Olivares en Marcos Sánchez, en Tuineje.

Olivares en Marcos Sánchez, en Tuineje. Armando Melián

Historias

Fuerteventura posee el olivar más al sur de Europa: llegó para frenar las rachas de viento y se quedó por su gran calidad

La isla se caracteriza por una escasa vegetación y, aunque su flora no es abundante, el aceite de oliva que produce es de la máxima calidad.

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Verónica Fernández
Publicada

Si hay algo que se nos viene a la cabeza al escuchar el nombre de la isla de Fuerteventura es el sol, sus playas paradisíacas de arena blanca, negra o dorada, sus aguas cristalinas o sus campos de dunas… por algo es considerada como el 'Caribe español'.

Pero bien es cierto que esta isla, la más antigua del archipiélago canario –con alrededor de 22 millones de años de historia–, de origen volcánico, con una extensión total de 1.660 kilómetros cuadrados y desde 2009 declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco, es más que sol y playa.

Fuerteventura se caracteriza por una escasa vegetación y, aunque su flora no es abundante, posee uno de los olivares más al sur de Europa. A pesar de que la agricultura tiene poco impacto debido a una climatología extrema, caracterizada por fuertes y constantes vientos y escasez de agua, el olivo es el primer cultivo en la isla.

Pero ese olivar, que llegó a la isla majorera de la mano de los colonizadores europeos a comienzos del siglo XV, no se plantó para la producción de aceite de oliva ni de aceitunas. Se utilizó como técnica agrícola, a modo de zoco natural, para frenar las fuertes rachas de viento que se dan en la isla. Así, su plantación se fue extendiendo hacia diferentes zonas.

Su extensión actual abarca 110 hectáreas de olivos cultivados por 210 productores agrupados en la Asociación de Productores de Aceite de Oliva de Fuerteventura, Olivafuer. Esta se creó en 2011, "con el objetivo de censar los olivos de la isla, comercializar el aceite producido, tener una sola voz y, sobre todo, formar a nuestros socios para que obtengan el mejor aceite de oliva virgen extra", explica Armando Melián, presidente de la Asociación.

Verdial, variedad autóctona

La variedad de aceituna introducida por los colonizadores en el siglo XV fue la verdial, que se ha mantenido junto a otras que fueron llegando progresivamente, como la arbequina, la picual y la hojiblanca.

Según el presidente de Olivafuer, "en este clima, la hojiblanca se comporta muy bien, ya que es menos exigente con el agua; sin embargo, a la picual le cuesta adaptarse, dado que demanda más riego, es más sensible a las plagas y su poda es más compleja; por su parte, la arbequina, que es a la que menos le ha costado adaptarse, pero no suele gustar a los agricultores por lo laborioso que es su cosechado manual".

Y a pesar de que el olivar lleva en esta tierra desde hace varios siglos, la historia de su aceite de oliva virgen extra es muy reciente. Hace menos de un cuarto de siglo, un grupo de agricultores sumaron sus cosechas y las mandaron a Gran Canaria a molturar.

Playa de Tierra Dorada, Fuerteventura.

Playa de Tierra Dorada, Fuerteventura. Miguel Méndez

Poco después, el Cabildo Insular decidió crear la primera almazara colectiva de la isla. Fue en el año 2011 cuando los majoreros empezaron a disfrutar de este servicio gratuito.

Esta primera prensa molturaba 600 kilos en una hora. En poco tiempo, con el incremento de la superficie de cultivo, su inversión quedó amortizada rápidamente. En los últimos diez años la producción se ha incrementado un 200%, por lo que se solicitó a la corporación insular una nueva inversión.

Se instaló en aquel momento una almazara que trituraba una tonelada de aceitunas a la hora. Luego llegaron otras almazaras particulares y, a día de hoy, aparte de la del Cabildo hay otras ocho privadas y dos proyectos en camino.

AOVE de suelos volcánicos

Fuerteventura únicamente produce aceite de oliva virgen extra, es decir, los agricultores locales cuidan al máximo el producto, con mimo y esmero, desde el árbol hasta la botella, apostando siempre por la máxima calidad. Ni envasan ni venden calidades inferiores.

"Aprovechamos técnicas de recolección temprana y modernos equipos de extracción para que nuestra producción sea de una calidad excelente", asegura el responsable de Olivafuer. Y añade que "el buen hacer de los agricultores, gracias a la formación que reciben sobre el manejo de suelos, el cuidado del árbol, las buenas prácticas en recolección y extracción, hemos conseguido mejorar nuestros procesos y esperamos seguir haciéndolo".

Todo esto, unido a la gran cantidad de horas de luz que tiene al año la isla y a sus suelos salinos y volcánicos, hacen que el aceite de oliva que se produce en estas tierras sea muy diferente al que encontramos en otras zonas de España.

A simple vista, la primera característica es su color amarillo dorado con destellos verdosos. En nariz sorprende su complejidad en la que destacan matices frutales que combinan con notas herbáceas. Una vez que lo probamos impacta su dulzor y su equilibrada armonía entre el amargo y el picante.

En la última edición del concurso Agrocanarias, el AOVE Teguerey, elaborado en Fuerteventura, se alzó como el mejor del certamen.

En la última edición del concurso Agrocanarias, el AOVE Teguerey, elaborado en Fuerteventura, se alzó como el mejor del certamen. Agrocanarias

Todos estos matives le han llevado a ser uno de los más premiados de las Islas Canarias en el concurso Agrocanarias, en cuya última edición, en 2024, tres de los cinco premios los coparon AOVE majoreros.

El galardón al Mejor AOVE Agrocanarias se lo llevó Teguerey, un virgen extra mezcla de arbequina y hojiblanca, elaborado por Luis Hernández Santana, la medalla de oro fue para la Finca Soliviento por su coupage de arbequina, picual y hojiblanca, elaborado por Adrian Derk John Sparrow, y la medalla de plata fue para Antojo Majorero con su AOVE de arbequina y picual, elaborado por Cabrera y Cabrera.

Bien es cierto que el AOVE de esta isla no es demasiado conocido en la Península debido a que el 100% de la producción se vende a nivel local, y la clave de todo está en "el buen precio, que hace que, actualmente, la demanda supere la oferta", explica el presidente de Olivafuer.

El más temprano

En comparación con otras zonas olivareras, en Fuerteventura los olivos empiezan a dar frutos a los dos años, mientras que en Península lo hacen a los ocho, debido al parón vegetativo de octubre a febrero. En tierras majoreras el árbol siempre está en desarrollo.

Además, debido al clima, en agosto empiezan a cosechar, lo que le convierte en el primero de España en recolectar frutos, y por lo tanto en el más temprano del país, ya que en otras zonas de la Península no es hasta octubre cuando se empiezan a recoger las primeras aceitunas.

También es reseñable que en esta isla las producciones son muy pequeñas. En la campaña 2023 cosecharon unos 400.000 kg y "eso que fue una campaña excepcional", asegura Melián. Sin embargo, en 2024/25, por primera vez en su historia la producción se ha quedado a cero.

Esto se ha debido a la vecería y a una climatología adversa, con pocas de horas de frío que son necesarias en invierno para que el olivo eche flores. "Desde que empezamos a producir, nunca nos había pasado esto", comenta Armando Melián.

Para la próxima campaña, a pesar de que todavía es pronto para predecir, se espera que la producción sea abundante, ya que sus olivos ya están en floración y eso es presagio de un cuajado que dé lugar al fruto.