Imagen de archivo de una mano sobre el cielo.

Imagen de archivo de una mano sobre el cielo. iStock

Historias

El delirante caso de la gallega que reclamó la propiedad del Sol: recibe denuncias de los que se queman en verano

Un día hace 14 años, Ángeles Durán fue hasta el notario de un pueblo vecino y declaró ser la legítima dueña del astro, aprovechando un vacío legal. 

17 abril, 2024 13:41

Hay españoles que presumen diciendo que como en tierra patria no se vive en ningún sitio. Quizá sea por la comida, quizá sea por la cultura, o quizá sea por su luz especial: nuestro país es uno de los más soleados de Europa, con alrededor de 2.500 horas de luz anuales. Eso no tiene precio, podríamos decir… aunque en realidad sí tiene una dueña. Su nombre es Ángeles Durán y su procedencia un pueblo de Vigo. Esta es la rocambolesca historia de la mujer que un día se autoproclamó dueña legítima del Sol. 

Un día de 2010, esta gallega fue a la notaría de un pueblo vecino de Salvaterra de Miño y logró una hazaña —casi— sin precedentes en la historia de la humanidad. "Soy propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de aproximadamente 149.600.000 kilómetros", aseguró al funcionario allí presente. Este, en un principio, trató como pudo de contener la risa, pero después lo consultó con su colegio profesional… y acabó levantando acta.

De este modo, en cuestión de una mañana, Durán se convirtió en dueña y señora del eje del sistema solar. Los medios locales se hicieron eco rápidamente de la noticia. ¿Cómo había logrado tal hazaña? La viguesa se amparaba en un vacío legal. Según sus palabras, recogidas ya en 2010 por La Voz de Galicia, "existe un convenio internacional por el cual ningún país puede hacerse dueño de los planetas", pero este no incluía a las personas.

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La nueva 'terrateniente' se aprovechó de la usucapión, también conocida como prescripción adquisitiva. Esta figura jurídica, de origen romano, posibilita que alguien se convierta en propietario de una cosa por la posesión —o el disfrute— continuada de la misma durante un período de tiempo establecido legalmente. Esta le permitía reclamar el derecho real del Sol por la sencilla razón de que Durán llevaba desde que nació beneficiándose a diario de los rayos del Sol, exactamente igual que el resto de humanos. 

Además de autoproclamarse su dueña, la gallega decidió vender parcelas del Sol en eBay, generando un conflicto judicial con la plataforma digital que terminó desestimando su caso. También planteó la posibilidad de cobrar una tasa por el aprovechamiento de la energía solar, aunque posteriormente negó haber pensado en gravar a los ciudadanos. Durán también registró otras curiosas propiedades, como el grito de Tarzán y la partitura más larga del mundo, de 24.000 millones de compases.

En cualquier caso, su historia tuvo un giro inesperado cuando, en 2015, un ciudadano la denunció por las lesiones que le había provocado la exposición al sol, alegando que era responsabilidad de la gallega. "Tengo los ojos rojos y quemaduras, fui a urgencias, tengo fotos para probarlo. Intentaré llegar a un acuerdo o iré por el juzgado", reclamaba entonces. Ella se defendió de quienes pretendían acusarla de sus padecimientos.

"Creen que me pueden reclamar, pero el Sol no es el culpable del cáncer, es la contaminación que destruye la capa de ozono. Por la misma lógica, yo podría pedirles compensaciones por los alimentos que comen o por el calor”, sostuvo a La Voz de Galicia. A pesar de estos conflictos legales, Durán se mantuvo firme en su postura de ser la legítima dueña del Sol.

Un precedente en EEUU

En realidad, esta no ha sido la única persona que en algún momento ha intentado apropiarse del astro rey. Ya en el siglo XVII, al monarca francés Luis XIV era apodado el Rey Sol. Consideraba que toda la humanidad debía su vida a este cuerpo celeste, por lo que lo convirtió en su emblema. Pero remontémonos a épocas más recientes. La propia Ángeles Durán se inspiró en el caso de Dennis Hope, que se remonta a 1980. 

Este empresario estadounidense protagonizó hace casi medio siglo uno de los casos más conocidos de reclamación de propiedad sobre un cuerpo celeste. Este comenzó un negocio disparatado: como Durán, puso en marcha una supuesta venta de terrenos en la Luna. Este fundó la Sociedad de Registro Celestial, y se basó en una antigua ley del siglo XIX para argumentar la validez de su actividad en Lunar Embassy, su compañía. 

Pese a lo polémico que pueda resultar esto en términos legales, la empresa supuestamente permitió a Hope, autodenominado "el único dueño de la Luna", ganar más de 12 millones de dólares a lo largo de más de cuatro décadas. Así lo aseguró el hombre en una entrevista concedida a Vice en 2013 y lo confirmó su hijo, Christopher Lamar, CEO de Lunar Embassy desde 2014. 

Si esto tiene realmente validez o no es algo que ya preguntó ABC a Lamar en 2019. "Es una pregunta complicada, porque no hay ningún precedente de desafío a nuestra reclamación. Al mismo tiempo, ningún sistema judicial subordinado a ninguna de las entidades gubernamentales firmantes del Tratado sobre el Espacio Exterior de 1967 tiene jurisdicción o autoridad de decisión sobre los cuerpos celestes", respondió convencido. Sin embargo, las fuentes jurídicas consultadas por el medio desmontaron este discurso en un par de declaraciones.

"La propiedad no tiene ningún valor si no tienes acceso a eso que supuestamente posees. Una cosa es declarar la soberanía de un lugar, y otra bien distinta es ejercerla. Es que es una estafa, porque la Luna y los demás cuerpos celestes no son susceptibles de apropiación. Lo dice el artículo 2 del tratado espacial de 1967", aseguró Elisa González, presidenta de la Asociación Española de Derecho Aeronáutico y Espacial. Sobre el argumento de que el tratado no menciona a los individuos, zanjó: "Los estados son responsables de sus nacionales. Un particular no puede ir por libre".