que sí es posible. Y no solo eso, sino que hacerlo puede convertirse en una vía hacia un crecimiento más sostenible y resiliente.

El informe, elaborado por investigadores del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), evalúa los impactos del ambicioso Reglamento de Restauración de la Naturaleza (RRN) de la Unión Europea, una iniciativa que busca restaurar al menos el 20% de los ecosistemas terrestres y acuáticos degradados para 2030.

Lejos de frenar el desarrollo económico, el estudio demuestra que la restauración estratégica de la naturaleza puede generar beneficios tanto para el medioambiente como para los sectores agrícola y forestal.

"Queríamos explorar si los objetivos de restauración de la naturaleza y las necesidades económicas son intrínsecamente incompatibles", indica Melissa Chapman, autora principal del estudio, profesora adjunta en la ETH de Zúrich y exalumna del Programa de Verano de Jóvenes Científicos del IIASA.

Y ahora, explica, "los hallazgos sugieren que, con una planificación cuidadosa, la restauración puede generar un escenario beneficioso para la biodiversidad y la producción sostenible".

Chapman destaca que lo que comenzó como un pequeño proyecto de verano se transformó en una investigación de varios años, impulsada por el creciente debate político en torno al uso del suelo en Europa.

Restaurar para producir

El estudio parte de una premisa clara: los ecosistemas sanos no son un lujo, sino la base de la productividad a largo plazo. Servicios como la polinización, la purificación del agua, el control de plagas y el almacenamiento de carbono son esenciales para la agricultura y la silvicultura.

Y es que ignorar el deterioro ecológico en nombre de beneficios inmediatos puede traducirse, a medio plazo, en erosión del suelo, plagas incontrolables y menor resiliencia climática, afectando tanto al medioambiente como a los entornos de vida.

Frente a esta amenaza, los investigadores proponen un enfoque de planificación espacial integrada que permita identificar las zonas donde los esfuerzos de restauración serían más eficaces y menos conflictivos con la producción.

"Nuestro enfoque permite la consideración y planificación simultánea de múltiples acciones y sectores, minimizando posibles conflictos y utilizando de manera más estratégica la contribución de cada sector al suministro de alimentos y madera, la conservación de la naturaleza y la mitigación del clima", señala Martin Jung, coautor del estudio.

Soluciones 'a medida'

Uno de los grandes retos para aplicar el RRN es la enorme diversidad de paisajes y sistemas productivos en Europa, donde se pueden encontrar desde grandes explotaciones agrícolas intensivas hasta pequeños bosques gestionados por comunidades locales. No hay una única receta válida para todos.

Pero esta diversidad, lejos de ser un obstáculo, puede ser también una oportunidad, afirma David Leclère, otro de los coautores: "Puede ayudarnos a identificar soluciones beneficiosas para todos".

De hecho, el estudio ofrece herramientas para diseñar Planes Nacionales de Restauración eficaces y adaptados a cada realidad local. Estas estrategias deberán identificar áreas prioritarias, hábitats clave y niveles objetivos, además de establecer mecanismos de implementación y evaluación.

"Este trabajo, y estudios similares realizados a escala nacional, permiten estimar cómo los esfuerzos pueden combatir simultáneamente el cambio climático y analizar cómo los planes podrían afectar a sectores como la agricultura o la silvicultura, lo que a su vez ayuda a determinar el tipo de apoyo financiero o de otro tipo que podrían necesitar los sectores pertinentes", subraya Piero Visconti, director del Grupo de Investigación en Biodiversidad, Ecología y Conservación del IIASA y quien concibió el estudio.