Taller terapéutico en una de las residencias del Grupo Villamor en Madrid.

Taller terapéutico en una de las residencias del Grupo Villamor en Madrid. Cristina Villarino

Historias

Unidades de convivencia, jornadas culturales y talleres: el futuro de las residencias está en la humanización

Bajo el estándar del modelo ACP, avalado a nivel europeo, se otorga a las personas mayores una atención individualizada, priorizando su bienestar.

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Andrea Gómez
Publicada

En 2050, España alcanzará su mayor porcentaje de población envejecida. Se calcula que uno de cada tres españoles tendrá, por esa fecha, más de 65 años. Con estos datos, que muestran un país rumbo al envejecimiento, y sin unas tasas de natalidad que auguren un revestimiento de esta situación, la preocupación acerca de los modelos geriátricos y el bienestar de la tercera edad está, hoy más que nunca, en el centro del debate social.

Sin embargo, la familia Villamor ya puso el foco en esta problemática unas decenas de años antes. Fue concretamente en 2002, cuando Diego Villamor, el ahora presidente de la entidad, dejó de lado sus negocios e inversiones en el mundo de la biomasa y las renovables para adentrarse en un mundo que ya nunca abandonaría.

Decidió apostar por la geriatría con la compra de una primera residencia en Monforte de Lemos (Lugo), como forma de asegurarse un puesto en un sector "estable y que perdura en el tiempo". Así lo recuerda Beatriz Villamor, hija del presidente y directora general de la compañía, que ya cuenta con nueve centros en cuatro comunidades autónomas. 

Esa primera residencia ya se quedó pequeña. La alta demanda de residentes y un sector que su padre consideró "un campo amplio donde explorar", dieron paso a todo un entramado empresarial que ya engloba residencias, instituciones de la salud mental, centros de día y ayuda a domicilio.

En todos ellos siguen el modelo ACP (Atención Centrada en la Persona), avalado a nivel europeo y que pone, por delante de todo, la "humanización y la individualización", valores que ya forman parte de manera consolidada en el ADN del grupo.

Esto lo traducen en centros que cuentan con unidades de convivencia (adaptadas según la necesidad del residente), talleres terapéuticos o jornadas culturales en las que los propios usuarios tienen voz y voto (ya sea de motu propio o de las familias) gracias a pequeños grupos de administración en los que se les hace partícipes.

La directora general del Grupo Villamor, Beatriz Villamor, posa para ENCLAVE ODS en la azotea de una de sus residencias en el centro de Madrid.

La directora general del Grupo Villamor, Beatriz Villamor, posa para ENCLAVE ODS en la azotea de una de sus residencias en el centro de Madrid. Cristina Villarino

Porque en el grupo Villamor la importancia no sólo reside en grandes jardines, en instalaciones amplias o en equipamientos lujosos, sino en los pequeños actos que hacen que el centro no se sienta "como una residencia al uso, un lugar donde te obligan a estar", sino como "un hogar"

Una casa dentro de casa

Uno de los lemas que tienen desde el Grupo Villamor es hacer "una casa dentro de casa", y es que, en los centros de este grupo empresarial, todo está pensado para que los residentes en ningún momento se sientan "fuera de su entorno".

"Tienen una zona de ocio, una zona de office, sus habitaciones que ellos mismos decoran con sus propios objetos... Intentamos que no tenga nada que ver con una apariencia de residencia al uso, sino que todo esté decorado como si, efectivamente, fuese su casa", afirma la directora general.

Foto de la zona de cocina de una de las unidades.

Foto de la zona de cocina de una de las unidades. Cristina Villarino

Además, el personal es siempre el mismo, "sin rotaciones", para que los usuarios tengan esa "sensación de familiaridad" con las personas que, al fin y al cabo, conviven y desarrollan su día a día. El grupo cuenta ya con más de 250 empleados, entre los que se encuentran terapeutas, médicos, asistentes, limpieza... e incluso cocineros.

"Porque, en la misma línea que sucede con el resto de tareas, tenemos en cuenta la opinión de los familiares y residentes. Son ellos quienes hacen sugerencias de menú y nosotros, en la medida que podemos, las vamos implementando. Aquí no contamos con un servicio de catering, sino que cada residencia cuenta con su cocina propia. Comida casera y del gusto de quien la degusta", explica Villamor.

Unidades de convivencia

A diferencia del modelo tradicional, donde los residentes viven en grandes espacios comunes, Grupo Villamor ha implementado lo que ellos llaman "unidades de convivencia", donde se trabajan las necesidades globales e individuales en función de una mayor o menos dependencia de la persona

Todas las residencias han sido adaptadas y divididas en tres unidades:

  • Unidad Robles: para personas sin deterioro cognitivo.
  • Unidad Olivo: para personas con deterioro cognitivo leve o moderado.
  • Unidad Naranjos: para personas usuarias con deterioro cognitivo y demencias graves.

Estas, según Beatriz Villamor, se encuentran "estratégicamente repartidas", de modo que Robles se encuentra en las plantas más bajas, cercanas a la calle; mientras que Naranjos se sitúa siempre en la parte superior, donde reciben "menos estímulos" y, por ende, "tienen menor agitación". 

Talleres y jornadas

En este sector, donde la calidad de vida y el bienestar emocional de las personas mayores son prioritarios, el Grupo Villamor se posiciona a la vanguardia gracias a un enfoque innovador de atención que integra terapias especializadas bajo el paraguas del ya mencionado modelo ACP.

Este estándar, cada vez más adoptado en centros sociosanitarios, pone a la persona en el centro de la intervención, adaptando los cuidados a sus necesidades individuales. Así, se promueve la autonomía, la estimulación cognitiva y el equilibrio emocional de sus residentes a través de programas terapéuticos personalizados y altamente efectivos.

Entre las terapias implementadas, destacan:

  • Estimulación multisensorial en un entorno controlado. En la Residencia Las Mimosas, en Madrid, se ha habilitado una Sala Snoezelen, diseñada para ofrecer una experiencia sensorial rica y segura. Este espacio está especialmente indicado para personas con deterioro cognitivo o trastornos como la ansiedad, permitiéndoles conectar con el entorno de manera relajada y significativa.

  • Doll Therapy. La terapia con muñecos bebé está dirigida a residentes con demencia avanzada. A través del vínculo afectivo que se genera con el muñeco, se reduce la agitación, se mejora el estado de ánimo y se canalizan emociones que de otro modo serían difíciles de expresar.

  • Psicomotricidad grupal con paracaídas terapéutico. Una de las actividades más dinámicas es la psicomotricidad grupal con paracaídas terapéutico. Este ejercicio colectivo favorece la coordinación motora y estimula la socialización, fortaleciendo los lazos entre los residentes y creando momentos de alegría compartida.

  • Terapia asistida con animales. La interacción con animales, especialmente perros, forma parte de otro de los programas estrella. Estas sesiones no solo mejoran el estado de ánimo de los participantes, sino que también contribuyen a reducir los niveles de estrés y fomentar el contacto emocional.

  • Atención psicológica y estimulación cognitiva personalizada. Cada residente recibe un programa de intervención adaptado a sus capacidades, con ejercicios de memoria, lenguaje y atención diseñados para mantener y mejorar su funcionamiento cognitivo.

  • Talleres de jardinería y cocina. Actividades como la jardinería o la cocina no solo ayudan a mantener habilidades prácticas, sino que también despiertan recuerdos vinculados a la tierra y a la tradición culinaria, favoreciendo un vínculo emocional con el pasado y el presente.

Además, cuenta con una serie de experiencias culturales, comprendidas entre jornadas gastronómicas y excursiones alrededor de la provincia. Aunque, para seguir desarrollando esa estimulación, también optan por actividades "dentro de casa", y es que los residentes también participan pintando murales o, incluso, en actividades de "introspección". 

"Recuerdo uno de los talleres que fue muy emotivo. Se decoró toda la residencia de fotos de los usuarios cuando eran jóvenes y, a través de ellas, nos contaban sus historias. Aparte de ofrecerles una oportunidad para que nos hablaran de ellos mismos, también tuvo su función terapéutica, obligándoles a recordar y a buscar cosas que contar dentro de su mente", expresa Villamor. 

En busca de seguir implementando este modelo, el grupo ahora está pensando en la "expansión". Hablan de su gusto por Madrid, pero no se cierran puertas a abrir más centros en provincias inexploradas para ellos. Por último, hacen hincapié en que ya están en proceso de reformas, ya que quieren aumentar las plazas y seguir adaptando el entorno para "dar a los usuarios la atención que se merecen".